Si Ella Se Ocultara. Блейк Пирс

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Si Ella Se Ocultara - Блейк Пирс


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como sea posible. No se equivoquen... No interferiremos mientras le hacen preguntas, pero si escuchamos algo que parezca molestarla, su tiempo con nuestra hija se habrá acabado.

      —Eso es más que justo —dijo Kate—. Y tiene mi palabra de que pisaremos con cuidado.

      El Sr. Pettus asintió y finalmente les abrió la puerta principal. Cuando pasaron hacia adentro, Kate vio a Anne Pettus de inmediato. Estaba sentada en el sofá con sus manos sujetadas entre sus rodillas. Como su madre, lucía cansada y desgastada. Se le ocurrió entonces a Kate que las adolescentes tendían a sentirse fuertemente unidas a sus mejores amigas. Era incapaz de imaginar el tipo de emociones por las que esta joven estaría pasando.

      —Anne —dijo la Sra. Pettus—. Estas son las agentes que te dijimos que venían. ¿Todavía te parece bien hablar con ellas?

      —Sí, mamá. Estoy bien.

      Ambos padres hicieron una pequeña indicación con la cabeza a Kate y DeMarco al tiempo que se sentaban a cada costado de su hija. Kate notó que Anne no comenzó a verse realmente incómoda hasta que sus padres la flanquearon.

      —Anne —dijo Kate—, haremos esto rápido. Nos han informado de todo lo que le dijiste a la policía, así que no te pediremos que repitas todas esas cosas de nuevo. Bueno, con una excepción. Me gustaría saber del viaje de compras que tú y Mercy hicieron a Harrisonburg. Mercy compró varias cosas tamaño viajero, ¿correcto?

      —Sí. Pensé que era extraño. Ella solo dijo que se le estaban acabando en casa. Pasta de dientes, un pequeño cepillo, desodorante, cosas como esas. Le pregunté porqué las compraba ella y no sus padres pero ella de alguna manera evitó responder.

      —¿Sientes que ella era feliz en casa?

      —Sí. Pero, es decir… tiene quince. Ama a sus padres pero odia este lugar. Ha estado hablando de mudarse de Deton desde que teníamos diez años.

      —¿Alguna idea del porqué? —preguntó DeMarco.

      —Es aburrido —dijo Anne. Miró a sus padres como pidiendo perdón—. Es decir, soy un poco mayor que Mercy; tengo dieciséis y una licencia, y ella y yo vamos aquí y allá a veces. De compras. Al cine. Pero tienes que conducir como una hora para hacer algo de eso. Deton está muerto.

      —¿Sabes adónde quería mudarse?

      —Palm Springs —dijo Anne riendo—. Vio un programa donde la gente asistía a una fiesta en Palm Springs y pensó que era lindo.

      — ¿Tenía ella una universidad en particular a la que le hubiera puesto el ojo?

      —No lo creo. Quiero decir fue poca la información que nos suministraron en la escuela, pero ella miró con insistencia el material de UVA y Wake Forest. Pero… Sí, no lo sé.

      —¿Puedes decirnos algo acerca de Charlie? —preguntó Kate— Vimos su nombre en el diario y sabemos que eran lo suficientemente cercanos como para darse un pequeño beso entre clases. Pero la policía nos contó que tu dijiste que Mercy no tiene novio.

      —No lo tiene.

      Kate notó de inmediato cómo el tono de Anne cambió un poco con este comentario. Su postura también pareció volverse más rígida. Aparentemente, este era un tema sensitivo. Pero, como ella solo tenía dieciséis y ambos padres estaban sentados al lado de ella, Kate sabía que no podía acusar directamente a la chica de estar mintiendo. Tenía que abordarlo de otra manera. Quizás había unos oscuros secretos con respecto a su amiga de los cuales ella simplemente no quería hablar.

      —¿Entonces ella y Charlie son solo amigos? —preguntó Kate.

      —Algo así. Es decir pienso que quizás se gustaban entre sí pero no querían salir en una cita, ¿sabe?

      —¿Que tú sepas, ella y Charlie hicieron alguna vez algo más que besarse?

      —Si lo hicieron, Mercy nunca me dijo. Y ella me lo dice todo.

      —¿Sabes si había secretos que le ocultara a sus padres?

      De nuevo, Kate notó que la incomodidad asomaba al rostro de Anne. Era algo fugaz y casi imperceptible, pero podía reconocerla al cabo de tantos casos anteriores —particularmente aquellos donde los adolescentes estaban involucrados. Una rápida mirada, revolverse en el asiento, contestar de inmediato sin pensar la respuesta o tomarse demasiado tiempo para producir otra.

      —De nuevo, si lo hizo, nunca me dijo.

      —¿Qué hay de un trabajo? —preguntó Kate— ¿Estaba Mercy trabajando en algún lado?

      —No recientemente. Estuvo trabajando unas diez horas a la semana como tutora de unos niños de la escuela hace unos meses. En álgebra, creo. Pero lo cancelaron porque no había suficientes niños interesados en obtener ayuda.

      —¿Ella lo disfrutó? —preguntó DeMarco.

      —Supongo que sí.

      —¿No hubo historias de horror del sitio donde ejercía la tutoría?

      —Nada de eso me dijo.

      —Pero te sientes segura de que Mercy te contaba todo acerca de su vida, ¿correcto? —preguntó DeMarco.

      Anne pareció incomodarse un poco ante la pregunta. Kate se preguntó si era la primera vez que ella era confrontada de esa manera —cuestionando algo que ella había expresado como verdadero.

      —Eso creo —dijo Anne—. Éramos… somos las mejores amigas. Y digo que somos porque ella está todavía viva. Yo lo sé. Porque si ella está muerta…

      El comentario flotó en el aire por un momento. Kate pudo ver que la emoción en el semblante de Anne era real. Basándose en su expresión, podía afirmar que la chica empezaría a llorar pronto. Y si llegaba a eso, Kate estaba segura que sus padres les pedirían que se fueran. Eso significaba que no tenían mucho tiempo —y eso significaba que Kate iba a tener que presionar un poco si esperaba conseguir respuestas.

      —Anne, queremos llegar al fondo de esto. Y, como tú, estamos trabajando bajo la presunción de que Mercy está todavía viva. Pero, si puedo ser honesta contigo, en los casos de personas desaparecidas el tiempo es el enemigo. Mientras más tiempo pasa, más pequeñas son las posibilidades de averiguar que pasó con ella. Así que, por favor... si hay algo que te haya costado decir a las autoridades locales de Deton, es importante que nos lo digas. Yo sé que en un pueblo así de pequeño, te preocupa lo que los demás pensarán y...

      —Creo que es suficiente —dijo el Sr. Pettus. Se puso de pie y caminó hacia la puerta —No aprecio que esté insinuando que nuestra hija haya estado ocultando algo. Y puede mirarla y decir que ella comienza a molestarse.

      —Sr. Pettus —dijo DeMarco—. Si Anne está...

      —Hemos sido más que comprensivos dejando que hable con las autoridades, pero hasta aquí llegamos. Ahora, por favor… márchense.

      Kate y DeMarco intercambiaron miradas de derrota mientras se incorporaban. Kate dio tres pasos hacia la puerta antes de ser detenida por la voz de Anne.

      —No… esperen.

      Los cuatro adultos se giraron hacia Anne. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y había una cierta gravedad en sus ojos. Miró a sus padres por un instante y luego apartó con rapidez la vista, como si estuviera avergonzada.

      —¿Qué pasa? —preguntó la Sra. Pettus a su hija.

      —Mercy tiene un novio. Algo así. Pero no es Charlie. Es este otro chico... y ella nunca se lo dijo a nadie porque si sus padres se enteraran, se habrían vuelto como locos.

      —¿Cómo así? —preguntó Kate.

      —Es este chico que vive cerca de Deerfield. Es mayor que ella… tiene diecisiete.

      —¿Y estaban saliendo en citas? —preguntó DeMarco.

      —No creo que fueran citas. Solo se veían. Pero cuando se juntaron,


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