Mujeres y educación en la España contemporánea. Raquel Vázquez Ramil

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Mujeres y educación en la España contemporánea -  Raquel Vázquez Ramil


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International Institute for Girls in Spain.

      ILE: Institución Libre de Enseñanza.

      JAE: Junta para Ampliación de Estudios.

      JAEIC: Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas.

      RE: Residencia de Estudiantes.

      RS: Residencia de Señoritas.

      I

      La Institución Libre de Enseñanza y su aportación a la educación de la mujer española

      No hay buzo literario que pueda sacar una

      perla del mar muerto de la filosofía krausista.

      Ramón de Campoamor, «Polémica sobre el Panentheísmo.

      ¡A la lenteja! ¡A la lenteja!», Revista de Europa,

      Madrid, n.o 65, 23 de mayo de 1875, p. 441

      Antecedentes: el krausismo, una nueva visión de la mujer

      El krausismo es un sistema filosófico elaborado por el pensador alemán Karl Christian Friedrich Krause, nacido en Eisenberg (Altenburg-Sajonia) en 1771. Su biografía es altamente ilustradora para comprender la formulación y evolución de sus ideas.

      Entre 1797 y 1800 Krause estudió Teología en Jena, siguiendo el deseo de su padre, pero su inclinación lo llevaba hacia la filosofía y las matemáticas, inclinación que se robusteció oyendo las lecciones de Fichte y Schelling; en 1812 llegó a ser Privatdozent, aunque sus denodados esfuerzos por conseguir una plaza de profesor en una universidad alemana fueron inútiles.

      En 1805 se afilió a la francmasonería (de donde viene su posterior idea de una sociedad mundial y su visión orgánica del universo); fue expulsado en 1810 tras publicar los Tres primitivos monumentos de la Sociedad de los Hermanos Masones; tras este hecho no dejó de encontrar arduas dificultades para ganarse la vida. No obstante, convencido de la verdad de sus ideas, se esforzó en elaborarlas y refundirlas, y halló su recompensa en el fervor con que lo siguieron grupos de discípulos en Bélgica, Holanda y, sobre todo, España. Murió en Múnich en 1832.

      Krause aspiraba a continuar el pensamiento de Kant, aunque con una orientación místico-espiritualista. Como se lleva afirmando, su estilo es oscuro: se expresó en un vocabulario artificial y, a menudo, críptico, plagado de complicados neologismos. Llamó a su sistema «Teoría de la esencia» (Wensenlehre), mediadora entre el panteísmo y el teísmo, y así elaboró el término «panenteísmo», para sugerir la noción del mundo como mundo-en-Dios.

      En el campo de la Filosofía del Derecho, Krause rechaza la teoría absolutista del Estado, defendida por Hegel, y enfatiza la importancia de asociaciones de finalidad universal (familia, nación), frente a las limitadas (Iglesia, Estado); el verdadero fundamento de la moralidad radica en las primeras; por ello el ideal de la humanidad es, ante todo, la federación de asociaciones universales hasta culminar en una humanidad unida, regida por la razón suprema y por el bien.

      La dimensión pedagógica de Krause, intrínseca en la esencia de su pensamiento doctrinal, se acentúa cuando en 1822 entra en contacto con Fröbel, quien lo interesa en la obra de Comenius. Así, Krause actúa de «eslabón intermedio» entre Comenius y Fröbel, y abre un camino que tendrá amplia trascendencia, sobre todo en España.

      a) El Curso de Derecho de Ahrens, que en los años treinta del siglo XIX conocen ciertos círculos del liberalismo progresista español próximos a Julián Sanz del Río (Navarro Zamorano, Álvaro de Zafra).

      b) El viaje de Sanz del Río a Alemania en 1843. Conoce entonces a Ahrens, quien le recomienda visitar la universidad de Heidelberg.

      c) El moderado católico Santiago de Tejada.

      El krausismo aportó a un grupo de intelectuales inquietos y descontentos con la realidad social del país una norma de conducta capaz de elevar al hombre interior hacia el ideal ético y un programa de reforma coincidente con las líneas de la política liberal-democrática.

      Caracterizado por su aspiración redentora más que por su profundidad empírica, el krausismo quiere el perfeccionamiento del hombre a partir del hombre mismo, sin confiar en el papel perfectivo de las instituciones sociales; para llegar al Ideal, al reino de la Razón suprema, hay que comenzar por perfeccionar al hombre, de ahí la predilección por disciplinas como la pedagogía, que aspiran a formar hombres, o como el Derecho, que tienen la pretensión de mejorarlos.

      Veremos primero la perspectiva teórica o formulación de esta cuestión, sobre todo en la traducción-refundición que Julián Sanz del Río hace de El Ideal de la Humanidad; luego los puntos prácticos o iniciativas krausistas destinadas a mejorar la educación de la mujer española, promovidas por un discípulo de Sanz del Río, Fernando de Castro.

      Perspectiva teórica: Julián Sanz del Río y El Ideal de la Humanidad para la vida; la mujer, varón incompleto

      A


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