Operaciones auxiliares en el punto de venta. COMT0211. Francisco Alfonso Izquierdo Carrasco
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Contenido
3. Características y diferencias
4. Tipos de superficies comerciales
Objetivos
Los objetivos específicos de esta Unidad de Aprendizaje son:
Diferenciar los sistemas y zonas habituales de distribución y organización de productos en distintos tipos de superficies comerciales.
Montar los elementos y expositores utilizados habitualmente para la animación, exposición y presentación de productos en el punto de venta, siguiendo las instrucciones y aplicando criterios comerciales, orden y limpieza.
Manejar equipos de localización, etiquetado, recuento y dispositivos de seguridad de productos, con soltura y eficacia, respetando las instrucciones del fabricante.
1. Introducción
Desde que el ser humano es consciente de sus habilidades manufactureras existe el comercio; en un principio a través del trueque de productos creados gracias a la habilidad de unos a cambio de otros productos que estos no sabían o no podían crear.
Con el tiempo, las personas se fueron especializando, y esas manufacturas primitivas fueron adquiriendo calidad; se enseñaban los secretos de unos a otros, y fueron apareciendo los especialistas, que poco a poco ofrecían sus servicios en mercados callejeros.
Una vez que el comercio empezó a extenderse y cada vez más personas estaban interesadas en ofrecer sus servicios o productos, los mercados fueron siendo cada vez más amplios, y se formaron carpas individualizadas, o lo que es lo mismo, surgieron los primeros establecimientos comerciales.
De ese concepto de comercio al actual han pasado miles de años, pero no por ello ha quedado obsoleto, mercadillos o rastros son un ejemplo de ello.
En la actualidad, son innumerables las tareas organizativas y de administración de los espacios de un establecimiento para lograr optimizar los mismos frente al volumen de carga de productos tanto en almacén como en el punto de venta.
Muchas de ellas, sobre todo las destinadas al producto en el punto de venta o escaparates, son tarea de estudios de venta o merchandising y otras responderán simplemente a criterios organizativos o logísticos de almacén.
Dependiendo del tamaño de sus salas, la distribución de sus paredes, columnas y espacios disponibles e incluso la altura de sus techos, se realizarán diferentes estudios destinados a la colocación de los artículos en almacén –estudios logísticos– o en el punto de venta –estudios relacionados con las teorías del merchandising–.
Para facilitar la comprensión del contenido, tomaremos como referencia el caso de la empresa “Grupo Logístico Madrileño”, en adelante GLM, una empresa privada dedicada al almacenaje, distribución y transporte de productos químicos.
2. Concepto y funciones
GLM es una empresa española con sede central en Madrid, dedicada al almacenaje, distribución y transporte de productos químicos. Dispone de tres almacenes situados por todo el territorio nacional, a saber: Huelva, Valencia y Madrid, aunque sus gerentes han decidido abrir un nuevo centro de almacenamiento en León para cubrir la demanda existente en las provincias del norte de España.
Además de los centros de almacenamiento, el grupo empresarial dispone de una serie de comercios minoristas especializados en la venta de productos químicos repartidos por España. ¿Se podría considerar GLM un establecimiento comercial?
Los primeros establecimientos comerciales se construyeron en forma de mercados de carpas, similares a los mercadillos actuales, donde se vendían todo tipo de alimentos, hortofrutícolas, cárnicos o de pescado, vestimentas, abalorios, mobiliario, etc. Con la aparición de estos mercados, el trabajo se fue especializando y cada profesional dedicaba sus esfuerzos a la creación de ciertos artículos que finalmente optaban por vender en sus propias instalaciones.
Se puede decir que es ahí donde nace el pequeño comercio urbano que perdura hasta nuestros días.
El mercado tradicional o zoco aún sigue existiendo hoy en día. (© Fotografía: Balate Dorin / Shutterstock.com)
Tanto en los mercados de abastos, que siguen funcionando plenamente hoy en día, como en mercadillos o grandes superficies comerciales, esta relación comercial para la compraventa tanto de alimentos como de vestimenta u otra serie de necesidades, como elementos para el ocio, cubre la función de abastecimiento con la que antaño nacieron este tipo de establecimientos.
Pero también se puede indicar como una de las funciones principales de los establecimientos comerciales la de generadores de empleo cualificado. Ya sea en pequeñas superficies como en mercados de abastos o grandes centros comerciales, la posibilidad que ofrecen estos establecimientos para la implantación y creación de comercios de todo tipo es amplia y abierta, aunque ofrece competencia. Esta competencia obligada, por la posibilidad de que varios comerciantes trabajen el mismo género, acaba por cualificar aún más al vendedor, pero a la vez favorece al consumidor al ofrecer diferentes alternativas de compra.
El pequeño comercio urbano sigue existiendo hoy día, caracterizándose por su mayor especialización.
Se atribuye a Marco Ulpio Trajano, emperador romano procedente de Hispania, la creación del primer centro comercial al construir una galería con más de 100 locales comerciales fijos en el siglo I.
Cuando se habla del pequeño comercio urbano, se pueden destacar las siguientes características:
Cercanía en el consumidor.
Alternativa a la gran superficie.
Elemento esencial para la conservación del estilo de vida social, urbano y dinamizador de centros.
Elemento activador del trasiego.
Alternativa al abandono de los centros históricos poblacionales.
Al hablar de pequeño comercio urbano se hace referencia a los autoservicios y tiendas de comercio tradicional, ferreterías, etc. En definitiva, establecimientos comerciales de barrio que se encuentran desligados de las grandes cadenas comerciales.