Análisis del discurso político. Giohanny Olave
Читать онлайн книгу.el modelo de democracia agonística y el proyecto hegemónico en el discurso de Petro (González, 2018; Olivar, 2013); la narrativa mesiánica de su última campaña presidencial (Gómez, 2019) y la movilización de sus votantes a través de Twitter (Prada, 2018); su discurso “populista socialdemócrata” sobre la corrupción (Kajsiu y Tamayo, 2019); sus acentos progresistas en la construcción discursiva de la figura del ciudadano (Martínez Burgos, 2018); y la evaluación de su gestión administrativa (Ramírez, 2014) y comunicativa (Becerra, 2016) como alcalde de Bogotá; entre otros.
En general, desde la diversidad de las disciplinas en las que anclan, estos trabajos revelan la presencia protagónica de Petro en las dinámicas políticas y electorales de la última década. En el mismo sentido, se trata de aproximaciones analíticas que interrogan, con diferentes niveles de profundidad, la relación identitaria que pretende establecer esta figura pública con los sectores populares y con las minorías de diferente orden. Esas preguntas comúnmente incluyen el intento de dilucidar los presupuestos ideológicos del discurso petrista y la evaluación de los alcances y limitaciones de su gestión gubernamental.
Mucho menos prolífica y curiosamente sectarizada es la producción bibliográfica dedicada enteramente a Petro. Dos de los trabajos más visibles se oponen explícita y radicalmente a favor (Cuesta, 2019) y en contra (Rodríguez y Gómez, 2019) de su paso por la alcaldía mayor, lo cual hace más interesante el contraste entre opiniones que el contenido mismo de estas obras. Lo mismo ocurre con las lecturas sobre Petro en clave de “populismo” (Giraldo Ramírez, 2018), que suelen alertar la llegada de un régimen “populista” al poder presidencial en cabeza del exalcalde.
Por nuestra parte, esperamos profundizar las discusiones y puntos de vista acerca de Gustavo Petro como figura política de múltiples aristas, vigente en la dinámica democrática contemporánea. La perspectiva teórico-metodológica que asumimos, dentro del campo del análisis del discurso, permite que ofrezcamos una interpretación crítica de esa figura actuando en escenas de combate verbal, bajo los imperativos de la contienda electoral y de las luchas libradas en torno a sentidos disputados en público. Dentro de esas escenas también se construye el sujeto político en y a través de sus propios discursos, “sujetado” a las exigencias del combate. Nos apartamos, entonces, de la ilusión de revelar o evaluar intenciones ocultas, trucos manipulatorios o posiciones ideológicas encriptadas, así como de pretensiones tanto adversariales como apologéticas en torno al personaje o a la persona. Nos interesa, en cambio, ampliar las discusiones sobre esta figura al interrogar su “puesta en arena”, esto es, los modos como despliega acciones de lucha verbal frente a diferentes condiciones de la contienda política, en el marco de algunas escenas de competencia electoral.
El primer capítulo es una reflexión sobre Gustavo Petro como político, sobre el rol que asume dentro del contexto democrático colombiano en la última década. Reparamos, particularmente, en el dificultoso equilibro que existe entre la convicción y la mesura, retomando la perspectiva de Weber (1979) en torno al “político profesional” y actualizándola como herramienta interpretativa para interrogar el ambiente de pugnacidad por el poder en el país, en general, y de la elección presidencial de 2018, en particular.
En el segundo capítulo, analizamos una estrategia de combate verbal apuntalada en el discurso ambientalista, cuyo eje central resulta ser el petróleo como objeto en disputa dentro del proyecto económico gubernamental, en contraste con las propuestas con las que compite. El componente ambiental constituye una estrategia discursiva que busca instalar preocupaciones ecológicas, en contraposición a las denominadas “políticas de la muerte”, dentro del debate electoral y las escenas oratorias del candidato.
En el tercer capítulo, analizamos una tensa entrevista realizada días antes de la primera vuelta presidencial, en mayo de 2018, por parte de un equipo periodístico adverso al proyecto político de Petro. El caso permite indagar en los modos de asumir la animadversión de los oponentes y sus embates verbales, a través de cuatro mecanismos o “contragolpes” de carácter metadiscursivo.
El último capítulo compara dos discursos claves en la trayectoria política de Petro: ambos, discursos de aceptación de la victoria electoral del candidato opositor, una vez que se conocieron los resultados en las elecciones de 2010 y 2018. El análisis de estos discursos poselectorales nos ayuda a comprender las funciones erísticas de este tipo de discursos; en síntesis, cómo ayudan a gestionar la derrota de facto, presentándola como victorias que le permiten a Petro la continuidad de su proyecto político.
Para finalizar, evitamos conscientemente asentar una conclusión general del estudio, a través de la inclusión de un epílogo que pretende dejar abiertas las reflexiones y las rutas analíticas desarrolladas en cada capítulo. Consideramos que el énfasis en las disputas políticas es una de las vías más claras por las cuales el análisis del discurso y, en general, las ciencias sociales, profundizan su relevancia para la vida cotidiana en nuestras democracias.
4 Aunque esta perspectiva sobre el corpus en análisis del discurso rechaza explícitamente la idea de interpretación y la opone a la de «trabajo sistemático de indagación en el archivo» (Aguilar et al., 2014, p. 52), consideramos que se trata de reflexiones metodológicas que no contradicen, sino que complementan la práctica interpretativa del analista de discursos.
5 Por lo tanto, no se inscribe en alguna teoría de la argumentación ni conforma otra, sino que recupera una discusión filosófica clásica dentro de la dimensión dialéctica del logos, que opone la tradición platónico-aristotélica a la tradición sofística y erística. La primera de ellas se actualiza en la pragmadialéctica (van Eemeren, 2010) y la lógica informal (Walton, 1999, 2003); la segunda, en la dialéctica de Schopenhauer (2011[1864]).
Sobre convicción y mesura en Gustavo Petro, el político
Introducción
En 2019 se cumplieron cien años de la conferencia de Max Weber pronunciada para la Asociación Libre de Estudiantes de Múnich, posteriormente conocida como “La política como vocación”6. Esta intervención de Weber, muchas veces reproducida junto a “La ciencia como vocación” en una sola obra intitulada El político y el científico (2009), ha sido comentada durante un siglo sin perder su vigencia para pensar problemas concretos de la práctica política contemporánea. Ciertamente, “La política como vocación” es un llamado sin tapujos a reflexionar sobre el rol del líder político profesional, de las cualidades de aquel que decide vivir de y para la política. Podría decirse que allí Weber esboza, con una erudición inigualable, una serie de reflexiones acerca del papel que cumplen los actores políticos frente a la comunidad en la que se desenvuelven.
Basta recordar, de hecho, uno de los pasajes cruciales de esta obra para destacar su actual pertinencia. En la conferencia de 1919, Weber les pregunta a los estudiantes muniqueses sobre lo que lleva a una persona a dedicarse a la profesión política. Frente a esto, inmediatamente, responde el sociólogo alemán: lo que motiva al líder político es un sentimiento de poder, «[l]a conciencia de tener una influencia sobre los hombres, de participar en el poder sobre ellos y, sobre todo, el sentimiento de manejar los hilos de acontecimientos históricos importantes» (p. 82). Lo anterior, entonces, eleva «al político profesional, incluso al que ocupa posiciones formalmente modestas, por encima de lo cotidiano» (p. 82). Sin embargo, esta influencia no puede ser ejercida a cualquier precio o de cualquier manera. Para Weber —no sin una imbricación fuerte de normativismo con realismo—, al político se le plantea una cuestión crucial, a saber, «cuáles son las cualidades que le permitirán estar a la altura de ese poder […] y de la responsabilidad que sobre él arroja. Con esto entramos ya en el terreno de la ética» (Weber, 1979, pp. 152-153).
Como lo explicita el mismo pensador alemán, sus reflexiones en “La política como vocación” remiten a uno de los tres tipos ideales de legitimidad; en contraste a la tradicional y la legal-racional, Weber se aboca a reflexionar sobre la “legitimidad carismática” como cualidad indeleble de todo “caudillaje político”. Ahora bien, es importante aclarar que estas referencias tanto al caudillo (Führer) como al