Queridos sobrinos:

      Queda poco tiempo... ¿Quieren saber todo lo que siempre quisieron saber y nunca supieron porque nadie jamás lo supo?

      En seis palabras:

       ¿Quieren saber si existen las brujas?

       Firmado: Doña Amarga

      Hace tres días, mi hermano y yo recibimos una carta de tía Amarga. Hacía mucho que no teníamos noticias de ella y nos pareció muy raro.

      ¿Estaría enferma? ¿Querría, por fin, conocernos? ¿O simplemente, como todos los años por estas fechas, nos mandaba la felicitación de Halloween? Pero esta vez era diferente. La carta no la trajo el cartero sino un enorme cuervo tan negro que daba miedo. Además, el sobre olía a humo y, con tinta roja, en letras grandes, ponía: URGENTE.

      —Lee, lee —dijo mi hermano nervioso.

       Tras leer la carta le dije con una gran sonrisa a Leo:

       —Querido hermanito, ¡empieza la aventura!

       Pronto estuvimos listos

       para partir.

      Porque… ¡claro que sí! Por supuesto que queríamos saber si las brujas realmente existían. Pero para eso debíamos ir a la casa de la tía Amarga. ¡Por fin la conoceríamos! Leo y yo nos preguntábamos si ella tendría la respuesta a tan interesante pregunta. ¿Tendría todo esto algo que ver con el gran secreto familiar? ¿Por qué papá y mamá no nos hablaban de ella? ¿Sería tía Amarga acaso una bruja?

      Cuando llegamos, la tía nos estaba esperando en la puerta. Nos saludó con una amplia sonrisa y nos hizo entrar en su tétrica mansión, mientras con un hilillo de voz temblorosa nos decía: —Pasen, queridos sobrinos, queda poco tiempo y tengo que compartir con ustedes un secreto que no se debe perder jamás.

      Hizo una pausa y añadió con voz quejumbrosa:

      —Temo que todo se pierda en el olvido...

       —Debo contarles algunos de los secretos de la vida de los cientos de brujas que, como yo, vivieron a lo largo de la historia. Todo está en este libro, pero dice la leyenda que estas páginas desaparecerán cuando muera la última bruja y yo estoy a punto de pasar a mejor vida. Por eso debo contarles todo para que nunca se olvide. Pues, aunque las brujas somos malas —no seré yo quien lo niegue—, la mayoría actuábamos así por soledad y amargura... Tan solo un beso nos habría hecho tanto bien... Pero no hay tiempo. Comienzo.

       —Queridos niños, no me andaré con rodeos pues vamos muy mal de tiempo. Todo me hace sospechar que soy la última bruja que queda en el mundo... —dijo mientras una lágrima resbalaba por

      sus mejillas.

      Brujas

      ¿Qué es una bruja o un brujo?

      Las brujas y los brujos son seres traviesos, estrafalarios, malvados y desordenados, aunque también muy sabios en asuntos turbios.

      Son personajes cuyo corazón es muy, pero que muy pequeño; tan pequeño que no saben amar. Por eso no pueden dar besos, no

      pueden abrazar y no saben ser felices. Una bruja no puede

      soportar un beso o un abrazo.

      A un brujo no le gusta ver a la gente sonreír. Les llena de rabia

       saber que la gente se quiere;

       por eso viven solos y lejos del

       resto del mundo. Pero, sobre

       todo, las brujas y los brujos

       tienen poderes extraordinarios

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