Nuestro poder infinito. Ronna Herman Vezane
Читать онлайн книгу.acciones positivas fruto del amor comportan resultados armoniosos y beneficiosos. Las acciones negativas fruto del miedo causan tensión, dolor y sufrimiento.
Espiritualidad y religión
Si en la actualidad eres feliz estando comprometido con alguna organización religiosa, no hay necesidad de que la abandones por tu elección de una vida espiritual, a menos, claro está, que tu estilo de vida actual entre en conflicto con esa nueva y emergente perspectiva espiritual, en cuyo caso quizá tengas que elegir una a expensas de la otra, porque hay demasiada tensión en tu vida y en la de quienes te rodean al tirar de ti en muy distintas direcciones. En tales circunstancias, obedece a tu corazón, te guiará por la senda de la verdad y acabarás siendo mucho más feliz por seguir dicho camino, aunque resulte duro al principio.
La promesa dorada, pg. 315:
La espiritualidad trasciende a todas las religiones y conecta toda alma con su verdad divina. La espiritualidad ama y abraza la vida, y a nadie condena ni rechaza. El espíritu actúa en el marco de las sagradas leyes universales, que son inmutables. Y la esencia de esta ley es el amor, el amor a uno mismo y a todas las creaciones de Dios.
La promesa dorada, pg. 316:
Uno puede ser religioso y no espiritual, pero no es posible ser realmente espiritual y no asumir lo bueno de todas las religiones y personas, apreciándolo y dejando que todos expresen su espiritualidad de factura única. Apreciarás la chispa de lo divino en todos y todas las cosas, e incorporarás y se manifestarán en ti los maravillosos atributos del Creador a medida que te conviertas en ejemplo vivo para emulación de los demás.
Nuestras opciones generan tu vida
Todo cuanto haces, piensas o dices tiene algún impacto en tus condiciones vitales. Es tu mundo interior el que establece el trabajo preliminar y ayuda a conformar lo que sucede en tu mundo exterior. Son muchas razones y abordaremos unas pocas. El punto clave es que eres más responsable de lo que crees de las condiciones actuales de tu vida.
Desde una perspectiva física tridimensional, emociones e ideas siempre influyen en nuestras acciones. Si nuestras ideas y emociones son siempre negativas, al menos parte de nuestras acciones también lo serán, y probablemente dichas acciones negativas obtengan resultados negativos. Una perspectiva espiritual negativa no hará sino empeorar las cosas. Una perspectiva negativa –acompañada de ideas, emociones y acciones negativas– genera mucha energía negativa que proyectamos en el universo. El principal problema es que, como seres espirituales que somos, también somos magnéticos, con lo cual la energía que emitimos al universo atrae más de esa misma energía hacia nosotros y a nuestras vidas. Dicha atracción de energía negativa es contraria a cuanto deseamos.
Por suerte, también lo contrario es cierto. Si nuestras ideas y emociones son positivas y de naturaleza espiritual, y se acompañan de acciones positivas, entonces emitiremos energía espiritual positiva también magnética, y atraeremos más energía espiritual positiva a nuestras vidas. Sin duda esta elección es mucho mejor.
El mejor rumbo es evidente y simple. Asumir solo acciones espirituales positivas es lo más sencillo del procedimiento, y cualquiera puede hacerlo. Adquiere la costumbre de hacer una pausa antes de actuar o reaccionar; cerciórate de que esa acción responde bien a las tres preguntas planteadas arriba y procede con esa acción solo si cumple dichos criterios.
Cambiar las emociones e ideas puede llevar más tiempo, y querrás estar seguro al iniciar el procedimiento presentado en Espiritualidad unificada del Creador, centrado en controlar el ego. Controlar el ego es un paso necesario, porque es la fuente de tus ideas y emociones negativas. Una vez hayas domado tu ego, podrán brotar y florecer en plenitud las verdaderas emociones espirituales.
Que haya luz, pg. 246:
Todos y cada uno de los días proyectas formas de pensamiento, sentimientos e intenciones que influirán y edificarán tu realidad de mañana. Si no te gusta lo que has creado y lo que experimentas, cambia de actitud, sintoniza tus ideas con una frecuencia superior y contempla cómo tu mundo cambia a mejor.
Magia y majestad, pg. 100:
¿Qué tipo de mundo has construido con tus persistentes formas de pensamiento? ¿Qué ejemplo has sido para tu pareja, hijos y seres queridos? ¿Proyectas una sensación de orgullo propio, una conciencia de cuán precioso es el regalo de la vida? ¿Sirves de ejemplo en tu afán por perfeccionar tus mil y una facetas?
Tu búsqueda sagrada, pg. 216:
Tu cometido es dar con tu máxima verdad y decidirte siempre por las opciones más elevadas. De la abundante información que se te ofrece deduce lo que te resulte cierto, pues vivirás de acuerdo con lo que aceptes como verdad. Acepta solo aquello que haga cantar tu corazón y genere expansión y bienestar, es decir, solo lo que sea capacitador y no limitativo.
Otros factores de esta «ecuación» son las opciones que eligen otras personas y tienen un impacto en tu vida. Tales opciones a menudo proceden de gente cercana –familia y amigos–, aunque no siempre es el caso. Aunque haya una enorme cantidad de cosas que otros pueden hacer para influir en tu vida, es importante entender que la única influencia real que ejercen esos acontecimientos, con independencia de lo que parezca, es sobre tus circunstancias vitales. Ninguna
de estas cosas afectará a la energía que emites, a menos que lo permitas. Ninguna de estas cosas por sí solas afectará a la energía que atraes magnéticamente, a menos que lo permitas. Luego tu mejor opción es evidente: mantente centrado, equilibrado; sigue emitiendo energía espiritual positiva y continuarás atrayendo hacia ti energía positiva, con independencia de las circunstancias a las que te hayas de enfrentar.
Que haya luz, pg. 51:
No sabes cómo te pueden ayudar tu alma y tu Yo espiritual hasta que estableces ese vínculo y recuperas la armonía con el Yo multidimensional. Te protegerá de accidentes al urgirte a tomar otro camino o irte un poco antes o más tarde de lo habitual. Planificará las circunstancias, por lo que siempre estarás en el lugar correcto en el momento apropiado. Te ayudará a dilatar o acortar el tiempo a fin de que vivas tus experiencias cotidianas con gracia y facilidad. Estrecharás lazos con los miembros de tu familia del alma, o con quienes tengas algo importante que compartir. Te inspirará y ayudará a abrir las compuertas de la abundancia y a manifestar tus mejores visiones cuando estén alineadas con el máximo bien común. Manará sin esfuerzo un pensamiento inspirado y unas ideas creativas frescas mientras te sirves a ti mismo y a otros, convertido en cocreador de cuanto es armoniosamente hermoso, afectuoso y del orden más alto.
Que haya luz, pg. 86:
Busca siempre la libertad y la verdad para ti y también para los demás.
Verdades cósmicas reveladas, pg. 93:
Recuerda, al infundirte luz de espíritu, esta influye en todo y en cuantos te rodean. A medida que tu luminosidad crece y se expande, atraerás a más personas de mentalidad similar a tu esfera de conciencia.
Tu vida presente es vida espiritual y ejemplo para otros
No es necesario un cambio total de vida y forma de vivir para avanzar en el progreso espiritual. Tu vida seguirá asociada a aspectos normales, como la familia, amigos cuya compañía te es beneficiosa, tu trabajo, las obligaciones domésticas, tus aficiones y diversiones. Notarás que empiezas a evitar personas o actividades que impregnan tu vida de negatividad. Eso es bueno. Algunos detalles quizá cambien, pero tu vida seguirá siendo en gran parte la misma. Eres tú quien será distinto y ciertos aspectos de tu entorno también serán un poco distintos. Tu vida servirá de ejemplo a otros y te verás atraído por personas cuyas vidas pueden ser un ejemplo para ti. Desearás la compañía de personas de mentalidad afín y te resultará útil aceptar ese cambio y estar en paz con él. Dicho cambio es para tu provecho y también beneficia al todo.
Estos cambios facilitan el crecimiento de tu perspectiva espiritual, y ese crecimiento prosigue por la sinuosa senda que hemos emprendido al volvernos más espirituales. Todo cuanto piensas, sientes, dices