El ejército de Vox. Luis Gonzalo Segura

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El ejército de Vox - Luis Gonzalo Segura


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100); o en la Ciudad del Aire, en Alcalá de Henares, Madrid (sección electoral 5-30; 28 por 100).

      Además, se mencionaban los triunfos de Vox o los elevados re­sultados, en comparación con el entorno, en las comandancias de la Guardia Civil en Sevilla, Málaga, Huelva o Badajoz o la Dirección de la Guardia Civil en Chamberí, Madrid (7-134; 37 por 100). Importante reseñar los casos del barrio de la Milagrosa de Pamplona, en el que se ubica un cuartel de la Guardia Civil, donde la ultraderecha pasó del 4,2 por 100 al 24,4 por 100, y de Sant Clement de Sescebas, Girona, donde Vox llegó a un 14 por 100 en un entorno eminentemente independentista.

      Con este punto de partida, con la obvia relación entre el voto militar y el voto ultraderechista, incluso para medios tan afines al régimen español como son El País o El Confidencial, los grandes medios de comunicación podrían haber puesto sobre la mesa la situación y haber provocado el necesario diálogo ante un problema que ni mucho menos puede considerarse menor. No lo hicieron. Cumplieron con la parte que les correspondía en la censura moderna: informar sin contexto y sin continuidad. Nadie podrá decir que no lo contaron, pero obviamente no lo hicieron tal y como el asunto merecía.

      En este sentido intentaré exponer un ejemplo real que puede dar una idea de lo que acontece en cuanto a la censura mediática moderna. En un momento determinado de la promoción de En la guarida de la bestia (Foca, 2019), un ensayo sobre el acoso sexual en las Fuerzas Armadas españolas, denuncié que la tasa de denuncias de acoso sexual en la milicia española en los tres últimos años (2016, 2017 y 2018) multiplicaba por entre cuatro y ocho las denuncias que por los mismos hechos se producían en la sociedad española. Un escándalo. Ningún medio publicó nada al respecto, y el que finalmente lo hizo, en lugar de exponer estas cifras y dibujar un entorno que permitiera comprender la magnitud del problema, se limitó a entrevistar a una militar que relataba el horror sufrido, cuando, obviamente, un acoso sexual no permite vislumbrar un problema, sino que arroja la cuestión al cesto de la ocasionalidad –los famosos «casos aislados» que durante años esgrimió el Partido Popular para defenderse de la corrupción–.

      Intentemos imaginarnos ahora a uno de los consumidores de este medio, el único que al menos informó sobre algo, al tener co­nocimiento de la historia. Sentiría lástima, vergüenza, impotencia o rabia por el testimonio relatado si fuera un ciudadano más o menos normal y en el caso de ser un votante de Vox pensaría que la mujer se lo estaba inventando todo con afán de protagonismo, que en el fondo deseaba ser poseída o que pertenece a una red conspirativa de mujeres que pretende someter a los hombres y hacerlo, además, a escala planetaria; pero lo que es seguro es que ninguno de ellos pudo en ningún momento comprender la dramática situación de la mujer en el Ejército, la indefensión y la cacería que sufre cada vez que interpone una denuncia. No pudo porque nadie le ofreció unos datos mínimos que permitieran divisar el paisaje completo. No es el acoso sexual de una mujer el problema, sino la alta tasa de denuncias –entre cuatro y ocho veces más que en la sociedad– y la baja tasa de condenas –casi el 0 por 100–.

      De la misma manera, aunque hubo medios de comunicación que informaron sobre la evidente relación entre los militares y la ultraderecha, ninguno de ellos perseveró en la información, ninguno de ellos investigó en profundidad tan llamativos datos, ninguno de ellos se prestó a recopilar el resto de información que relaciona a la extrema derecha con las Fuerzas Armadas españoles, la Policía Nacional y la Guardia Civil y que demuestra de forma irrefutable, porque las casualidades y los «hechos aislados» tienen un límite hasta en España, que los militares –y guardias civiles– españoles son mayoritariamente ultraderechistas, muy especialmente la cúpula militar de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil.

      CAPÍTULO II

      Los resultados electorales del 28 de abril de 2019

      Es cierto que en muchas ocasiones la traza ultraderechista queda difuminada cuando las localidades en las que se encuentran los cuarteles son muy pobladas o cuando pueden incidir otras variables, por lo que en ningún caso se podían haber usado para este estudio resultados absolutos, pues aun cuando el voto militar hubiera sido en su totalidad dirigido a Vox, el entorno habría provocado que este quedara diluido.

      Por tanto, para comprobar si ha existido influencia del voto militar en los resultados electorales, y más concretamente en forma de aumento del voto de la ultraderecha española, en este trabajo se analizarán más de cien secciones electorales en las que se encuentran emplazamientos castrenses y se compararán con las medias provinciales de Vox, de tal manera que el resultado final debería arrojar que, más o menos, la mitad de ellas se encontraran por encima de la media y la otra mitad por debajo.

      Al comenzar el estudio, se daba por bueno, para demostrar la supremacía del voto ultraderechista militar, que el porcentaje de secciones analizadas, en las que están las ubicaciones militares más importantes,


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