El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan. Daiana Romero

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El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan - Daiana Romero


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a él mismo, pues no es unívoco. Lacan explica “Con su imploración, con sus imprecaciones, con sus insinuaciones, con sus provocaciones, y sus ardides, con las fluctuaciones de la intención que le dirige y que el analista registra, inmóvil, pero no impasible, comunica a éste el dibujo de esta imagen”. (4) Lacan recuerda que fue Freud quien, primero, supo hacer un uso genial de la noción de imagen. Este último mostró esa función al descubrir en la experiencia el proceso de la identificación. Un hombre puede desarrollar, por ejemplo, una identificación parental y, así, transmitir en su conducta no solo los rasgos que dan cuenta de la forma particular de sus relaciones humanas sino también la situación actual en la que se hallaba en ese momento el progenitor con quien se identificó. Debido al hecho de que el sujeto desconoce la imagen que presenta con su conducta, la tarea del analista consiste en hacer que el sujeto se anoticie de ella. (5)

      Con el objetivo de ubicar los efectos formativos de la Gestalt Lacan toma como base experimentaciones biológicas. Precisa el papel fundamental que la imagen cumple en el desencadenamiento de los ciclos de alimentación y apareamiento en animales. En el caso de la paloma, por ejemplo, Lacan explica que la ovulación está determinada por la visión de la forma del congénere, excluida toda otra forma sensorial de la percepción, y no es necesario que se trate de la visión del macho. Ubicadas en el mismo espacio con individuos de ambos sexos, pero en jaulas en las que no se pueden ver, aun pudiendo percibir sus gritos y su olor, las hembras no ovulan. Sin embargo, es suficiente que dos sujetos puedan verse, aunque más no sea a través de una placa de vidrio, para que el fenómeno de la ovulación se desencadene. Lacan sitúa un punto aún más notable. La sola visión de su propia imagen en el espejo basta para desencadenar la ovulación. El segundo ejemplo es sobre los saltamontes peregrinos, llamados vulgarmente langostas. Hay dos variedades, el tipo solitario y el tipo gregario. El paso de la primera variedad a la segunda variedad depende de la visión, durante los primeros periodos larvarios, de otros individuos de la especie.


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