Uno de los principales impulsores de la cultura del miedo es el desmantelamiento de la autoridad moral. El miedo parece proporcionar una solución provisional a la incertidumbre moral y, por esa razón, es objeto de interés por parte de colectivos e individuos. Furedi predice que hasta que la sociedad encuentre una orientación más positiva hacia la incertidumbre, florecerá la politización del miedo. La sociedad es continuamente bombardeada con mensajes de amenazas incalculables e ingobernables, que instauran la impotencia y la pasividad; crece así la sensación de ansiedad y la constante búsqueda de nuevas formas de seguridad, tanto física como ontológica. ¿Cuáles son los impulsores del miedo? ¿Cuál es el papel de los medios en su promoción? ¿Quién se está beneficiando? Si comprendemos cómo funciona el miedo, podremos fomentar actitudes que ayuden a lograr un futuro más sereno.