La era neoliberal. José Luis Ávila
Читать онлайн книгу.su último informe de gobierno son una exposición de motivos, [que] contraría la más elemental técnica jurídica. Nunca las expresiones emocionales pueden ser apoyo de una ley... Teóricamente el país es una federación, pero los tres poderes no cuentan para las decisiones de importancia, a menos que así los desee el titular de esos poderes. El presidente de la República se permitió legislar, no obstante que la Constitución señala que esa facultad corresponde al Congreso", revista Proceso, núm. 313. Ese mismo 18 de octubre de 1982 el Senado de la República aprobó la iniciativa presidencial. Los juicio s entablad o s por los banqueros demoraron varios años y todas las sentencias les fueron adversas debido a que el gobierno antepuso causa de utilidad pública en el decreto de la expropiación.[regresar]
25 Para una análisis detallado de las acciones empresariales, véase Matilde Ledesma Luna, Los empresarios y el cambio político, México, 1970-87, ERA, México, 1992. Sobre las implicaciones de ruptura en el sistema político nacional: Pedro López Díaz, La crisis del sistema político mexicano, Fontamara, México, 1989, cap. 3M; sobre las implicaciones en las relaciones gobierno-empresarios de la rupturas de las reglas que supuso la nacionalización de la banca, véase Carlos Elizondo Mayer-Serra, La importancia de las reglas. Gobierno y empresarios después de la nacionalización de la banca, FCE, México, 2001.[regresar]
26 Miguel Basáñez, La lucha por la hegemonía en México, 1968-1990, Siglo XXI Editores, México, 1990, edición corregida y aumentada, pp. 234-235.[regresar]
27 Gonzalo Biggs, La crisis de la deuda externa latinoamericana frente a los precedentes históricos, capítulo 1, Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1993.[regresar]
28 No obstante, la disposición de pagar a 70 pesos — cuando el tipo de cambio libre superaba los 120 — los 12000 millones de dólares depositados en la banca privada nacional (mexdólares) despertó críticas e inconformidad de las capas medias, quienes a diferencia de los grandes inversionistas habían confiado en las instituciones nacionales y se rehusaron a enviar sus capitales al extranjero.[regresar]
29 En su artículo primero el decreto estableció: "Por causa de utilidad pública se expropian a favor de la nación las instalaciones, edificios, mobiliario, equipo, activos, cajas, bóvedas, sucursales, agencias, oficinas, inversiones, acciones o participaciones que tengan en otras empresas, valores de su propiedad, y todos los demás muebles e inmuebles, en cuanto sean necesarios, a juicio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, propiedad de las instituciones de crédito privadas a las que se les haya otorgado concesión para la prestación de servicio público de banca y crédito".[regresar]
30 En lo fundamental, el decreto de control de cambios establecía que la exportación e importación de divisas sólo podrá llevarse a cabo por el Banco de México, o por cuenta y orden del mismo; el Banco proporcionará las divisas para que los particulares cubran obligaciones en monedas extranjeras, dentro y fuera del país, al tipo de cambio que rija en el lugar y fecha de la operación, reservándose el Banco la aplicación o no del tipo de cambio preferencial. A este respecto, se establecieron, en orden de prelación, 12 prioridades, entre las últimas dos se establecían cuotas de divisas para gastos de viaje de nacionales al extranjero para fines de negocio, trabajo, salud o turismo.[regresar]
31 La iniciativa de descentralizar el Banco de México estaba contenida en la llamada quinta opción y no fue considerad a por el Poder Legislativo luego de "se ñ ales" del presidente José López Portillo de que no era prudente que una administración saliente resolviera sobre el particular. Con relación a la indemnización a los banqueros, Carlos Tello Macías proponía pagar el valor qu e las acciones de los banco s tenían al 31 de agosto de 1982, en tanto que Hacienda no quería irritar más a los ex banqueros y en 1983 autorizó montos superiores. Sobre los términos en que se realizó la indemnización, véase Secretaría de Hacienda y Crédito Público, El sistema financiero mexicano, 1982-88, Banobras, México, 1988, cap. 3.[regresar]
32 Durante septiembre-diciembre bajaron en alrededor de 13 puntos las tasas de interés para depósitos menores a un m es y retirables en días preestablecidos, y se mantuvieron casi iguales los devengados por los depósitos de corto y medio plazos (30 y 90 días, seis meses y un año). El objetivo era evitar la ola especulativa, reducir la carga financiera del capital de trabajo de las empresas y en los créditos de tarjeta.[regresar]
33 Al respecto, véase Carlos Tello, La nacionalización de la banca en México, op. cit., cap. 3.[regresar]
34 Sobre las diferencias entre el proyecto neoliberal y el de la Revolución mexicana, véase Rolando Cordera y Carlos Tello, México: La disputa por la nación. Perspectivas y opciones del desarrollo, Siglo XXI Editores, México, 1981, cap. 3; Miguel Basáñez, La lucha por la hegemonía en México, 1968-1990, Siglo XXI Editores, México, 1990, segunda edición corregida y aumentada; Héctor Guillén Romo, Los orígenes de la crisis en México, 1940-82, Era, México, 19 84, pp. 58-68; Héctor Guillén Romo, "Interpretaciones sobre la crisis en México", en Pablo González Casanova y Héctor Aguilar Camín (coords.), México ante la crisis. El contexto internacional y la crisis económica, vol. I, Siglo XXI Editores, México, 1985, pp. 153-82.[regresar]
35 Era un cambio no sólo natural sino también anunciado. A mediados de septiembre de 1982, en un diálogo entre el presidente López Portillo y Miguel de la Madrid, éste le advirtió: "Ya cambió usted al director del Banco de México — añadí. Es su decisión y su responsabilidad, pero como en mi opinión Carlos Tello no tiene capacidades no va a durar ahí más que los días que le restan a su gobierno". Miguel de la Madrid Hurtado, op. cit., p. 34.[regresar]
36 Banco de México, Informe anual 1982, México, 1983, p. 13.[regresar]
37 "En efecto, la disminución del ingreso real recae principalmente sobre los salarios reales, en un contexto de política salarial restrictiva y de constancia o tendencia al aumento de los márgenes brutos de ganancia, como resultado de los efectos de la devaluación sobre los costos financieros de las empresas endeudadas en moneda extranjera y sobre los precios internos y de exportación. La reducción de los salarios reales refuerza a su vez los efectos negativos de la devaluación sobre el gasto interno, en particular sobre el gasto de consumo y de construcción residencial." Jaime Ros, "La crisis económica, un análisis general", en Pablo González Casanova y Héctor Aguilar Camín (coords.), vol. 1, op. cit., p. 140.[regresar]
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