Cartas al general Melo: guerra, política y sociedad en la Nueva Granada, 1854. Angie Guerrero Zamora
Читать онлайн книгу.su rastro para volver a figurar semanas después como uno de los líderes de la rebelión melista comandada por José M. Calle, que asoló la región desde Cartago a Palmira (agosto de 1854). Mariano Sendoya, Caloto ante la Historia, tomo I, 164-179; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo VII, 109; Venancio Ortiz, Historia de la revolución…, 185; ACC. AM. 1851. Documentos de diversas comandancias militares; ACC. AM. 1851. Revistas militares y presupuestos del haber de jefes, oficiales y tropas de la 1.ª y 2.ª columna División del Sur; ACC. AM. 1851. Revistas militares de jefes, oficiales y tropas de la 1.ª y 2.ª columna del Ejército. Bis; Impreso “Ciudadano Presidente de la República”, Cali, 7 de febrero de 1851, Imprenta del Neogranadino, por León Echeverría.
Sinforoso Paz era del Tambo, había luchado en el bando rebelde en la guerra de los Supremos, capitán de la Guardia Nacional de su localidad a mediados del siglo XIX; tenía estrechos vínculos con José María Obando, quien lo recomendó a las autoridades provinciales para su nombramiento (julio de 1850). Fue capitán de la 6.ª compañía del batallón 2.º de Guardia Nacional Auxiliar de la provincia, compañía perteneciente a Timbío (enero de 1851). Apoyó al gobierno liberal persiguiendo, en abril de 1851, grupos armados en las inmediaciones de El Tambo, pero por circunstancias que desconocemos fue removido del mando de la unidad armada en mayo por el alcalde Guillermo Orozco, quien manifestó que Paz no era apreciado por los milicianos y que solo podrían ser dirigidos por Juan Francisco Cobo, Salvador Muñoz o Francisco Solarte. El hecho cierto es que el personaje estaba distanciado de Francisco Solarte, Cobo y otros notables de El Tambo y que Paz frecuentemente escribía cartas al gobernador Rafael Diago informándole de las actividades de aquellos personajes de la parroquia. Terminó radicado en Cali y animando a las sociedades democráticas de la ciudad, falleció defendiendo las banderas melistas cuando protegían la ciudad del ataque de las fuerzas constitucionales de la “columna Torres”. ACC. AM. 1850. Paquete 49, legajos 81 y 82; ACC. AM. 1851. Paquete 50, legajo 50, varios documentos; ACC. AM. 1851. Paquete 51, legajos 57, 65 y 71.
80 Sobre Cristo Velandia: Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo VII, 121, 201, 228; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo VIII, 120; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo X, 287-289, 326-329; Venancio Ortiz, Historia de la revolución…, 305; Carolina Becerra Ortiz, La guerra civil de 1859-1862, en el Estado de Santander durante la Confederación Granadina (tesis para optar por el título de historiadora, Bucaramanga, 2012, 87-88; ACC. AM. 1841. Paquete 33, legajo 62; ACC. AM. 1844. Paquete 38, legajo 23; ACC. AM. 1850. Paquete 49, legajo 80; ACC. AM. 1851. Revistas militares y presupuestos del haber de jefes, oficiales y tropas de la 1.ª y 2.ª columna División del Sur; ACC. AM. 1851. Revistas militares y presupuestos del haber de jefes, oficiales y tropas de la 1.ª y 2.ª columna División del Sur bis; ACC. AM. 1852. Paquete 52, legajos 5 y 15.
81 Los legitimistas en la guerra de los Supremos que posteriormente apoyaron el golpe de Melo fueron, entre otros: Juan Nepomuceno Prieto, José Valerio Carazo, Santos García, Mariano Posse, José del Rosario Guerrero, Liborio Franco, Diego Castro y Fernando Campos.
82 Ley de 15 de marzo de 1845 que deroga las medidas de salubridad pública (que derogaba las leyes de 17 de abril de 1841, la de 25 de mayo del mismo y la de 26 de mayo de 1842). Véase: Codificación nacional de todas las leyes de Colombia, tomo XII (Bogotá: Imprenta Nacional, 1928), 21-22; también la Ley del 6 de abril de 1847, en: Codificación nacional de todas, tomo XII, 27-29. Entre los beneficiados por los indultos estaba los coroneles José María Gaitán, Ramón Acevedo Calderón, Rafael Peña; los sargentos mayores Dámaso Girón, Alejandro Gaitán; los capitanes Mariano España, Sinforoso Paz, entre otros. Sin duda, los oficiales que retornaron fueron muchos más, como el general Tomás Herrera, pero solo estamos teniendo en cuenta los que se involucraron con la dictadura de Melo.
83 En este caso, los que ascendieron en el escalafón militar antes o después de la rebelión de 1851, durante la administración de José Hilario López, fueron José María Gaitán, a general (1851); Ramón Acevedo Calderón, a coronel efectivo; Rafael Peña, a coronel; José Manuel Calle, a sargento mayor; Manuel Antonio Tenorio, a sargento mayor; Dámaso Girón, a teniente coronel y Cristo Velandia, a alférez y después a teniente.
El liberalismo dio ascenso a otros oficiales, los cuales fueron gobiernistas en la guerra de los Supremos, y si bien no tenemos claridad de su participación en el conflicto de 1851, por su trasegar político posterior, se pueden considerar militares liberales, estos son: Pedro Arnedo, ascendido a capitán efectivo; Venancio Callejas, a capitán, y luego, en 1852, a sargento mayor; Domingo Castañeda, a capitán; Diego Castro, a sargento mayor; José María Dulcey, a teniente y luego a capitán; Benito Franco, a capitán; Mariano Posse, a teniente coronel; Bonifacio María Ramos, a capitán; Santos García, a sargento mayor y luego a teniente coronel; José Valerio Carazo, a teniente coronel; Juan Nepomuceno Prieto, a teniente coronel; y Juan de Jesús Gutiérrez, a teniente coronel.
84 Sobre Domingo Gaitán, consultar: Arboleda Gustavo, Historia contemporánea de Colombia, tomo II, 245, 252, 296, 302; Arboleda Gustavo, Historia contemporánea de Colombia, tomo III, 36; ACC. AM. 1831. Paquete 20, legajo 25; Archivo Restrepo. Fondo Papeles de Estado, Caja 21, vol. 14, folio 17.
85 Sobre los demás hermanos Gaitán, Alejandro y José María, véase para el primero: Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo II, 296; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo V, 294; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo VII, 2, 301; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo X, 93, 385; ACC. AM. 1836. Paquete 26, legajo 37; ACC. AM. 1842. Paquete 34, legajo 41; Archivo Restrepo. Caja 21, Papeles de Estado, vol. 14, folio 17. Para el segundo Oswaldo Díaz, La reconquista española, tomo 2…, 146-149; Arboleda. HCC. Tomo I, 1990; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo I, 92; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo IV, 100; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo V, 155, 212; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo VI, 29; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo VII, 72, 301; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo VIII, 61-62; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo X, 93; Cayo Leónidas Peñuela, Álbum de Boyacá, 298; ACC. AM. 1842. Paquete 34, legajo 41; ACC. AM. 1851. Estado Mayor General.
86 Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo V, 186, 302-303; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo VI, 191; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo VII, 55-56, 78, 119, 214-215, 242-253, 326-329; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo VIII, 100; Gustavo Arboleda, Historia contemporánea de Colombia, tomo X, 93, 307; Carolina Becerra Ortiz, La guerra civil de 1859-1862…, 142, 144, 261; Gustavo Otero Muñoz, Wilches y su época (Bucaramanga: Imprenta Departamental, 1990), 60-61.
87 Benito Franco se citará más adelante. Sobre Habacuc Franco solo tenemos información a partir de su participación en el golpe de Melo, se halló bajo las órdenes de Diego Castro en la acción de Aposentos (29 de mayo de 1854), donde derrotaron a las fuerzas constitucionales de Melchor Corena. Semanas después, formó parte de las avanzadas de Dámaso Girón sobre las provincias del norte, siendo parte de los oficiales que entraron a Chiquinquirá y a Vélez con Justo Forero. Se halló en la batalla de Bosa y después en la acción de Las Cruces, particularmente en la plazuela (22 de noviembre de 1854), que fue uno de los primeros combates promovidos por los constitucionales para tomar a Bogotá. Fue indultado el 6 de julio de 1855 con la condición de residir cuatro años por fuera de Pamplona. Lo anterior significa que era natural de aquella ciudad o residente en ella. Fue cercano a Manuel Murillo Toro, quien lo protegió y le consiguió empleó en el estado de Santander, pero a finales de la década había hecho una mutación hacia el conservatismo; no son claras las razones de su viraje. Estuvo entre los conservadores que conspiraron para pronunciarse contra el régimen liberal de Vicente Herrera en Santander, y se pronunció en la parroquia de Charalá, seguido por Málaga, Pamplona, Girón, entre otros (febrero-marzo de 1859). Buscando ganar cierto protagonismo por los triunfos que obtenía otro conservador rebelde, Juan José Márquez, se comprometió en un combate en la parroquia de Guepsa contra los liberales que se unían en Vélez y Suaita, donde fue derrotado (22 de marzo en Guepsa). Finalmente, aparece entre las fuerzas de Julio Arboleda y formó parte de los