Una Vez Inactivo . Блейк Пирс
Читать онлайн книгу.tor de la serie exitosa de misterio RILEY PAIGE que cuenta con trece libros hasta los momentos. Blake Pierce también es el autor de la serie de misterio de MACKENZIE WHITE (que cuenta con nueve libros), de la serie de misterio de AVERY BLACK (que cuenta con seis libros), de la serie de misterio de KERI LOCKE (que cuenta con cinco libros), de la serie de misterio LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE (que cuenta con tres libros), de la serie de misterio de KATE WISE (que cuenta con dos libros), de la serie de misterio psicológico de CHLOE FINE (que cuenta con dos libros) y de la serie de misterio psicológico de JESSE HUNT (que cuenta con tres libros).
Blake Pierce es un ávido lector y fan de toda la vida de los géneros de misterio y los thriller. A Blake le encanta comunicarse con sus lectores, así que por favor no dudes en visitar su sitio web www.blakepierceauthor.com para saber más y mantenerte en contacto.
Derechos de autor © 2018 por Blake Pierce. Todos los derechos reservados. A excepción de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos de 1976 y las leyes de propiedad intelectual, ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida o distribuida en cualquier forma o por cualquier medio, o almacenada en un sistema de bases de datos o de recuperación sin el previo permiso del autor. Este libro electrónico está licenciado para tu disfrute personal solamente. Este libro electrónico no puede ser revendido o dado a otras personas. Si te gustaría compartir este libro con otras personas, por favor compra una copia adicional para cada destinatario. Si estás leyendo este libro y no lo compraste, o no fue comprado solo para tu uso, por favor regresa a Smashwords.com y compra tu propia copia. Gracias por respetar el trabajo arduo de este autor. Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, empresas, lugares, eventos e incidentes son o bien productos de la imaginación del autor o se emplean como ficción. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es totalmente coincidente. Los derechos de autor de la imagen de la cubierta son de Pavel Chagochkin, utilizada bajo licencia de Shutterstock.com.
PRÓLOGO
Gareth Ogden se encontraba en una gran playa con vistas al Golfo de México. La marea estaba baja y el Golfo estaba quieto, no había ni una sola ola. Vio unas cuantas gaviotas en el cielo oscuro y oyó sus graznidos cansados sobre el sonido de las olas.
Tomó una fumada de su cigarrillo y pensó con una sonrisa amarga: «Al parecer las gaviotas también odian este clima.»
No estaba seguro de por qué se había molestado en venir hasta aquí. Solía disfrutar de los sonidos y los olores de la playa de noche. Tal vez era porque se estaba poniendo viejo, pero ahora le resultaba difícil disfrutar de nada en este calor. Los veranos cada vez eran más calientes. Incluso ahora que ya había atardecido, la brisa no refrescaba nada, y la humedad era sofocante.
Se terminó su cigarrillo y lo pisó en la arena. Luego se dio la vuelta para caminar de regreso por el paseo marítimo en dirección a su casa, una estructura curtida que daba a la antigua carretera y la playa desierta.
Mientras avanzaba por la arena, Gareth pensó en todas las reparaciones que había tenido que hacerle a su casa después del último huracán que había tenido lugar hace solo unos años. Había tenido que reconstruir el gran porche y los escalones, y reemplazar una gran cantidad de revestimiento del techo y algunas tejas, pero había tenido suerte de que su casa no había sufrido daños estructurales graves. Amos Crites, el dueño de las casas a ambos lados de la de Gareth, había tenido que reconstruirlas casi por completo.
«Esa maldita tormenta», pensó mientras mataba un mosquito.
Los valores inmobiliarios habían caído mucho desde entonces. Deseaba poder vender la casa y salir corriendo de Rushville, pero nadie pagaría lo suficiente por ella.
Aunque Gareth había vivido toda su vida en este pueblo, no sentía que realmente pertenecía. Para él, Rushville había decaído desde hace mucho tiempo, al menos desde que la interestatal había sido construida. Solía ser un pequeño pueblo turístico de verano, pero esos días habían quedado muy atrás.
Gareth se abrió paso entre una abertura en la valla de madera y llegó a la calle frente a la playa. Cuando sintió las suelas de sus zapatos absorber el calor del pavimento, levantó la mirada hacia su casa. El primer piso estaba iluminado.
«Casi como si alguien viviera allí», pensó.
Aunque «vivir» no parecía la palabra correcta, dado que no se sentía vivo. Y pensar en épocas más felices, cuando su esposa, Kay, todavía estaba viva y estaban criando a su hija, Cathy, solo lo hacía sentirse más deprimido.
Mientras caminaba por la acera que conducía a su casa, Gareth vislumbró algo a través de la puerta mosquitera, una sombra que se movía adentro.
«¿Quién podría ser?», se preguntó.
No le sorprendía que algún visitante había entrado. La puerta principal siempre estaba abierta, así como también la puerta mosquitera. Los amigos de Gareth iban y venían como les placía.
—Es un país libre —les gustaba decirles.
Mientras subía los escalones torcidos hasta el porche, Gareth pensó que el visitante podría ser Amos Crites. Tal vez Amos había venido para revisar sus propiedades de playa. Gareth sabía que nadie las había alquilado para el mes de agosto, un mes notoriamente caliente y pegajoso en esta área.
«Sí, apuesto a que es Amos», pensó Gareth mientras cruzaba el porche.
Amos a menudo pasaba por su casa a hablar y quejarse de cualquier cosa, lo cual Gareth también hacía con él. Se supone que tal vez Amos y él eran una mala influencia el uno para el otro…
«Bueno, ¿para qué son los amigos?», pensó.
Gareth estaba al otro lado de la puerta, sacudiéndose arena de las sandalias.
–Hola, Amos —dijo en voz alta—. Agarra una cerveza de la nevera.
Esperó