Sobre el día del nacimiento el "Fragmento de Censorino". Disertación sobre el "Sueño de Escipión". Censorino

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p. 27 Mehl; que lo identifica con Alejandro de Éfeso12); junto a este Alejandro, se insertan en la misma tradición Plutarco (De animae procreatione in Timaeo, 31, p. 1028F) y Aquiles Tacio (Commentarium in Arati Phaenomena 17, p. 43 Maas), quienes, sin embargo, no hacen mención expresa de Pitágoras.

      Censorino y Plinio remontan, sin duda, a una fuente latina anterior, quizá Varrón (Marciano Capela depende directamente de Plinio); de la misma fuente procede13, asimismo, Favonio Eulogio y, puesto que los tres autores nombran a Pitágoras como origen y primer promotor de la doctrina que exponen, es de suponer que así lo haría también Varrón, quien pudo haber manejado una fuente griega que hiciera otro tanto o incluso un escrito del propio Pitágoras14.

      Higino, en cambio, no depende de Varrón, sino de un escrito griego no identificable con los versos de Alejandro, versos de los que tampoco parecen depender ni Plutarco ni Aquiles Tacio15.

      Pues bien, de toda esta trama doctrinal la fuente más importante y rica es el Sobre el día del nacimiento de Censorino, un gramático y filósofo romano del siglo III d.C., que, con actitud claramente ecléctica, aglutinó en dicho escrito distintas doctrinas relativas a la cuestión que indica el título y otras más o menos relacionadas con ella y con la música; es, además, con toda probabilidad Censorino el que más fielmente recoge la tradición varroniana16 que vemos luego perpetuada en tantos otros escritos17.

      Alberga, pues, el presente volumen dos obras de gran importancia en la tradición musicológica latina, dos obras, además, en las que las cuestiones musicales se ofrecen estrechamente vinculadas (a través, como es lógico, de la aritmética o la aritmología) con otra serie de saberes sobre el mundo y sobre el hombre. No menor es el interés del escrito anónimo tradicionalmente conocido como «fragmento de Censorino», que, siguiendo la costumbre, adjuntamos a la obra auténtica.

      El trabajo que aquí se publica forma parte de la serie Scripta Latina de musica («Escritos latinos sobre música»), uno de los actuales objetivos del grupo de investigación SAMAG (Studium de antiquis musicis artibus Granatense), que, bajo los auspicios de la Junta de Andalucía (Plan Andaluz de Investigación) y del Ministerio de Educación y Ciencia (a través de los sucesivos proyectos que viene teniendo a su cargo), dirijo en el Departamento de Filología Latina de la Universidad de Granada. Se trata, pues, de un trabajo de equipo llevado a cabo por tres miembros del grupo: Marina del Castillo (Favonio Eulogio: introducción, traducción, notas e índices), Carmen Hoces (Censorino: introducción, traducción, notas e índices) y yo mismo (Favonio y Censorino: traducción y notas).

      JESÚS LUQUE MORENO,

      Granada, 2006

      CENSORINO

SOBRE EL DÍA DEL NACIMIENTO

      INTRODUCCIÓN

       1. El autor

      «Censorino, doctissimo artis grammaticae», estas palabras de Prisciano (Institutiones grammaticae, Gram. Lat., ed. Keil II 13, 19) son prácticamente todos los datos de que disponemos sobre Censorino1: que así se llamaba y que era un gramático muy instruido. En otras dos ocasiones habla de él: una, a propósito del acento de las preposiciones2; otra, en relación con la doctrina sobre las letras3. Casiodoro4 nombra a Censorino entre otros gramáticos de tiempos anteriores, junto a Palemón, Focas y Probo, y también habla de su teoría sobre el acento5. Sidonio Apolinar6 y Casiodoro7 se refieren a él como autor del De die natali.

      Sobre su vida no sabemos nada: ni su procedencia, ni el año de su nacimiento; sí el año de composición del mencionado escrito, que es establecido por el autor de las más diferentes maneras: una vez según las Olimpiadas (18, 12), otra, según dichas Olimpiadas y a la vez según los años y otras eras (21, 6). Todos estos cómputos apuntan al año 238 d.C., año que conoce cinco emperadores8 y que es testigo de una serie de acontecimientos (motines, revueltas militares, derrocamiento o proclamación de emperadores a capricho por parte de la soldadesca...) típicos de la crisis que en el siglo III sufría el Imperio.

      Otro dato autobiográfico proporciona la obrita: que su autor dependía, o había dependido de alguna manera, de un tal Quinto Cerelio, a quien va dedicada.

      2. La obra: De die natali

      Para situar históricamente esta obra de Censorino dentro de la literatura latina y de su transmisión, puede servirnos la observación de Fuhrmann9 de que la época de la «Antigüedad tardía» es delimitada por dos intervalos casi desprovistos de literatura: el tiempo que va de los Severos a Diocleciano (235-284) y el siglo que va del 650 al 750. Pues bien, el escrito de Censorino pertenece al primer período «vacío», y el más antiguo códice conservado, del que derivan todos los más recientes que han transmitido dicho escrito, fue elaborado en el segundo.

      Aunque como obra literaria el Sobre el día del nacimiento se puede clasificar entre las didácticas10, su género no es fácil de definir11: sería una laudatio para conmemorar el cumpleaños de su apreciado protector Cerelio, que, sin embargo, trata un tema científico y que reúne de forma resumida todo lo que había que decir antropológica y cronológicamente sobre la temporalidad del hombre.

      Las composiciones literarias «genetlíacas»12, es decir, aquellas que se componían con motivo del cumpleaños de un personaje cualquiera (bien público, bien privado, del círculo de amigos o de la familia) constituían un verdadero género literario, con normas y esquemas bien definidos. Por lo general, el autor aprovechaba la ocasión para cantar las alabanzas del homenajeado o para exhortarlo moralmente13. Era, además, un género bien conocido por Censorino, dada su condición de gramático y lo que podemos deducir de sus palabras (1, 6), cuando afirma que renuncia a componer un trabajo encomiástico o de exhortación moral.

      En Censorino, sin embargo, se encuentra bien poco de lo que la preceptiva podía indicar al respecto, pues el tema del encomio, que, según la retórica, era la parte fundamental de este tipo de composiciones, se agota en el capítulo primero. Censorino se aparta, además, de la norma, componiendo como «genetlíaco» una obra docta en la que reúne los conocimientos antiguos sobre lo que precede al nacimiento, sobre el día del nacimiento y sobre todo lo que considera pertinente a dicho día y a las celebraciones sucesivas.

      Pero tampoco se muestra nuestro autor como un simple anticuario que se limita a recoger datos de los libros, sino más bien como alguien que pretende dar forma y estructura literarias al material que ha reunido. Sobre el día del nacimiento es ciertamente fruto de una investigación erudita, de un amor por el pasado, de un interés anticuario ya presente en el mundo romano desde Varrón, pero la obra se hace eco también de temas y tendencias fundamentales de su propia época, y así testimonia creencias religiosas y doctrinas filosóficas y científicas coetáneas14, como el cálculo caldeo o la doctrina del gran año cósmico (18, 11). De su condición retórica sobresale la estructura del escrito, su lengua, su estilo, su intención literaria. De su vertiente científica, el conocimiento, elección y elaboración de las fuentes.

      La gratulatio propia de su condición de «genetlíaco» está en medio de la obra15, en el capítulo 15, donde se aprecia claramente el engranaje entre la información doxográfica y el homenaje retórico. Delimita dicho capítulo dos partes claramente establecidas: la primera, sobre cuestiones embriológicas y de antropología; la segunda, sobre problemas de cronografía y calendario. En la primera parte hay dos excursos necesarios, uno sobre astrología y otro sobre música: los intervalos en la Harmónica y su pitagórica relación con el embarazo y la relación de la música con el universo y con el hombre.

      No puede considerarse el escrito de Censorino propiamente un libro técnico16, pues no pone la mira en ninguna disciplina o profesión, sino que se trata más bien de una instruida charla. No es una colectánea, al estilo de la de Gelio o Solino, pero tampoco un panegírico clásico.

      ¿Qué


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