A la mañana siguiente en la oficina nos encontramos con Vika. – "¿Dónde estabas ayer, por qué no viniste?” – “Estuve en el rodaje de ayer y, por cierto, te vi, trabajaste con entusiasmo”. Me sonrojé: “Pero no te vi allí”. “Demasiado ocupado”. Bueno, tenemos que reunirnos con el cliente, presentarle un informe y los resultados de la foto y el video. Pero algo me avergonzó de todo esto. ¿Fue la participación de Lida en el rodaje de una traición a la película porno? Es solo un trabajo así. No mejor ni peor que otros. Naturalmente, el cliente debe pagar nuestras labores, pero … ¿tal vez Lida pagará más? ¿Y será ético? No, no lo es. Aquí es necesario pensar. Después de reflexionar, decidí no romper los términos del contrato y enviar todos los materiales al cliente. Pronto el dinero vino de él. Luego apareció en Internet la película porno “Blondes-karateka”, lo miré y esperé a que saliera. La película resultó interesante, con mi participación. El hecho de que mi cara golpeara el marco, no estaba particularmente molesto. Por el contrario, me pareció que cumplí mi papel con dignidad. Pero lo más interesante no fue eso. Me sorprendió que actuara en eso… Vika. Al parecer, el rodaje de la película también fue en el baño, donde el operador filmó un segundo karatek. No hubo otros actores allí. Es decir, el operador estaba disparando a una rubia desnuda y parte de sí mismo. En medio del tiroteo, Vika entró al baño. Sin pensarlo por un largo tiempo, se arrodilló con un karateka y atrajo al operador con el uno por turno. Me maravilló la depravación de mi colaborador, pero ella dijo su versión: “Vine al estudio, como estuvimos de acuerdo. Desde el umbral, vi una imagen deslumbrante, y el gerente (o guardia) me ordenó ir rápidamente al baño. Fui allí y esperaba recuperar el aliento. Pero aquí no estaba. En el baño, también, estaban disparando. El operador inmediatamente me dijo que me arrodillara y que hiciera lo que hizo la mujer desnuda. Estaba tan confundido que cumplí su orden y participé en el tiroteo hasta el final”.