Ecuador, un país dolarizado: pasado, presente y futuro. Lawrence H. White

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Ecuador, un país dolarizado: pasado, presente y futuro - Lawrence H. White


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esfuerzo para no perder sus cómodas posiciones. Sería trágico para el Ecuador que ellos ganen porque se perderá una oportunidad histórica.

      Ya veremos en la próxima contienda electoral donde se ubicarán los protagonistas del sistema político para defender sus privilegios, así los reconoceremos de cuerpo presente. Asimismo, esperamos que también se hagan presente los defensores de la libertad económica y política que creen que es posible un Ecuador libre y próspero para lo cual hay que establecer las condiciones necesarias que permitan generar la riqueza que requiere el país.

       Diferencias entre los sistemas monetarios de Argentina y Ecuador y sus implicaciones

      El sistema de dolarización del Ecuador es diferente al sistema de convertibilidad de Argentina debido principalmente a que el sucre desapareció por completo y, en cambio, en Argentina se conservó el peso. Desde sus inicios el sistema de convertibilidad provocó dudas al respecto de la predisposición del gobierno para mantener su compromiso de entregar un dólar por cada peso emitido. Para entender mejor este tema se debe aclarar que la convertibilidad de Argentina no es un sistema ortodoxo de caja de conversión; es decir, el volumen total de pesos circulando en Argentina no estaba respaldado 100 % por reservas de dólares, la ley de convertibilidad permitía hasta un 20 % de respaldo con bonos del gobierno, y en circunstancias extraordinarias hasta un 33 %. Además, el Banco Central de Argentina nunca dejó de influenciar la cantidad de dinero a través de las operaciones de mercado abierto —repos, préstamos interbancarios—.

      El Dr. Kurt Schuler1, refiriéndose a los sistemas monetarios implementados en el Ecuador y en la Argentina, señala que:

      La diferencia clave es que Argentina no tenía un sistema completamente automático. El Banco Central de la República Argentina (BCRA) simplemente no expandía o reducía la oferta de pesos de acuerdo con la demanda del público, como ocurre en una caja de conversión ortodoxa. [...] Como muestran las estadísticas (ver Gráfico 2), las reservas del BCRA durante el 2001 variaron de 193 a 82 por ciento. El comportamiento del BCRA hizo que la gente dudara sobre si el peso era realmente tan bueno como el dólar. [...] Las dudas se intensificaron a partir de las medidas que tomó Domingo Cavallo cuando fue nombrado Ministro de Economía en abril. Por ejemplo, Cavallo introdujo un tipo de cambio especial para las exportaciones. Un sistema dolarizado no tiene estos problemas porque no existe una moneda nacional separada que pueda usar el banco central como una herramienta para un errado manejo monetario. Bajo un sistema de caja de conversión ortodoxa la línea que muestra la relación entre las reservas y la base monetaria (ver Gráfico 2) sería una línea recta en el 100 %. Con la dolarización es similar: incrementos en dólares se traducen directamente en incrementos de las reservas del sistema bancario.

      Elaborado por Dr. Kurt Schuler

      Fuente: http://www.bcra.gov.ar/pdfs/estadistica/bas2001.xlw

      Además de la incertidumbre monetaria debido a la falta de compromiso del gobierno —esto se reflejó en el diferencial entre tasas de interés sobre préstamos en dólares (5 %) y pesos (25 %)—, la crisis argentina se debe a que el proceso de reformas económicas y políticas, iniciado a principios de los 90, quedó incompleto. Así, tenemos que el gobierno se embarcó en una carga de endeudamiento cada vez mayor (de 34 % del PIB en 1991 a 52 % en 2001) una regulación excesiva que se demuestra en el hecho de que si bien se privatizó no se dio paso a la competencia, los monopolios estatales se convirtieron en monopolios privados, pero no se permitió que más empresas provean los mismos servicios. Además, el sector laboral es rígido y no se adapta a la demanda; las barreras al libre comercio prevalecen, el arancel externo común del Mercosur es del 14 % y el arancel para países que no integran el Mercosur alcanza el 35 %. Por último, la debilidad del estado de derecho y la excesiva burocracia (el gasto público creció 7 % en los últimos tres años y el PIB decreció 4 %) ha generado corrupción. El 82 % de los argentinos no confía en su sistema judicial.

      La dolarización adoptada por el Ecuador es la mejor opción en el campo monetario porque presiona al gobierno a poner en orden sus finanzas públicas y, además, corta de raíz el riesgo de devaluación a que está sujeta la moneda nacional. Argentina siempre estuvo bajo el riesgo de devaluación con el sistema de convertibilidad. Ahora que se eliminó dicho sistema, la devaluación del peso era una consecuencia obvia.

       Las tareas urgentes aún pendientes

      Al cabo de dos años de su adopción, la dolarización ha significado una mayor libertad para los ecuatorianos porque ha eliminado algunas de las distorsiones ocasionadas por la política monetaria discrecional del Banco Central. Ha hecho posible la estabilidad monetaria y ha devuelto la confianza de los ecuatorianos en la moneda, mejoró su imagen en el exterior y se aprecia el esfuerzo realizado que se refleja en el aumento de la inversión en el país. Sin lugar a dudas, la estabilidad monetaria es necesaria pero no es suficiente para promover el crecimiento económico y solucionar los problemas socioeconómicos que afectan a la sociedad ecuatoriana. Para alcanzar este objetivo es importante tomar algunas decisiones importantes y reformas de políticas que se mencionan a continuación:

      1. Hemos dicho que la dolarización es más que un nuevo régimen cambiario. La dolarización es un sistema monetario financiero con un enorme potencial para atraer flujos de capital al país, para lo cual se requiere la integración financiera con la banca internacional para que sirvan de intermediarios con el resto del mundo financiero. Para lograr este objetivo es importante eliminar cualquier restricción que pudiera existir y proporcionar los incentivos necesarios. La presencia de bancos extranjeros será beneficioso para el sistema financiero nacional, porque permitiría la competencia que finalmente redundaría en un mejor servicio a los ecuatorianos.

      2. La dolarización no permite que el gobierno siga recurriendo a la emisión monetaria, causante de inflación a través del Banco Central para financiar el gasto público; por lo tanto, debe financiar el presupuesto mediante las recaudaciones de impuestos y el endeudamiento. Esta realidad debe forzar al gobierno a revisar el proceso de formulación del presupuesto fiscal para ajustar los gastos a las posibilidades del país. Desafortunadamente, los políticos ecuatorianos continúan inflando el presupuesto basado en supuestos de difícil sustentación con el fin de satisfacer demandas regionales y presiones políticas. El país ya no puede soportar más impuestos ya que están frenando la reactivación económica. Tampoco es deseable seguir endeudándose, por tanto, es imperioso reducir drásticamente el gasto público para de esta manera no repetir los errores del gobierno argentino que han conducido a la ruina de ese país.

      3. Es importante una reforma tributaria y fiscal encaminada a reducir el peso de la carga tributaria y redefinir el rol del gobierno para proteger la libertad de los individuos, proporcionar seguridad jurídica y garantizar la propiedad privada en lugar de intervenir en la actividad económica del país.

      4. Privatizar las empresas públicas monopolizadas por el gobierno, tales como telecomunicaciones, empresas eléctricas, petróleo y minas, puertos y aeropuertos, carreteras y otros servicios básicos, con el fin de atraer capitales para su modernización y mejorar su eficiencia. El Ecuador puede aprovechar la experiencia de privatizaciones realizadas en otros países para no repetir los errores cometidos, como han sido, traspasar los monopolios públicos a monopolios privados con lo cual no se han solucionado los problemas sino que han aumentado la corrupción. Si no se establece un marco de competencia en las privatizaciones es mejor postergar el proceso privatizador. Resistir las arremetidas del sindicalismo público y de aquellos que se benefician de los privilegios que reparte el Estado.

      5. Apertura comercial mediante la eliminación de aranceles y otras medidas proteccionistas, y además


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