Sujetos y subjetividades. Oriana Bernasconi
Читать онлайн книгу.crímenes y documentos, entre convivencia y violencia, entre productividad y goce, los capítulos plantean una serie de preguntas desafiantes: ¿Cómo sostenemos sujetos a pesar y por su exterminio?; ¿cómo deconstruir figuraciones y habilitar acciones que nos permitan discontinuar o, al menos, desestabilizar diferencias que reproducen violencias, precarizaciones y exclusiones?; ¿cómo identificar y desanudar focos de problema de modo de reconocer y cuidar modos de existencia heterogéneos?; ¿cómo pensar subjetividades junto con sus contextos y materialidades?; ¿qué experiencias sobre nosotros mismos obligan las verdades que componen nuestros mundos?
De este modo, este libro es un esfuerzo por abordar la resolución empírica de algunas de las principales ideas desarrolladas por los diversos giros que han organizado el desarrollo de las ciencias sociales, considerando las particularidades y dificultades impuestas por el contexto de investigación. A través de sus capítulos, el libro pone a disposición de sus lectores y lectoras modos creativos, exploratorios y contingentes de investigar la producción de subjetividades y sujetos, y ofrece recorridos por los ejercicios mediante los cuales los autores y las autoras intentan, con mayor o menor éxito, sortear los desafíos que enfrentan en esta tarea. Se trata de reflexiones parciales, en la medida en que quienes las hacemos reconocemos, por una parte, el carácter permanentemente incompleto e inacabado de nuestros esfuerzos y, por otra, el que ellos están destinados al análisis de formaciones emergentes, híbridas, contingentes y procesuales que suceden con el mundo, en un constante proceso de (co)afectación en que también estamos implicados e implicadas.
Sinopsis
Los distintos capítulos de este libro abordan aproximaciones genealógicas al sujeto, como ejercicios de contra-memoria, que permitirían problematizarlo conociendo sus condiciones de posibilidad, etnografías feministas para el estudio de la producción de la diferencia de género en la convivencia escolar, etnografías focalizadas para el estudio de la subjetividad en salud, praxiografías que exploran la subjetividad de niñas y niños en relación a psicofármacos, shadowing que nos acercan a la subjetividad académica, entre otros. A su vez, los capítulos tocan una serie de campos de actividad social, algunos altamente institucionalizados como la educación, la salud o la ciencia; otros transversales como el género, la juventud, la vida urbana o la violencia. A través de ellos, el volumen refiere a diversos contextos situados: escuelas, hospitales, universidades, ciudades, espacios laborales y redes sociales.
La primera sección del libro, titulada “Existencias y subjetividades liminales”, reúne tres capítulos que, a partir de diversos contextos, plantean la pregunta por las condiciones de existencia del sujeto. Pensando desde distintos campos de acción, los textos de Bernasconi, Arruda-Leal y Rojas Navarro proponen la existencia de nuevos actantes en el campo social y, por lo mismo, la necesidad de establecer modos creativos y emergentes para poder dar cuenta del rol que estos actantes tienen en la constitución de la subjetividad, ya sea en la escuela, en la calle o en la memoria. Esto, indudablemente, va acompañado de aquello que Bernasconi denomina como un ejercicio ético-político que, en última instancia, se orienta a dar espacio y visibilidad a sujetos que de otro modo se mantendrían silenciados, o bien no existirían en lo absoluto.
Para Oriana Bernasconi, esto se juega en la identificación y análisis de la operatoria de una serie de actantes con el poder de performar al sujeto detenido desaparecido, un sujeto liminal que nace en ausencia y bajo amenaza de erradicación por parte de las fuerzas que impulsan al olvido. Para ello resulta necesario un trabajo cuidadoso de articulación genealógica entre diversos regímenes de performación que disputan lo producible y lo enunciable respecto a esta figura. Es, por ende, un ejercicio ontológico pero a su vez político, que tensiona la figura de la investigadora en un nivel ético.
En el caso de Arthur Arruda-Leal, la problemática se centra principalmente en la interrogación que aparece respecto a un mundo más-que-humano al pensar la ciudad desde una perspectiva ampliada, como un lugar de encuentro multiespecies y que dispone constantes ejercicios de co-afectación entre humano y kiltros. Pero no se trata solamente de un ejercicio de producción de una subjetividad kiltra –heterogénea, mixta, nómade, poshumana–, sino que también de postular una política del encuentro y una metodología afín para explorar dichas aventuras.
La composición heterogénea de la subjetividad es el asunto central de la contribución de Sebastián Rojas Navarro. Su capítulo permite evidenciar cómo la subjetividad es procesual, heterogénea, multideterminada y sostenida mediante operatorias orientadas por una relación de cuidado. Mediante el análisis de prácticas coreografiadas por diversos actores humanos y no-humanos presentes en la sala de clases, accesibles mediante etnografía, el autor propone una idea de la subjetividad profundamente relacional, informada por una teoría poshumana del cuidado. A partir de ello, Rojas Navarro se pregunta por las consecuencias ético-políticas que trae el sostener modos diversos de existencia y subjetividades que normalmente son marginados por el proceso escolar.
La segunda parte del libro, titulada “Cuerpo, salud y subjetividad”, reflexiona respecto a la subjetividad en sus relaciones con una materialidad particular: el cuerpo. Motivo de una conceptualización de larga data en las ciencias sociales, el cuerpo aparece de diversos modos para los enfoques descritos anteriormente. Para los autores y las autoras que escriben estos capítulos, el cuerpo emerge tensionando las epistemologías de género dominantes, en su capacidad de ser objeto de una relación particular con la verdad y su experiencia, o por los intentos que se despliegan al organizarlo, mediarlo y significarlo en contextos, tiempos y espacios particulares.
El capítulo escrito por Alejandra Energici y Nicolás Schöngut se detiene a analizar el cuerpo como un modo de pensar la subjetivación como proceso que trasciende al lenguaje, examinando para ello las dificultades existentes en los marcos tradicionales de la teoría social para dar cuenta del sujeto femenino. Haciendo uso de aportes del giro afectivo, proponen una aproximación a la subjetividad, entendiéndola como una relación de tensiones entre elementos híbridos y heterogéneos, que sitúan al cuerpo en su capacidad de afectar y ser afectado. Para ello ensayan un enfoque epistémico que permitiría ir más allá del determinismo lingüístico, centrado en el análisis de imágenes como estrategia metodológica.
Michel Foucault argumentaba que la subjetividad se constituye en relación a la verdad. Y se preguntaba por cómo habitamos esas verdades que constituyen nuestra subjetividad. En su texto, Jorge Castillo-Sepúlveda, Mariana Gálvez, Jorge Tapia, José Toro y Miguel Catalán proponen una vía de acceso a la investigación etnográfica de la subjetividad en salud y, por lo tanto, a las condiciones y recursos con que las y los pacientes deben aproximarse a su subjetividad y sus cuerpos mientras atienden su enfermedad en un hospital de Santiago de Chile. Combinando el enfoque foucaultiano con elementos de la Teoría del Actor-Red, exponen algunas de las herramientas conceptuales y metodológicas que les han permitido rastrear las relaciones entre verdad y subjetivación en el ámbito de la salud, siguiendo asociaciones entre actividades científicas, tecnológicas y políticas.
Dentro de una indagación sobre los efectos que las ciencias psi han tenido en el espacio escolar, nombrando, regulando y organizando cuerpos y subjetividades, el capítulo de Marcela Apablaza examina el rol de la investigadora en el proceso de investigación y, en particular, su papel en identificar y desanudar modos particulares de subjetivación. Desde el espacio de la etnografía feminista, este capítulo se detiene en la producción de la categoría de la niña problema, a partir de formas específicas de circulación de ideas y prácticas respecto a qué son y cómo deberían comportarse las niñas en una escuela municipal del sur de Chile, y la captura y análisis sensible de los espacios de subversión y resistencia a dicha norma.
La tercera parte del libro se titula “Instituciones y subjetividad”. En ella se reúnen tres capítulos que reflexionan sobre los efectos que la relación con la norma conlleva en la elaboración de las subjetividades. Como bien menciona Carrasco en su capítulo, son escritos que comparten la inquietud por comprender cómo programas de saberes científicos, programas de Gobierno, normas e instituciones configuran al sujeto de intervención. Así, estos capítulos levantan distintas interrogantes respecto a la función y límites de la institución, a sus efectos en la subjetividad y en los procesos de investigación.
El capítulo de