Nouvelle-Aquitaine y sus destinos. vvaa
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Soleada, dinámica y cálida, La Rochelle es una de las ciudades más bellas de la costa atlántica. Su puerto deportivo es el más grande de la fachada atlántica con más de 5000 amarres. Puede conocer la ciudad paseando bajo los soportales de las calles, visitando los mercados de los productores locales o las tiendas de diseño.
Rochefort, que también se asoma al océano, es otra parada imprescindible en la costa atlántica, a 35 minutos al sur de La Rochelle, a orillas del río Charente. Aquí se reconstruyó, ante los ojos del público, el Hermione, la fragata utilizada por La Fayette en el siglo XVIII. La visita a la fragata en su puerto de origen es una de las actividades imprescindibles en la costa atlántica.
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La costa atlántica está llena de perlas que hay que saber encontrar: las islas de la Charente son una de ellas. Hay cuatro, cada una con su propio estilo, atmósfera y color. Durante su visita se encontrará con un entorno preservado, un notable patrimonio histórico y arquitectónico, animados centros turísticos, inmensas playas de arena, una amplia gama de actividades náuticas y deportivas, pequeños puertos encantadores y renombrados productos locales. Estas cuatro perlas son las islas de Ré, Oléron, Aix y Madame. Aquí se viene a pedalear, a hacer un pícnic, a nadar, a comer ostras...
Las Landas-Armañac
Las Landas-Armañac - Terra de Aventura
© Terra de Aventura
Nos ofrece surf, ciclismo, golf, baños termales, gastronomía y fiestas gasconas. Al este de Las Landas, entre Burdeos y Pau, a un paso del océano Atlántico y los Pirineos, la región de Las Landas-Armañac combina prestigio y hospitalidad.
Hay una treintena de productores del néctar divino que la convierten en un destino popular para los amantes del armañac. A las alegrías de la degustación se añaden también los placeres de la mesa, ya que la región cuenta con numerosos productos locales con una fuerte identidad, como el foie gras, el pato de corral, la carne de vacuno de Chalosse, los vinos de Tursan, además de un número significativo de grandes restaurantes, como el de Michel Guérard, en Eugénie-les-Bains (3 estrellas Michelin), o el de Jean Coussau, en Magescq (2 estrellas).
También posee todo un patrimonio que descubrir en Labastide d'Armagnac o en Saint-Justin: diríjase a la ruta de las bastidas del suroeste, y también a lugares insólitos como la capilla de los Ciclistas o al castillo de Ravignan, en Perquie... Planifique una cita con Armagnac en Fête y con otras festividades que animan esta región durante todo el año. No se pierda las famosas fiestas de la Magdalena, cinco días y sus cinco noches de fiesta a mediados de julio. ¡Todo en azul y blanco! Y participe de la temporada de ferias, de lejos o más cerca... Conviértase en un festayre si el corazón se lo pide. Y para recuperarse de las emociones, ¿por qué no tomar un reconfortante tratamiento termal en uno de los cinco centros termales de Las Landas?
Le gustará Dax con sus arenas y edificios de estilo art déco, su gastronomía gascona y el entorno natural impregnado del estilo de vida típico de Las Landas. Tómese también su tiempo para visitar Mont-de-Marsan, capital de Las Landas y ciudad gascona fortificada.
Las Landas y el armañac ofrecen una gran variedad de paisajes. En el norte, bosques de pinos con sus caminos de arena; en el sur, valles cubiertos de viñedos o robledales. Disfrute de Las Landas —alternando pinos piñoneros y pinos marítimos—, en bicicleta por el bosque o en canoa por el río Leyre, y remontando la corriente del Huchet hasta el océano. Busque los tótems naranja de las obras de arte contemporáneo dispersas por el Parque Natural Regional de las Landas de Gascoña... Deténgase en la planta solar de Gabardan y retroceda en el tiempo en el ecomuseo de Marquèze.
Finalmente, eche un vistazo rápido a la estrella alambicada del país. Las uvas tradicionales, un terreno único y un saber hacer ancestral se han combinado para crear un producto verdaderamente excepcional: el armañac. Este brandi ancestral tiene un buqué muy característico.
- Paisajes y habitantes auténticos y entrañables.
- Tradición gascona marcada por la hospitalidad.
- Gastronomía de prestigio.
- Fiestas populares con ferias y eventos alrededor del armañac.
- Destino de bienestar y puesta a punto con cinco centros termales.
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País Vasco
Bayona / Baiona. Las fiestas tradicionales.
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El País Vasco, desde Anglet, a lo largo del océano Atlántico y hasta Hendaya, al pie de los Pirineos, tiene todo lo necesario para complacer: océano, montañas, campo, centros turísticos de renombre, pueblos auténticos, fiestas y gastronomía. Podrá disfrutar de las playas de Biarritz o Anglet, practicar surf si le gusta cabalgar olas, o su swing si se decanta por el golf, o preparar un pícnic vasco a base de jamón de Bayona, piperrada, chipirones... También podrá participar en las fiestas de Bayona vestido de rojo y blanco, como manda la tradición. Si no tiene alpargatas, le proporcionarán algunas en el lugar.
Entre el océano y la montaña, el País Vasco es una tierra de contrastes con un rico patrimonio y espacios naturales protegidos que poseen un gran encanto; lo que le permitirá elegir espacios y actividades. ¿Ocio y la arena de la playa o senderismo en la montaña; rugby o golf, mesa en un restaurante o en una cafetería local? El común denominador de todo ello es el bienestar. Además, dispone de joyas culturales como el Museo del Mar y la Cité de l'Océan (« ciudad del océano »), o los pequeños pueblos típicos del interior como Sare, Ainhoa o Saint-Jean-Pied-de-Port y San Juan de Luz, la ciudad corsaria de la costa.
Desde hace más de sesenta años, los surfistas cabalgan las olas a lo largo de sus treinta kilómetros de costa, desde Anglet hasta Hendaya. Las rutas de senderismo han deleitado a los habitantes de las montañas desde tiempo atrás. El País Vasco también cuenta con ocho campos de golf, y Anglet es apodada Pequeña California por sus once playas repartidas en 4,5 km de arena fina, desde la cosmopolita y fresca playa de Marinella hasta la tranquila playa de La Barre, para los niños, pasando por Les Cavaliers, que acoge a los profesionales del surf.
Animan la capital económica del País Vasco durante cinco días, reuniendo a un gran número de participantes vestidos con trajes blancos, pañuelos y fajines rojos, que salen a la calle para asistir a uno de los principales eventos de Francia. El paseo gastronómico vasco permite descubrir especialidades como el pimiento de Espelette, el jamón Kintoa, la trucha de Banka, el foie gras, el queso de oveja, el pastel vasco y el chocolate.
Biarritz es el más urbano de los centros turísticos de la costa vasca. Promovida en el siglo XIX por la emperatriz Eugenia, la ciudad se distingue por su arquitectura original y su casino. Después de la playa, visite las tiendas, las galerías de arte