40 ejercicios de neurociencia para lograr armonía interior. Néstor Braidot
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La neurociencia está demostrando que, más allá de que el entorno modele nuestro cerebro, es posible crear conexiones sinápticas sólo con enfocar la atención en un pensamiento.
Diversas investigaciones analizan cómo la mente puede afectar la realidad y cómo los pensamientos juegan un rol determinante sobre el destino de cada persona.
En este sentido se destacan:
• El efecto placebo, por el cual las personas se sienten mejor luego de tomar un medicamento falso, simplemente porque creen de manera fehaciente que obtendrán beneficios.
• El poder de las expectativas. Se investigó mediante técnicas de imagen funcional cómo impactan en la sensación subjetiva de dolor. Se detectó que cuando la persona espera sentirlo, la sensación subjetiva de malestar aumenta. A la inversa, cuando su expectativa disminuye, se observa una reducción del dolor tanto en la experiencia subjetiva como en la activación de las regiones cerebrales implicadas en el registro de éste. Los resultados sugieren que la representación mental de un acontecimiento inminente puede modificar los procesos neurales relacionados con las experiencias sensoriales.
• El alcance de las técnicas de meditación. Los estudios científicos comprobaron que mediante el ejercicio de meditación los budistas expertos logran controlar su fisiología al punto de no sentir frío en temperaturas bajo cero. Entre las técnicas de meditación, la práctica del tummo consiste en generar calor desde el interior del cuerpo y distribuirlo de manera armónica para evitar congelamiento.
Esta línea de investigación nos permite comprender los fundamentos neurocientíficos que subyacen a este tipo de fenómeno: la mente modela las experiencias y facilita la realización y el cumplimiento de metas y objetivos.
Todas las personas poseen fisiológicamente esta misma capacidad. Sin embargo, en algunas se encuentra más desarrollada que en otras.
Los avances en este campo permiten ser más inclusivos y aplicar estos descubrimientos en el perfeccionamiento de técnicas para entrenar esta habilidad.
El cerebro como músculo
El entrenamiento cerebral abarca dos grandes áreas estrechamente relacionadas: la neurocognitiva y la emocional.
Trabajando con constancia se obtienen resultados extraordinarios.
El entrenamiento consiste, básicamente, en el desarrollo de las funciones ejecutivas del cerebro, cuyo correcto desempeño depende de adecuadas capacidades de percepción, atención, concentración, razonamiento, memoria, lenguaje y capacidad visuoespacial, entre otras.
Es el recurso más efectivo, no sólo para desarrollar habilidades cerebrales clave para el trabajo y la vida, sino también, y fundamentalmente, para mejorar la salud mental.
Son numerosas las investigaciones que corroboraron su eficacia. Una más que interesante es la que emprendió la doctora Karlene Ball, de la Universidad de Alabama, en Birmingham.
Esta especialista demostró que diez sesiones son suficientes para que se observen mejoras importantes, equivalentes al deterioro en las funciones mentales que se produciría de manera natural en un período de 7 a 14 años.
¿Cómo funciona? Imaginar que se están repasando operaciones matemáticas para ayudar a un hijo en la próxima evaluación escolar.
Si fuera posible realizar un escaneo del cerebro con un resonador mientras se efectúa esta tarea, se detectaría un mayor flujo sanguíneo en las áreas que el cerebro está utilizando.
Eso sucede porque el sistema nervioso demanda importantes cantidades de energía para las regiones que trabajan, lo que indica un correlato directo entre el flujo sanguíneo necesario y el metabolismo neural.
Anatómicamente, la sangre que llega al cerebro no sólo sirve como sustento y nutrición para las neuronas, sino que además modula la forma en que éstas procesan la información.
Cuanta más sangre fluye hacia una región cerebral, mayor actividad se detecta, potenciando la función de la zona que representa.
Si esto se sostiene en el tiempo, es posible lograr una modificación a largo plazo, facilitando el procesamiento de la información que una persona decidió entrenar.
Algunos ejemplos:
• Un publicista trabajará en pos del desarrollo de su inteligencia.
• Una secretaria ejecutiva intentará optimizar su capacidad para mantener online la información relevante minimizando los olvidos (a partir de mejorar su memoria de trabajo).
• Un croupier se concentrará en incrementar su velocidad de procesamiento-respuesta más una elevada capacidad atencional.
¿Los resultados? A largo plazo, la estimulación neurocognitiva impacta positivamente en las funciones mentales que cada persona necesita optimizar.
Para lograrlo, es necesario mantener el cerebro “activo” con un plan de ejercitación a medida que permita un equilibrio entre el cambio, el desafío y el aprendizaje.
Ejercicio 3
¿Cuál es la figura que completa las series 1 y 2?
Atributos posibles
Cuando se ejecuta con constancia, el entrenamiento neurocognitivo permite:
• Resolver con mayor eficacia y creatividad los problemas que se presentan.
• Percibir la realidad desde puntos de vista diferentes o alternativos, lo que agiliza los procesos de pensamiento y contribuye al desarrollo de inteligencia.
• Anticiparse al futuro y entender las relaciones causa – efecto.
• Planificar y proyectar con mayor grado de organización.
• Discernir lo esencial de lo accesorio o secundario y descubrir relaciones que antes permanecían ocultas.
• Entender mejor cómo funciona el mundo, lo que permite diseñar estrategias más adecuadas para afrontar las circunstancias cambiantes de la vida.
El cerebro es como un músculo y, al igual que en la actividad física, el ejercicio mental debe mantenerse activo: no sólo mejora las funciones cognitivas, también produce un cambio en el cerebro mismo.
Por el contrario, si falta actividad, se debilita su funcionamiento.
Cada función neurocognitiva responde a circuitos neuronales específicos, por lo que necesitamos diferentes ejercicios para desarrollarlas.
Los gimnasios cerebrales proporcionan el ámbito ideal para fomentar a pleno las capacidades que es necesario fortalecer para desempeñarse tanto en el trabajo como en la vida social y familiar.
Un programa de entrenamiento neurocognitivo brinda una estimulación cerebral a medida, partiendo de las fortalezas y debilidades cognitivas que se detecten.
Normalmente, se trabaja sobre categorías amplias y abarcativas, que incluyen:
• Atención.
• Concentración.
• Memorias de diferentes tipos.
• Capacidad visual.
• Razonamiento y resolución de problemas.
• Monitoreo emocional.
• Desarrollo