Los dos árboles del paraíso. Omraam Mikhaël Aïvanhov

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Los dos árboles del paraíso - Omraam Mikhaël Aïvanhov


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      Omraam Mikhaël Aïvanhov

      LOS DOS ÁRBOLES DEL PARAÍSO

      Traducción del francés

      ISBN 978-84- 123286-0-8

      Título original:

      LES DEUX ARBRES DU PARADIS

      © Copyright reservado a Editions Prosveta, S.A. para todos los países. Prohibida cualquier reproducción, adaptación, representación o edición sin la autorización del autor y del editor. Tampoco está permitida la reproducción de copias individuales, audiovisuales o de cualquier otro tipo sin la debida autorización del autor y del editor (Ley del 11 de marzo 1957, revisada). - www.prosveta.es

      “A todos mis amigos próximos y lejanos que han participado y que participan conscientemente en este magnífico trabajo de la Fraternidad Blanca Universal, envío de todo corazón mi Pozdrav i Privet * para su felicidad y su alegría constante.

      * Fórmula de saludo búlgara cuyos dos términos significan igualmente “ salud”. El primer término concierne a la salud física y el segundo expresa un deseo de orden más espiritual (Nota del editor).

      “Pozdrav i Privet a todos mis amigos, hermanos y hermanas bien-amados, que han recibido y seguido la llamada interior invitando a aceptar la nueva vida venida de las regiones celestes, y a vivirla para transmitirla a otros seres que aspiran al agua pura de los manantiales, al aire vivificante de las montañas, a los rayos luminosos del Sol, para que el mundo entero represente por fin una gran familia armoniosa viviendo en la comprensión y la paz.

      “¡La edad de oro de los poetas no es una fábula! La edad de oro ha existido, Dios habitó entre los hombres, los humanos vivían de acuerdo con las leyes del amor, de la bondad y de la armonía.

      “Lo que pudo realizarse en el pasado, gracias al trabajo de seres de élite, puede realizarse también hoy. Hay que implorar para ello las bendiciones del Cielo y recurrir a los poderes de las altas jerarquías, con todos nuestros esfuerzos y con todos los medios que la enseñanza única del amor nos aporta.

      “Todo es posible para las voluntades fuertes y decididas, para los intelectos iluminados e instruidos en las leyes de la sabiduría, para los corazones encendidos y abrasados por el fuego sagrado del amor divino, para las almas vastas como el universo y los espíritus poderosos y unidos a Dios.

      “No hay nada más bello y más glorioso que participar en esta obra grandiosa de nuestros grandes y nobles hermanos mayores, bajo la dirección de Aquél que nos dio para siempre el ejemplo único, diciendo: Todo poder me ha sido dado en el Cielo y en la Tierra. Id, instruid a todas las naciones, enseñándoles a observar todo lo que os he mandado. Y yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.

      “Nada hay más glorioso y más noble que tender con todas nuestras fuerzas, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos a la realización de este plan deslumbrante: el Reino de Dios en la Tierra.

      “Pozdrav i Privet a mis amigos, hermanos y hermanas bien-amados, que han mantenido la esperanza, la fe y el amor en su corazón, a pesar de todos los obstáculos, contra todas las adversidades encontradas en su camino de ascensión a las más altas cimas de las montañas espirituales, que han mantenido la fe y la confianza en el poder de la dulzura y del amor para neutralizar la acidez y los venenos de los corazones humanos, que han mantenido la fe en el poder y la eficacia de la bondad que tiene el poder mágico de aliviar, consolar y transformar el corazón humano.

      “Pozdrav i Privet a mis amigos próximos y lejanos que han caminado constantemente, incansablemente, con alegría y confianza, con amor y valor, pasando por caminos ásperos y rocosos, con atajos bordeando abismos y precipicios y que, a pesar de las tormentas y de las tempestades desencadenadas, a pesar de los insectos venenosos y de las bestias feroces, han caminado y siguen caminando hacia la Tierra prometida, donde fluyen ríos de agua viva, donde florecen flores de una belleza divina, donde maduran frutos deliciosos y perfumados, donde cantan pájaros de una celeste armonía y donde los hombres viven como hermanos.

      “El Sol es luminoso; se levanta ya sobre el mundo. El aire es puro, el espacio es infinito, el espíritu es inmortal, Dios es eterno. Su belleza es indecible, Su bondad inagotable, Su sabiduría insondable ¡y Su amor todopoderoso!”

      “¡Pozdrav i Privet a todos!”

      Pau, 1952

      I

      Los sistemas teocéntrico, biocéntrico y egocéntrico

      Conferencia improvisada (notas taquigráficas):

      Estoy muy contento de haberos leído hoy la carta que acabo de recibir de mi Maestro*. Habéis comprendido su contenido: todo es claro, luminoso, límpido. Pero hay quizá una frase cuyo sentido no habéis penetrado bien y sobre el que me gustaría daros algunas explicaciones. El Maestro dice: “Existen tres sistemas en la vida: los sistemas egocéntrico, biocéntrico y teocéntrico. Todos los hombres se clasifican en uno u otro de estos sistemas...”

      * Ver la conferencia “El Maestro de la Fraternidad Blanca Universal en Bulgaria: Peter Deunov” (El segundo nacimiento, tomo 1 de las Obras completas).

      El significado de estos términos es fácil de definir. El sistema egocéntrico (del griego ego, yo) tiene como centro el yo, el individuo. El sistema biocéntrico (del griego bios, vida) tiene como centro la vida, con todas sus diferentes manifestaciones. Finalmente, el sistema teocéntrico (del griego theos, dios) tiene a Dios como centro. ¿Veis?, hay, pues, tres centros: el yo, la vida y Dios. Podemos, por otra parte, encontrar también estos tres centros en el hombre mismo: el sistema egocéntrico tiene su sede en el vientre y las vísceras, el sistema biocéntrico en el corazón y los pulmones, y el sistema teocéntrico en el centro del cerebro, en la glándula pineal.

      El sistema egocéntrico está relacionado con la “personalidad” *, con todas las fuerzas en el hombre que utilizan exclusivamente medios egoístas para salvaguardar sus intereses y sus bienes más materiales.

      * Ver la conferencia “El mayordomo infiel - personalidad e individualidad” (La alquimia espiritual, tomo 2 de las Obras completas).

      El sistema biocéntrico ya está más vuelto hacia los demás. Predispone a los seres a hacer intercambios, a fundar una familia, a participar en la vida de la sociedad. A diferencia del sistema egocéntrico, que lleva siempre al hombre a vivir sólo para sí mismo, el sistema biocéntrico le impulsa a trabajar para la colectividad, a ensanchar el círculo de su actividad, de sus preocupaciones.

      El sistema teocéntrico supera en amplitud al sistema biocéntrico; sólo hay sitio en él para lo que es impersonal y divino, para las cualidades y actividades de nuestro Yo superior, que se da como tarea llevar todo hacia Dios y establecer su Reino en cada criatura.

      Los hombres que pertenecen al sistema egocéntrico son limitados, obtusos y groseros. Son incapaces de ver que existe un mundo con unas preocupaciones superiores a las suyas. Representan a la mayoría de la humanidad que sólo piensa aún en satisfacer sus necesidades más primitivas. Pasan, a veces, por ser muy inteligentes, porque se las arreglan bien a expensas de los demás, pero no saben que con semejante actitud van a desmoronarse poco a poco hasta convertirse en abono químico.

      Los hombres que pertenecen al sistema biocéntrico trabajan para preparar las vías de comunicación y para construir puentes espirituales. Se lanzan al espacio para estudiar, investigar y hacer partícipes a los demás de sus hallazgos. Sirven de intermediarios entre los hombres de la primera categoría y los de la tercera. Son los artistas, los filósofos, los investigadores.

      En cuanto a los hombres que pertenecen al sistema teocéntrico, sirven igualmente de conexión; conducen a los seres del sistema biocéntrico hacia un ideal más elevado, hacia el Creador del universo. Son los místicos y los filósofos más notables, los Iniciados, los grandes Maestros.

      Estos tres sistemas, egocéntrico, biocéntrico y teocéntrico, se encuentran también por todas partes en la naturaleza: en las piedras, las plantas, los animales, las estrellas... pero los estudiaremos particularmente en el hombre.

      Os dije hace un rato que en nosotros estos tres sistemas tienen su sede en el estómago,


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