El Arte de Amar a Tres Yo, Tú y Nosotros. Maria del Mar Cegarra Cervantes

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El Arte de Amar a Tres Yo, Tú y Nosotros - Maria del Mar Cegarra Cervantes


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marido. Decía constantemente que “tu padre es muy malo, tienes que estar a mi lado para que el no te trate mal ni a tí ni a mí”. Y así era. Paulo era confidente de la madre. Fue Carla quien se declaró, diciendo que entre ellos podría “funcionar”. Eran tan amigos que se casaron. Tuvieron una hija “con enormes problemas de aprendizaje y alergias severas”. Siempre estaban corriendo de medico en médico.

      La dinámica entre ellos se resume así: Carla ordena y Paulo obedece. Frecuentemente Carla hace una lista de tareas para que Paulo las haga. El las hace con tardanza, de una en una, y tarda mucho tiempo en ejecutarlas. Es bueno observar que, cuanta más presión recibe Paulo, más lento es. Los papeles se acumulan durante meses. Las cosas por arreglar, semanas. Se olvida muy a menudo. Y al final de los interminables monólogos de Carla (diálogos no eran ciertamente) el concluye: “tienes razón, lo haré”.

      Y lo hacía. Algunas cosas. Pero nunca lo que ella pedía o idealizaba. Carla vive con ese estrés. Sin nadie que la ayude, rebajando frecuentemente a su marido, a quien echa rapapolvos constantes. Paulo no escucha, no se pelea. Sigue a su ritmo.

      Ambos son muy religiosos y practicantes. El divorcio no es una opción.

      Explorar el tema de la sexualidad con una pareja suele ser muy delicado.

      Nuestra mentalidad empieza a estar más abierta pero, aún hay muchos tabús, vergüenza, desconocimiento, minusvalorización (u ocultación de su importancia por miedo a críticas).

      Laura tiene dificultad en abordar este tema, por eso, lo hace delicadamente.

      Con este cuadro y basándose en su experiencia, sabe que la sexualidad surgirá como un tema problemático, y en cierta manera no satisfactorio para ninguno de los dos. Laura tiene que encontrar el momento adecuado para introducirlo. Seguramente en un momento de menor tensión.

      – Me gustaría abordar algo delicado, pero muy importante para vuestra vida a dos.

      La consulta de un psicoterapeuta corporal tiene habitualmente más espacio, y un colchón para trabajos corporales. Es común que todos vayan descalzos, eso crea una menor rigidez, un menor dominio del lado racional, permitiendo así una “danza” entre el pensamiento, la emoción y el sentimiento.

      Proveniente de un área muy académica, Laura había encontrado en la Psicoterapia Corporal, una manera de vincularse a sí misma y al otro, incluyendo todas las dimensiones del ser humano y todas sus diferentes maneras de comunicarse.

      – Me gustaría que me mostrarais como soléis dormir. De qué lado duerme cada uno. Si lo hacéis al mismo tiempo, y cuál es vuestra postura habitual .

      Estos rituales son altamente esclarecedores de la relación. Estamos delante del territorio del cuerpo, en un momento en que caen las defensas, y el inconsciente se manifiesta, los impulsos del cuerpo se quedan sin mascara, surgiendo muchos, muchos detalles...

      Los dos aceptan y Laura deja que le enseñen. Carla duerme del lado de la puerta, ocupa mucho espacio y se mueve bastante. Paulo, duerme de lado y ocupa poco espacio. Normalmente, se despierta en la misma posición en la que se ha dormido. Carla bromea con esta situación.

      Dice que intenta tocarle y que algunas veces le pide que la abrace. Pero el nunca está de humor. Dice que haría demasiado calor y sería imposible dormir.

      Carla y Paulo duermen en la misma cama pero cada uno en su territorio. Carla deseando ser abrazada y Paulo deseando que le dejen en paz.

      ¿Podemos hablar de vuestra intimidad?

      Todo cambia en la sala. Carla cambia de color. Empieza a bromear y enseguida (después de un silencio de Laura y una mirada esquiva de Paulo) llora copiosamente, sin conseguir articular una palabra.

      – ¡Me doy cuenta de que es un tema difícil para vosotros!

      – No es un tema difícil. Creo que es normal. ¡No sé porque está así! – dice Paulo.

      – Nunca sé si va a pasar ese día o no. ¡No siento que pueda acercarme! – confiesa Carla tremendamente angustiada.

      En una relación con este perfil, es común que pase que el hombre (habitualmente pasivo a diario) domine en la sexualidad. Es él quien decide cuándo y de qué manera, sin preocuparse de la satisfacción de su compañera. En realidad, consciente o no, esta es la manera que tiene de “vengarse” de una relación en la cual es muy criticado y presionado, además de sentirse “engullido” por una familia simbiótica (la de Carla) que no le deja gran espacio.

      Carla, con todo un universo pasional atrapado en su cuerpo, y con un deseo enorme de descarga, se frustra, acumulando día tras día la falta de autonomía en todas las dimensiones de su vida.

      Consecuentemente, se vuelve más obsesiva, más controladora, más grosera y más compulsiva con la comida. El erotismo y la seducción pura, simplemente no existen. Cuando hay sexo, es con ausencia de afecto y es principalmente genital. Un ciclo/círculo, muy doloroso.

      A Carla y a Paulo les falta el Amor o impulso sexual.

      No se sienten eróticamente atraídos el uno por el otro, tratándose sí, de una necesidad fisiológica. No están en el Amor romántico (probablemente nunca han estado), tenían sí, algún apego. Sobretodo Carla por él.

      Laura siente que si Paulo tuviera la oportunidad, se marcharía. Y no la echaría de menos. Ni siquiera le guardaría afecto.

      Pero la psicoterapeuta sabe que esta es la manera de vivir de muchas parejas: aventurarse en algo nuevo (por muy poco interesante que sea la vida presente) es “terrorífico” para la mayoría de las personas.

      Por eso se encuentran muchas parejas con vidas “escandalosamente absurdas”, sin amor, ni afecto, sin intereses comunes, con malos tratos físicos o psicológicos (o los dos), con la ausencia de vida sexual, y aun así, permanecen juntos.

      Ese miércoles, el tema de la sexualidad fue tratado con más profundidad que en cualquier sesión anterior. Mejor dicho, nunca había habido espacio para hablar de sexualidad hasta ese día.Hasta entonces, habían trabajado territorios, cadencia, disminución de la crítica, necesidades de cada uno.

      Carla había ganado consciencia de que presionaba y criticaba demasiado a Paulo.

      Paulo se había dado cuenta de, que esa circunstancia, era en cierto modo, permitida por él, por su dificultad de expresar lo que siente/teme/ detesta: conflicto, gritos, confusiones. Ambos tienen responsabilidad.

      La palabra responsabilidad significa tener la capacidad de dar respuesta. En este caso, la respuesta que cada uno da, activa el lado más disfuncional del otro. Cada individuo se defiende como le es posible. Si siente que se tiene que defender permanentemente, sobra poco tiempo, poco espacio y poca energía para que se abran nuevas posibilidades. La defensa le ocupa todo el tiempo. Einstein decia que “loco, es el que espera un resultado distinto haciendo siempre lo mismo”.

      Laura se da cuenta que Carla empieza a tener compasión por Paulo e incluso por sí misma. La rabia que hasta entonces la había dominado, se había convertido en una tristeza subyacente.

      Paulo, por su lado, parece ganar fuerza y capacidad de expresión. Está más receptivo, como si la terapia le “inyectara” fuerzas para por fin tener columna vertical y decir lo que nunca se había atrevido. Laura sabe cuáles son las consecuencias de esa apertura. La nueva postura de Paulo no siempre es bien recibida, lo que proviene del hecho de que él nunca se haya enfrentado antes a nadie.

      Laura explica que esto puede pasar.

      El día en el que el tema de la sexualidad fue tratado de forma más clara, Paulo se expresó con una violencia, que hasta entonces, no parecía que formase parte de su personalidad:

      – Hace años que me siento machacado por todos. ¿Cómo pueden querer que les eche de menos, o que me den ganas de abrazar o ponerme romántico? Hace muchos años que las humillaciones me han quitado la alegría de compartir. ¡Me encanta estar sólo! ¡Por lo tanto dejadme estar sólo! Yo no insulto, no rebajo, no me quejo, no me pongo enfermo, nunca me opongo a los programas familiares,


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