Aunque conocemos la realidad astronómica del heliocentrismo, todavía no hemos sacado todas las consecuencias en el terreno de lo biológico, psicológico, cultural y espiritual. En el momento en que el hombre busca captar de una manera más directa la energía solar, ¿por qué no se intenta descubrir en él mismo, en su vida psíquica, y por extensión en su vida social, la huella solar tanto tiempo escondida? El sol está presente en cada uno de nosotros, y puede manifestarse hasta el punto de extender nuestra conciencia a una visión planetaria de los problemas humanos.