El camino al éxito. Napoleon Hill
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El camino al éxito © Napoleon Hill, 2011
D. R. © Editorial Lectorum, S. A. de C. V., 2011
Batalla de Casa Blanca Manzana 147 Lote 1621
Col. Leyes de Reforma, 3a. Sección
C. P. 09310, México, D. F.
Tel. 5581 3202
www.lectorum.com.mx
L. D. Books, Inc.
Miami, Florida
Primera edición: noviembre de 2011
ISBN: 978-607-457-198-1
© Portada: Perla Alejandra López Romo
Características tipográficas aseguradas conforme a la ley.
Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.
Introducción
Era el año 1908 cuando el joven escritor Napoleon Hill entrevistó al fundador de la empresa US Steel, Andrew Carnegie y aceptó su ofrecimiento de hacer un estudio sobre las personas exitosas. Carnegie le dijo a Hill que “una filosofía del éxito ayudaría a otros a volverse exitosos”. Hill aceptó gustoso la comisión de veinte años con el fin de desarrollarse y dar lecciones sobre la filosofía del éxito. Hill comentó en una de sus conferencias que cuando Carnegie le habló sobre la filosofía del éxito fue a una biblioteca con el fin de investigar lo que significaba la palabra filosofía. Cuando vivía en Washington, en 1910, fue comisionado para viajar a Detroit para entrevistar a Henry Ford, fundador de la Ford Motor Company y quien había comenzado la producción en masa de automóviles haciendo el Ford accesible a la clase trabajadora.
Mientras Hill trataba de interesar a Ford en la entrevista, Ford estaba ocupado en interesar a Hill en el automóvil Ford. Hill se sintió tan interesado en el auto que adquirió uno por 575 dólares para regresar a casa. El dinero probablemente pertenecía a su prometida, cuyos acaudalados padres de Virginia Occidental le habían otorgado una dote para su boda. Al regresar a Washington después de la entrevista, Hill fundó el Automobile College de Washington para instruir a la gente sobre cómo vender autos.
Alguna vez te has preguntado por qué el éxito parece seguir a algunas personas y eludir a otras? Este cuestionamiento persiguió a Napoleon Hill durante su infancia y a lo largo de toda su vida, y buscó la respuesta de una manera excepcional.
Oliver Napoleon Hill nació en 1883 en las recónditas montañas al suroeste de Virginia. Parecía no haber en su infancia antecedente alguno que hiciera entrever un futuro exitoso. Nacido en una cabaña, alguna vez dijo: “Por tres generaciones, mi gente nació, vivió, se enfrentó a la ignorancia y la pobreza y murió sin haber salido de esas montañas”.
La vida allí era muy rústica comparada con la de las grandes ciudades del este. Las esperanzas de vida eran pocas y el índice de mortalidad muy alto. Muchos de los pobladores sufrían graves problemas de salud, generalmente provocados por la mala alimentación.
Con apenas diez años de edad y aparentemente sin motivos para esperar un poco de éxito, Hill perdió a su madre, quien contaba con sólo veinticinco años. Un año más tarde el padre de Napoleon contrajo nuevas nupcias, lo que resultó trascendental en la vida del chico. La madrastra de Napoleon, Martha Ramey Banner, era una mujer culta, viuda del director de un colegio e hija de un médico. La nueva madre de Hill vio en él un potencial que nadie más parecía apreciar y, siendo él aún pequeño, intercambió una pistola por una máquina de escribir que le enseñó a utilizar. Hill utilizó la máquina para escribir artículos noticiosos hasta sus quince años, lo cual le resultó muy valioso a lo largo de su vida.
Las escuelas estaban en condiciones precarias, a excepción de las que se encontraban en las grandes poblaciones y en las ciudades del estado. En las montañas, las escuelas primarias sólo abrían cuatro meses al año y la asistencia no era obligatoria.
Las preparatorias eran escasas, pues en todo el estado había sólo un centenar de ellas y éstas ofrecían un programa de estudios de dos o tres años. Cuando Hill cumplió veinte años, había sólo diez preparatorias con programas de estudio de cuatro años en todo el estado. Resulta asombroso que él escapara de semejante condición para convertirse en alguien tan exitoso y con gran influencia sobre miles de personas en todo el mundo.
Hill se refirió a menudo a su infancia en sus artículos, libros y conferencias. Los relatos de su infancia casi siempre son negativos y no resulta sorprendente que a menudo se refiriera a su paso de la pobreza a la riqueza a lo largo de su carrera.
Al terminar el programa de dos años en la preparatoria de Wise, Hill comenzó a verse a sí mismo como un ejecutivo, por lo que ingresó a una escuela comercial en el condado cercano de Tazewell para prepararse para el empleo de secretario, cosa que le ayudaría a adentrarse en el mundo de los negocios.
Decidió ofrecerle sus servicios a uno de los hombres más exitosos de la zona montañosa al suroeste de Virginia. Cuenta que ofreció pagarle al empresario por que le permitiera trabajar durante un periodo de prueba.
El general Rufus Ayres, uno de los hombres más ricos y exitosos del estado, sería el nuevo patrón de Hill.
Resulta fácil imaginarse por qué Napoleon Hill, teniendo un pasado rodeado de pobreza e ignorancia, anhelaba trabajar para el general Ayres. Al finalizar sus estudios en la escuela comercial, le escribió así:
Acabo de completar una carrera comercial y estoy bien calificado para trabajar como su secretario, vacante que estoy ansioso por ocupar.
Como no cuento con experiencia previa, sé que en un principio será más valioso para mí trabajar para usted que a la inversa, por tal razón, estoy dispuesto a pagar por el privilegio de trabajar para usted.
Puede usted solicitar la suma que considere justa, estipulando que, al término de tres meses, esa cantidad será el monto de mi salario. La suma que he de pagarle a usted podrá ser deducida de lo que usted me pague cuando comience a ganar dinero.
Ayres contrató al joven Napoleon, quien llegaba temprano, se quedaba hasta tarde y trabajaba voluntariamente “la milla extra”, ofreciendo un mayor servicio que aquel por el cual se le pagaba. Avanzar “la milla extra” se convertiría en uno de los principios del éxito de Hill.
Ayres contaba con la trayectoria que le resultaría útil a Hill para su estudio sobre los hombres más exitosos y lo que los llevó a alcanzar el éxito. De joven, Ayres sirvió en el Ejército Confederado durante la Guerra Civil. Al término de la guerra, Ayres trabajó en un establecimiento mercantil. Además, se dedicaba a leer textos legales, lo que lo convirtió en un abogado muy exitoso y llegó a ser fiscal en el estado de Virginia. Siendo un exitoso hombre de negocios, ayudaba en la administración de bancos, en el manejo de minas de carbón y en otros proyectos mercantiles. Fue de Ayres que Hill adquirió la idea de asistir a la escuela de leyes para convertirse en abogado.
Hill convenció a su hermano Vivian de que una vez que fuese aceptado en la Universidad Georgetown, aprovecharía su pasión por la escritura para mantenerlos a ambos durante su carrera.
La información que Hill reunía lo llevaría a una vida de manuscritos y conferencias acerca de sus hallazgos sobre el éxito personal. Dichos hallazgos formaron la base de los ocho volúmenes de la Las leyes del éxito (Law of Success), publicada en 1928, y de Piense y hágase rico (Think and Grow Rich) en 1937, el libro de autoayuda más vendido de todos los tiempos.
El volumen que estás a punto de leer te ofrece valiosos artículos sobre el éxito publicados por Hill antes de su primer libro. Recuerda que era el año 1908 cuando Hill entrevistó a Andrew Carnegie, veinte años antes de que publicara su primer libro.
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