A merced de la ira A Trace Rivers, un mercenario especializado en infiltrarse en organizaciones criminales, le encantaban el peligro y el derroche de adrenalina. Primero, pensaba ganarse la confianza de Murray Coburn, un empresario corrupto, y a continuación reunir pruebas para acabar con su red de tráfico de mujeres. Era un plan perfecto… hasta que apareció la presunta hija de Coburn, dispuesta a vengarse de su padre. Pese a su cara de ángel, Priscilla Patterson no era quien aparentaba ser. Priss y Trace tuvieron que aliarse para acabar con Coburn mientras luchaban contra la irresistible atracción que había surgido entre ellos, porque un paso en falso, un solo error, podía dejarlos a merced de la ira de su cruel oponente. Un acuerdo perfecto Lo último que Olivia Anderson quería era un marido… y un hijo. Lo único que deseaba era una o dos noches de pasión. Tony Austin no quería una esposa, pero estaba loco por tener un hijo. Lo único que necesitaba era una mujer que tuviera un hijo suyo y luego desapareciera de su vida. Podría ser el acuerdo perfecto, pero no siempre los planes salen bien…