La cábala. Mario Saban
Читать онлайн книгу.y finalmente solo me enojé conmigo».
RABÍ ISRAEL SALANTER
«Lo más importante nunca está escrito».
RABÍ DAVID IBN ZIMRA
«Para evadirse del problema real de la Merkabá, los cabalistas trabajaron la interioridad del ser humano de modo que provocaron simbólicamente la psicoanalización de la cábala muchos siglos antes del nacimiento de la Psicología moderna».
MARIO SABAN
Introducción a la psicología del misticismo judío: marco teórico-metodológico
«Nunca desesperarse, nunca caerse».
NAJMÁN DE BRATSLAV
Uno de los más importantes temas del misticismo judío es la explicación del funcionamiento del ser humano y su sentido cosmogónico. El judaísmo a lo largo de la historia ha intentado comprender la realidad divina de todo lo creado (el Maasé Bereshit), y profundizó sobre el misterio de la psique del ser humano. En ese sentido, podríamos decir que una parte de los grandes cabalistas judíos advirtieron de la importancia de comprender al ser humano, y de comprender el sentido de su existencia, no solamente dentro de un plano individual, sino en el plan general de la creación.
El trabajo que presento ante el Honorable Tribunal de la Universidad Ramón Llull es el diseño de las aplicaciones psicológicas de la cábala hebrea y, en particular, sobre el símbolo del Árbol de la Vida.
Lamentablemente, como el trabajo requiere de una traducción del lenguaje místico antiguo y medieval a los nuevos términos de la modernidad, he intentado buscar detenidamente las equivalencias conceptuales para que el análisis científico sea lo más riguroso posible. Tampoco tengo dudas de que mis propias experiencias personales, tanto de mi vida privada como de la relación con mis alumnos en los cursos sobre la cábala, son las que realmente me ayudaron a comprender mejor la psique humana y a establecer las conexiones adecuadas entre los antiguos conceptos del misticismo judío tradicional con las nuevas formas de comprensión de las escuelas psicológicas modernas. A pesar de la extensión del marco teórico de mi trabajo doctoral, quiero dejar constancia de que todos los conceptos vertidos son el fruto de la interacción entre el análisis teórico y la realidad práctica de un buen número de mis alumnos.
La búsqueda del sentido de la existencia en el ser humano no debe ser considerada como una patología, lo que sí se puede convertir en patológico es justamente el hecho de la aparente imposibilidad del ser humano de encontrar dicho sentido. Trabajar el sentido de la existencia del ser humano desde la infancia para extraer, como decimos dentro de la cábala la «raíz del alma» de la persona, es fundamental para realmente alcanzar la felicidad interior; una felicidad interior no dependiente de nuestro exterior, sino de nuestra autopercepción. Elevar los niveles de autopercepción a través de las estrategias que nos legaron los antiguos sabios del judaísmo es la clave para alcanzar los mayores niveles de felicidad y de intensidad existencial. Por ese motivo, hemos trabajado la unificación científica entre los elementos derivados del misticismo judío y los elementos de la Psicología clásica. Es más, podemos decir, sin equivocarnos, que muchos cabalistas fueron pre-psicólogos porque trabajaron su propia psique y estudiaron la psique para comprender mejor el diseño divino. Lo que estudiaremos representa la contribución psicológica que ha realizado durante siglos el misticismo judío.
Debemos ser conscientes de que dentro del judaísmo se trabajó exegéticamente para elevar poco a poco el nivel de conciencia del sujeto. Y dentro del trabajo de elevación de dicho nivel de conciencia, el estudio directo o indirecto de la psique fue esencial.
Ha quedado en suspenso la labor de comprender la Psicología desde la cábala hebrea, y este trabajo creemos que recién comienza. Un estudio serio y profundo del misticismo judío (la cábala) nos puede llevar a una comprensión psicológica transpersonal de la psique. El aporte del misticismo judío al campo de la Psicología es fundamental y debe ser expuesto, estudiado y analizado minuciosamente. Por lo tanto, debemos considerarlo como un aporte más al crecimiento general del ser humano.
Ya muchos autores, como Moshé Idel, advirtieron de que la relación entre la Psicología y la cábala aún no ha sido estudiada en profundidad. Idel dice sobre este asunto:1
«Pero no hay razón para prohibirse un uso prudente de otras ramas de las ciencias humanas, por ejemplo, la Psicología. Este campo ha proporcionado una gran variedad de teorías respecto de la psique humana y sus procedimientos. Como algunos cabalistas se refieren abierta o alusivamente a experiencias espirituales, no podemos descuidar la contribución de una u otra teoría psicológica para describir ciertos fenómenos cabalísticos. Una vez más, Scholem evitó utilizar conceptos o teorías psicológicas. Es cierto, por otra parte, que las citas de la literatura cabalística y su análisis por parte de uno de los grandes contemporáneos de Scholem, Carl Gustav Jung, son problemáticos».
«Jung alimentaba un gran interés por la cábala, incluso tuvo un sueño cabalístico. Pero este interés e incluso esa identificación con concepciones cabalísticas no pueden hacer olvidar su verdadera incomprensión de las fuentes y su enfoque reduccionista a los textos. Aunque se pueda hacer la misma crítica al análisis realizado por Jung a obras de otro tipo, como los escritos sobre alquimia, gnosticismo o textos hindúes, dudo, en lo que a la cábala se refiere, que se pueda sacar algo sustancial del examen que hizo de los pasajes particulares que menciona en sus libros».
El Árbol de la Vida entonces sirve (y debemos utilizarlo de este modo) para resolver algunos problemas psicológicos de difícil resolución, o que no pudieron ser satisfactoriamente analizados por falta de elementos simbólicos suficientes. También el símbolo del Árbol de la Vida es muy útil para comprender el funcionamiento del sistema universal y cómo las diversas escuelas de pensamiento se han acercado a la realidad del Yo.
Puedo afirmar sin temor a equivocarme que el Árbol de la Vida es una de las representaciones más profundas del ser humano y su dinámica existencial. Como dicho símbolo opera tanto en lo físico como en lo metafísico, y como el mismo símbolo opera tanto en lo macro como en lo micro, cuando estamos trabajando con el Árbol de la Vida, nos encontramos operando tanto dentro de términos psicológicos como de aspectos cosmogónicos de forma simultánea.
El transpersonalismo de la mística judía produce así elementos simbólicos claves para una nueva interpretación existencial del ser humano, y he trabajado con estos elementos, llevándolos hasta las máximas consecuencias subjetivas, teóricas y prácticas, de acuerdo con mi propia capacidad.
Mi objetivo es comparar algunas teorías modernas con las más antiguas tradiciones del misticismo judío, con la idea de obtener como resultado una comprensión más elevada del «Yo». Pero no un «Yo» reducido a la psique, sino un Yo que abarca la psique y la trasciende.2 Reitero que el concepto del «alma» en el campo del misticismo judío no se reduce al nivel intelectual (Neshamá) o psique.3 A dicho nivel intelectual o psique lo denominaré como el Yo mental. Dicho Yo mental se encuentra dentro de la dimensión de la Biná cosmológica como ya explicaremos más adelante.
Expondré no solamente en esta tesis doctoral el funcionamiento simbólico del Árbol de la Vida y la Merkabá a nivel psicológico, sino que plantearé desde esta simbología los problemas que se presentan dentro de las diversas escuelas de la Psicología tradicional del siglo XX y las de principios del siglo XXI. ¿Cuáles son las fortalezas de los diversos sistemas modernos y cuáles son las debilidades de estos sistemas a la luz de la sabiduría antigua y medieval del judaísmo?
Intentaré enfocar dentro de la simbología del Árbol de la Vida en qué dimensiones trabajaron las diferentes escuelas del Psicoanálisis tradicional, demostrando que las escuelas parcializaron el estudio sobre algunas dimensiones del Árbol de la Vida, haciendo que unas prevalezcan sobre las otras; por ese motivo realizaron formulaciones parciales de la misma problemática humana, y por lo tanto no pudieron ver más allá de sus fronteras conceptuales. Idolatraron los conceptos, de modo que no pudieron comprender la flexibilidad y la complejidad del sistema general. Entiendo que este factor de especialización científica del siglo XIX dio como resultado una escisión del ser humano y del conjunto