Todo tenía un precio, y a Tom McIver le había llegado el momento de pagar.La pequeña Hannah, de seis semanas de edad, era el resultado de su azarosa vida sentimental. Pero la niña no tenía madre y él necesitaba una esposa.Sin saber cómo, Annie se encontró accediendo a su propuesta de matrimonio, pero era un matrimonio de conveniencia, un acuerdo donde el amor no tenía cabida… si no fuera porque ella ya estaba perdidamente enamorada de él.