La democracia de las emociones. Alfredo Sanfeliz Mezquita
Читать онлайн книгу.no pueden considerarse errores sino concepciones suyas de las cosas expresadas a través de la pintura. Y en igual sentido, en forma de libro, espero y pretendo ser igual de libre delante del ordenador como supongo lo sería Dalí cuando se ponía delante de un lienzo.
¿De qué voy a escribir y por qué?
Me gusta poner de manifiesto las paradojas y absurdas creencias que se dan con gran arraigo en torno al funcionamiento de nuestra sociedad. Me sorprende el atrevimiento de casi todo el mundo para juzgar y opinar de todo, incluso de las cosas más complejas sin tener criterio alguno. Es también sorprendente la capacidad de las personas en general, de encontrar culpables para todo aquello que no les gusta y atacar a esos culpables desde el convencimiento de estar en lo cierto, simplificando las cosas y pensando como si lo que ocurriera solo tuviera una causa (o culpa), en la que por supuesto ellas no participan. Ello genera múltiples indignados por unas y otras cosas, y permanentes polémicas y discusiones cargadas de emocionalidad, aunque supuestamente vestidas de racionalidad aun sin fundamento alguno. Y de la observación y comprensión de estas polémicas y de las diferencias de visiones es precisamente de lo que voy a escribir en este libro para tratar de contribuir a crear un mundo en el que todos seamos más comprensivos.
Vivo permanentemente observando fuerzas, tendencias y fenómenos que son poco visibles para la sociedad en general pero que de hecho condicionan nuestro desarrollo, la convivencia y nuestro bienestar. Me gusta hablar de ello en mis conversaciones y tertulias sociales, lo que genera a menudo el rechazo y la polémica de quienes, anclados en su perspectiva, no son capaces de comprender la mía. Y lo que haré en este libro es precisamente poner luz a estas ideas y ordenarlas para tratar de proponer miradas y perspectivas amplias y completas que provoquen un despertar de la conciencia social ante ciertos fenómenos y tendencias sociales que percibo. Es un reto difícil que quizá no llegue a conseguir, o solo lo haga frente a unos pocos, y que se expone a la crítica o descalificación de quienes están cómodamente asentados en viejas concepciones.
Debo confesar que en alguna medida este libro tiene cierta pretensión de desahogo frente a quienes a lo largo de mis años de interacción con ejecutivos y personas establecidas en posiciones de poder me han hecho sentir un poco estúpido, Quijote, iluso o falto de realismo. A menudo a lo largo de mi trayectoria profesional, mis comentarios, aportaciones y sugerencias para abordar planes, acciones o estrategias apoyados en el sentido común y tratando de integrar una visión de corto y largo plazo han sido despreciados con cierta sorna. He sentido por ello cierta displicencia hacia mis contribuciones cuando he cuestionado las múltiples dinámicas, prácticas y fenómenos malsanos que se dan en nuestro mundo económico-empresarial y he tratado de poner un punto de sensatez y sobre todo de respeto al ser humano. Y sin pensar en nadie en concreto y con un ánimo más deportivo que vengativo, al escribir este libro me mueve también la búsqueda de dar un pequeño revolcón a las prácticas empresariales y en general de poder que ensalzan una eficacia y productividad procedimentada, deshumanizante y cortoplacista como valores supremos a costa de cualquier otro.
Finalmente, y pidiendo disculpas anticipadas al lector, en el último capítulo del libro me permitiré el capricho de abandonar el territorio del pseudo-ensayo para adentrarme libremente en mis propias disquisiciones trascendentes y espirituales, cuya expresión constituye el imprescindible broche para compartir desde mi más profundo y libre interior mi concepción de la vida y del mundo. Quizá para muchos resulten simples desvaríos, pero para mí constituyen una necesaria conexión personal con el ámbito del misterio que me permite conciliar y convivir con los múltiples sinsentidos y contradicciones que observo al mirar a mi alrededor, y que yo mismo padezco cuando profundizo en mi conciencia para tratar de entender las fuerzas que me mueven.
¿Entonces qué busco con este libro?
A menudo buscamos explicaciones simples de las cosas y culpables a los que responsabilizar de lo que no nos gusta. Y todo ello sin el más mínimo fundamento, basándonos en informaciones e interpretaciones sesgadas de las cosas y con muy poca reflexión.
El mundo se nos ha quedado pequeño y está híper-comunicado, y cualquier fenómeno que se produce en algún lugar o ámbito tiene efectos en otros lugares y ámbitos de nuestra sociedad. Me atrevo a decir que cada vez es más patente que todo es causa de todo en este complejísimo sistema de intereses y fuerzas de un mundo abierto y comunicado cuyas fronteras internas solo son capaces de constituir barreras en algunos ámbitos de la actividad humana. Se trata de fuerzas, corrientes o intereses, cada uno con lógicas propias y distintas, que nos hacen sumamente difícil entender lo que pasa, y mucho menos hacer predicciones sociológicas de cosas futuras. Cada fuerza o corriente busca su hueco construyendo sus legitimidades en su propio beneficio y sin respeto a principios o statu quo alguno. Y esas legitimidades construidas, unidas a una adecuada administración carismática, conforman causas y grupos de interés dotados de capacidad de influencia en el sistema que unos y otros tratan de aprovechar en su propio beneficio.
Este libro espero que ayude al lector a tomar una perspectiva enfocada de todas estas cuestiones y comprender como naturales las distintas posturas y reivindicaciones de unas y otras fuerzas o grupos de interés. Ayudar a esta ampliación de perspectivas es un gran propósito de este trabajo.
Siendo más concreto, con este libro me gustaría:
• Hacer pensar a la gente y preguntarse cosas.
• Ayudar a hacer visible el que el funcionamiento de nuestro sistema socioeconómico y los intereses instalados nublan nuestra perspectiva y nos impiden ver que nuestros problemas sociales no son tanto de escasez de riqueza como de falta de formas adecuadas para administrarla y disfrutarla haciendo patente el que la búsqueda infinita de crecimiento económico-financiero no puede ser el principal sostén de la paz y la felicidad social.
• El acercamiento a una mejor comprensión de lo que es el dinero y de las funciones que de hecho hoy cumple en la sociedad como principal fuente de explicación de casi todo lo que ocurre y no nos gusta en ella. Y desde ahí contribuir a que todo el mundo pueda comprender un poco lo que los expertos del mundo económico parecen no entender, precisamente por estar excesivamente condicionados por un conocimiento que los ancla en viejas concepciones y les limita las nuevas.
• Contribuir al ensalzamiento de los empresarios, pero exigiendo a la vez su evolución, fusionando lo bueno de los entornos de competencia con un incremento de la colaboración que permita seguir procurando un bienestar que vaya mucho más allá del asociado a la riqueza material y a una mirada simplista a los crecimientos económico-financieros en forma de PIB, saliendo con ello de la ceguera antropológica y social en la que muchos parecen vivir.
• Contribuir a que los lectores puedan comprender mejor por qué hoy hay tantos gritones y reivindicadores que no hacen más que pedir más y más derechos sin obligaciones y que tratan de poner patas arriba todo lo establecido, mostrando cierta comprensión hacia algunas de sus causas si bien siendo a la vez críticos con ellos para que no se excedan en sus gritos y dejen de sembrar odio como vía para la reivindicación y la captación de seguidores.
• Agitar la conversación social para ensalzar los componentes psicológicos, emocionales y espirituales de la felicidad y poner en cuestión la arraigada asunción de que el dinero siempre procura bienestar, ayudando a que los lectores comprendan las perversas dinámicas de nuestro sistema económico, auto-esclavizado por las necesidades de productividad y crecimiento sin límite, que nos hacen víctimas de dicho sistema socioeconómico que hemos creado y convertido en un fin en sí mismo olvidándonos de que era un medio.
• Hacer una llamada al esfuerzo de todos para conocernos y comprendernos mejor como vía para descubrir y entender lo que realmente nos mueve, y desde ahí reorientar la superficial y frenética espiral de consumo y cambio acelerado y permanente de la que solo se beneficia el propio sistema económico para perpetuarse con promesas de valor y excesivas y agobiantes exigencias para los ciudadanos.
• Contribuir a que las sociedades occidentales y occidentalizadas despierten a la importancia de recuperar el sentido de las cosas y desarrollar la espiritualidad para promover un mejor equilibrio entre lo material