¡Cuánta gente trabaja actualmente para la paz en el mundo! Pero en realidad no hacen nada para que esta paz se instaure definitivamente. Nunca pensaron que todas las células de su cuerpo, todas las partículas de su ser físico y psíquico deben vivir según las leyes de la paz y de la armonía, a fin de emanar esta paz por la que pretenden trabajar.. Mientras escriben sobre la paz, se reúnen para hablar de la paz, siguen alimentando la guerra en ellos, porque continuamente están preparándose para luchar contra una u otra cosa. Entonces, ¿qué paz pueden aportar? El hombre debe ante todo instaurar la paz en sí mismo, en sus actos, en sus sentimientos, en sus pensamientos. Sólo entonces trabaja verdaderamente para la paz.