De caperucita a loba en solo seis tíos. Marta González De Vega
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Editado por HarperCollins Ibérica, S.A.
Núñez de Balboa, 56
28001 Madrid
De caperucita a loba en solo seis tíos
© 2021, Marta González de Vega
© 2021, para esta edición HarperCollins Ibérica, S.A.
Todos los derechos están reservados, incluidos los de reproducción total o parcial en cualquier formato o soporte.
Diseño de cubierta: María Pitironte con ilustraciones de Shutterstock
I.S.B.N.: 978-84-9139-606-2
Conversión a ebook: MT Color & Diseño, S.L.
Índice
Primera parte: de caperucita a loba…
3. Método: dar cera, pulir cera
Segunda parte: … En solo seis tíos
4. ¡Me cago en las mitocondrias!
5. Tío número uno. El rollo de una noche
6. Tío número dos. El amigo con derecho
7. Lo que parece no siempre es, pero hay que comportarse como si lo fuera
8. Tío número tres. El flipado
9. El bendito miedo al compromiso
10. Tío número cuatro. El que reaparece
11. Tío número cinco. El más cerdo de todos: el bueno
12. Tío número seis. El amor de tu vida… un rato
A Eduard Punset
Y a todos los hombres que han estado, están, estuvieron y estarán en tu vida, en la mía y en la de todas nuestras amigas.
Prólogo
BUENO,¿QUÉ?
Puede ser que usted haya visto el Show de Marta De Caperucita a Loba en solo seis tíos basado en este libro, razón por la cual no haya podido evitar comprarlo. Es normal. Se trata de un impulso agónico por intentar atrapar ese ratito tan hermoso que ha sido su representación. Nos llevamos el libro y es como si nos lleváramos el show a casa. Hay algo tranquilizador en ello. Sí, pero también hay algo de frustración. Y es que nos llevamos el libro porque no podemos llevarnos a Marta. Si has visto a Marta en directo ya sabes de lo que hablo. Ojalá este libro sirva para reencontrarte con ella y con el show cada vez que lo abras.
Pero es posible que usted no haya visto el show, ni sepa quién es Marta, ni quiénes son los González de Vega. Puede que usted haya comprado este libro en una tienda, o que lo haya robado, o que se lo hayan regalado, o que se lo haya traído a usted la cigüeña. Muy bien, para esas personas va la siguiente advertencia: Cuidado. Este libro contiene tanto humor por centímetro cuadrado que cambia vidas. Así es. Este escuálido librillo le hará a usted tan feliz que marcará un antes y un después en su historia personal. De sus páginas sale tanta luz que a partir de ahora dividirá usted sus días en antes y después de Marta González de Vega. Le trato a usted de usted porque usted todavía no ha leído el libro. Después, no se me ocurriría. Este libro habla de las personas y de cómo nos relacionamos, de los celos, las ansiedades, las obsesiones, las histerias y de esa infinidad de sociopatías domésticas que todos hemos atravesado por amor. Después de Marta uno entiende el amor como lo que realmente es: «algo imposible de entender».
Sin duda, Marta es una de las mejores guionistas de humor que hay en este país. Una escritora brillante e infatigable. Y creo que esas son las mejores virtudes que puede tener un escritor. Pero también es una actriz que ha sabido llorar de felicidad y reír en la desgracia. Y creo que esas son las mejores virtudes que puede tener un actor de comedia.
Señoras y señores, niños y niñas, prepárense para disfrutar del circo mental de Marta González de Vega. Agárrense y disfruten de un libro sobre las incomprensibles relaciones que sazonan nuestra vida: sobre enamoramientos torpes, decepciones afectivas, ilusiones sexuales, lances venereos, amantes ansiosos, episodios carnales urticantes, caperucitas y lobas. Un libro sobre Marta que nos explica cómo somos nosotros. Un libro tan fascinante que yo estoy deseando leerlo.
LUIS PIEDRAHITA
¡Bienvenida!
¿Cómo estás? Espero que hundida, deprimida, hastiada y acongojada.
¿¿Sí?? ¡¿De verdad?! No sabes la alegría que me das. Porque solo cuando uno llega al límite de la desesperación y del hartazgo existencial está realmente dispuesto a cambiar el chip.
Voy a contarte cómo llegué yo a ese límite. La primera vez que me enamoré, él no me correspondió. Por lógica, en la siguiente ocasión me tocaba que sí, ¿verdad? Pues no. Fue otra vez que no. Me dirás que a la siguiente…