"Conócete a ti mismo …" Esta fórmula inscrita en el frontispicio del templo de Delfos, ¿Cuántos han sabido verdaderamente interpretarla? Cada uno sólo conoce de sí mismo algunas aspiraciones, algunas buenas o malas tendencias, y dice: «Yo me conozco». Pues no, no se conoce, no sabe ni quién es, ni lo que necesita para realizar su verdadera naturaleza. Y la pobre evidencia es que no sabe quién es ese "tu mismo ", lo confunde a menudo con el cuerpo físico. Para el discípulo de la Ciencia iniciática, conocerse, es arrarcar su conciencia del círculo limitado de su naturaleza inferior, a fin de fundirse en la conciencia ilimitada del Ser cósmico que vive dentro de él, que trabaja en él, hasta que por fin podrá decir: " Yo, soy Él "