Fundamentos de microeconomía. Marco Antonio Plaza Vidaurre

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Fundamentos de microeconomía - Marco Antonio Plaza Vidaurre


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humana según Von Mises? ¿Qué es el apriorismo praxeológico?

      10. ¿En qué se diferencia la metodología de Von Mises respecto de la de Friedman?

      11. ¿Qué son las categorías a priori de la mente humana según Von Mises y Hoppe?

      12. ¿Cuál es el problema del empirismo cuando se aplica a las ciencias sociales y, en especial, a la ciencia económica?

      SEGUNDA PARTE

      LA TEORÍA DEL CONSUMIDOR Y DEL INTERCAMBIO

Capítulo1La teoría del consumidor y el intercambio directo

      Adam Smith (1997) manifestó algo muy importante: “El consumo es la finalidad exclusiva de la producción, y únicamente se deberá fomentar el interés de los productores cuando ello coadyuve a promover el del consumidor” (p. 588). Esta expresión sigue vigente en nuestros días. Cualquier industria siempre produce bienes que acabarán siendo comprados. Algunos bienes son finales, ya no son transformados y son adquiridos por los consumidores; otros bienes son intermedios, se utilizan como insumos en los procesos productivos, pero formarán parte de la cadena de producción que finalmente acabará en un bien final cuando el consumidor los use para satisfacer una necesidad. Cuando las personas consumen alimentos, lo hacen para evitar el hambre que causa la escasez de estos; necesitamos de bienes y servicios para dar fin a una situación de malestar. El consumo nos da utilidad y esta varía en intensidad a medida que vamos consumiendo un bien. Normalmente tenemos un ingreso monetario, definimos las prioridades en las actividades que nos permitirán satisfacer nuestras necesidades y luego actuamos comprando y consumiendo.

      En este capítulo, investigamos la valorización de los bienes y servicios que da lugar al principio de la utilidad marginal, explicado por economistas del siglo XIX. Este principio cambió para siempre la ciencia económica ya que nos explica que el valor de los bienes depende de la utilidad que da su consumo, lo que significa que el valor de las cosas no se define en la fábrica, sino en el mercado, dada la subjetividad de los individuos. El principio de la utilidad marginal destronó la teoría del valor trabajo, que explica que el valor de los bienes depende de los costos de producción, siendo el trabajo el principal costo. Lo paradójico es que la teoría antes mencionada fue planteada por el economista liberal Adam Smith en el siglo XVIII y utilizada por el marxismo en el siglo XIX para fundamentar la teoría de la plusvalía que fue el sustento económico para promover el comunismo.

      Cuando consumimos cualquier bien, por ejemplo, agua, asumiendo que tenemos mucha sed, el grado de satisfacción de la necesidad, el que llamaremos a partir de ahora utilidad, aumenta hasta un máximo nivel y de allí en adelante se mantiene, aunque puede disminuir y ocasionar un malestar si seguimos bebiendo agua. Sin embargo, a medida que el consumo aumenta, las variaciones de la utilidad son cada vez menores hasta que prácticamente se vuelven insignificantes. Si bebemos agua, la utilidad total aumenta, lo que significa que la necesidad se está satisfaciendo, pero cada trago adicional que tomamos nos da una utilidad cada vez menor. En esto consiste la ley de la utilidad marginal del consumidor, conocida como la ley de Gossen, que podemos definirla de la siguiente manera: cuando consumimos un bien, la satisfacción de la necesidad aumenta en términos totales, pero es decreciente en término marginales; en otras palabras, el entusiasmo por el consumo va disminuyendo a medida que consumimos más de un bien hasta llegar a un punto en que un consumo adicional es irrelevante, al que podemos definir como punto de saturación.

      Esta ley se cumple en todo tipo de consumo y está siempre relacionada con un tiempo determinado. Veamos el caso de la alimentación diaria: una persona desayuna, almuerza y cena todos los días. Supongamos que desayuna a las 8 a. m., almuerza a la 1 p. m. y cena a las 7 p. m. Asumimos que no come nada entre dichas horas. Sin embargo, cada una de estas actividades tiene un rango de duración hasta que el individuo nuevamente tiene hambre. Incluso el caso es más complejo para cada tipo de alimento. El típico almuerzo está compuesto por una entrada, un segundo y un postre; en cada uno de estos se llega a un punto de saturación relativo, en el sentido de que nadie come solamente entrada ni los otros alimentos. La persona se satisface de comer entrada y sigue teniendo hambre, pero no le provoca comer más de esta; igual sucede con el segundo. Ahora bien, si come mucho, quizá no le provoca ningún dulce como postre. Luego, la ley de la utilidad marginal en el caso de la alimentación no solamente se aplica a la necesidad como un todo, sino que esta puede ser compartimentada. Igual sucede con otras actividades que dan placer a las personas, como ver televisión, escuchar un tipo de música o conversar de un tema específico. En cada una de las actividades se cumple la ley de la utilidad marginal porque siempre existirá un nivel de saturación del uso de un bien o de su respectivo consumo. Los economistas han desarrollado un gráfico que explica esta ley de manera que visualmente podamos comprender más este concepto.

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      Figura 1. La utilidad del consumidor

      Elaboración propia

      En la figura 1 tenemos la evolución de la utilidad del consumidor cada vez que aumenta el consumo de un bien, al que denominamos X. En el eje vertical se tiene la variable utilidad total que es acumulativa, y en el horizontal, la cantidad del bien mencionado. La curva aumenta de manera decreciente volviéndose más plana a medida que se consume más X, es decir, los cambios en la utilidad son menores cada vez que se incrementa en una unidad el consumo de X. Observamos dos triángulos pequeños que se forman cuando aumenta el consumo de X y dos catetos verticales: a y b. El cateto a es más grande que el b. Esto refleja el 'cambio' en la utilidad. La pendiente de la curva también disminuye a medida que se consume más X. Si se sigue aumentando el consumo de X, la pendiente tiende a ser horizontal, por tanto no hay cambio en la utilidad total y la utilidad marginal se convierte en cero.

      Podemos también representar este comportamiento en una tabla. Por ejemplo, la primera unidad de X arroja 50 de utilidad, la segunda solo 30 que sumada a la primera da un total de 80, la tercera unidad contribuye con 20 y el total es 100, así hasta que la sexta unidad no contribuye con nada a la utilidad y, por tanto, la utilidad total se estanca.

      Tabla 1

       La utilidad marginal

Consumo del bien XUtilidad totalUtilidad marginal
15050
28030
310020
411010
51055
61050

      Elaboración propia

      En este ejemplo, una persona consume determinado bien hasta que sacia su necesidad o llega al punto de saturación. Podemos concluir entonces que cuando se consume un bien, la utilidad total aumenta, pero de manera decreciente, y que los valores marginales de utilidad disminuyen hasta convertirse en cero.

      Carl Menger, fundador de la escuela austriaca de economía, en su obra Principios de la economía política (1871/1996) desarrolló una teoría del valor completamente diferente a la vigente en aquella época, la teoría del valor trabajo, seguida por economistas clásicos, como Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill, entre otros, mediante la cual los bienes se valoraban según el trabajo utilizado en la producción de un bien, es decir, el costo definía el valor o el precio de los bienes.

      Menger define el valor de la siguiente manera:

      Por consiguiente, valor es la significación que unos concretos bienes o cantidades parciales de bienes adquieren para nosotros, cuando somos conscientes de que dependemos de ellos para la satisfacción de nuestras necesidades. Por tanto, aquel fenómeno vital que llamamos valor de los bienes, brota de la misma fuente que el carácter económico de estos últimos, es decir, de la antes descrita


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