El lado oscuro del rock. José Luis Martín
Читать онлайн книгу.derivación del Gris Gris y posiblemente el fetiche más famoso es el mojo, pero con sus diferencias y particularidades. El mojo también se le conoce por distintos nombres dependiendo del uso que se haga de él, de esta forma puede llamarse Mojo Hand, Conjure Hand, Lucky Hand, Conjure Bag, Trick Bag, Root Bag, Toby o Jomo, entre otros apelativos.
Se trata de una bolsa, generalmente de franela, donde se introducen objetos y materiales que desempeñarán el encantamiento, que siempre será personal e intransferible. Cada mojo tiene su propia hand, que en esta ocasión se refiere a la combinación de ingredientes que puede ser con raíces, hierbas, objetos personales, huesos de animales o incluso huesos humanos, generalmente dedos de una mano. También es importante el color del mojo pues el verde será para fortuna y éxito en los negocios o el juego, el rojo es para el amor y el sexo, siendo el más común, mientras que el color blanco es para la salud y la familia, pero dejó de utilizarse por la superstición de que dejaba de funcionar cuando cambiaba de color por lo que contenía en el interior.
El mojo puede hacerlo uno mismo, pero es mucho más efectivo si lo crea un hechicero, médico de raíz o una gitana hoodoo. El mojo se construirá pensando en el objetivo deseado y en la persona a la que va dirigido, una vez terminado se ofrece un ritual donde se le añade el poder de un espíritu y es entonces cuando cobra vida. Siempre debe ir ceñido al cuerpo para su mejor funcionamiento y resulta muy positivo que esté oculto a la vista, hecho que demuestra la dificultad de crear un mojo para hacer daño a un contrincante o enemigo.
El mojo se debe mantener vivo o deja de funcionar, por lo que se debe regar con alcohol, aceites de raíces o fragancias aromáticas, siguiendo las indicaciones del hechicero que lo creó. Si un mojo no se cuida, se maltrata o se usa para un objetivo diferente al concebido, deja de funcionar o lo que es peor, se puede volver en contra de uno mismo y provocar incluso la muerte.
El mojo más famoso del blues es sin duda alguna el del tema «I´ve got my mojo working» popularizado por Muddy Waters en 1957, que siempre se ha identificado con una expresión libidinosa, donde el mojo incluso se ha querido reflejar como símbolo fálico que está preparado para entrar en acción, posiblemente por la interpretación que hizo del tema Jim Morrison, vocalista y líder de The Doors y que introdujo el concepto dentro de «L.A. Woman», al gritar en la coda de la canción «Mr. Mojo Risin» y realizar una mímica cercana a la masturbación.
Sin embargo ese tema lo compuso en 1956 Preston Foster y ese mismo año lo grabó por primera vez Ann Cole, vocalista de góspel y rhythm & blues que tira por tierra esa interpretación, aunque la letra pueda llevar a equívocos, se trata de un mojo de atracción de amor que no funciona muy bien.
«Tengo mi mojo funcionando, pero simplemente no funcionará en ti, / Bajando a Luisiana para conseguirme un Mojo Hand».
Uno de los mojos de amor más populares fue el The Nation Sack, del que nos habla Robert Johnson en el tema «Come On In My Kitchen», cuando nos cuenta que su mujer lo ha abandonado y su mojo no le funciona.
«Oh, ella se ha ido / sé que no regresará. / He sacado el último centavo del Nation Sack / Será mejor que vengas a mi cocina / va a estar lloviendo fuera».
Otro mojo muy popular entre las mujeres era el Lady Luck, cuyo encantamiento y poder podría hacer retornar al hombre fugado. A Bessie Smith no le acaba de funcionar en el tema «Lady Luck Blues» grabado en 1923, incluso mezclando varias magias hoodoo entre las que están los famosos polvos goofer. «Mi hombre se ha ido con una chica que creí mi amiga / Lady Luck, Lady Luck, necesito tu simpatía / tengo una herradura en la puerta y he tocado la madera hasta que me duelen las manos / Tengo su foto al revés y he rociado polvo goofer alrededor / desde que mi hombre se ha ido estoy confundida».
Huye del gato negro
Una muestra de la integración de la superstición europea en la magia hoodoo la encontramos en la identificación del gato negro como portador de mala suerte. Si en el viejo continente, cuando un felino oscuro se cruza en tu camino, te invita a dar media vuelta, en el hoodoo se adapta en un mojo llamado Black Cat Bones, que significa tener mala suerte, incluso produce tu invisibilidad y en algunos casos se puede renacer después de muerto como zombi. El Black Cat Bones era un potente contrahechizo que te protegía de maleficios y maldiciones.
La bolsita mojo contenía diferentes ingredientes, pero el más importante era un hueso de gato negro, que se podía obtener por varios procedimientos, algunos de ellos bastante macabros.
Una vez cazado el gato, a media noche se le introducía vivo en una olla de agua hirviendo hasta que se le desgarraba la carne y quedaban sólo los huesos, escogiendo para el mojo el último de ellos que quedara flotando. Este método sale reflejado en el Libro de San Cipriano, un gran hechicero pagano que se convirtió al cristianismo, y que contiene grimorios del siglo xvii.
La segunda opción también es un tanto diabólica ya que primero se dejaba morir de ayuno al animal, para después hervirlo a media noche y era entonces, cuando el animal estaba tierno, que el hechicero probaba la carne que seguía pegada a los huesos y escogía el que más poder retenía.
El nombre de Black Cat Bones ha sido utilizado por infinidad de grupos de todos los estilos, aunque predominan los de música afroamericana. Sin embargo es curioso el caso de la banda sudafricana del mismo nombre, nacidos en Pretoria en el año 2007, practican un dirty blues muy rockerizado, pero además juegan bastante con el temario vudú, en piezas como «I´ve got my mojo working», «The Hoodoo Dance» o el mismo «Black Cat Bones». Hay otra banda en Tucson, Arizona, y otra en Chicago que están en la frontera del rock blues, mientras que el Reino Unido está comenzando a destacar una formación de rock setentero que además de manejar el mismo nombre se definen como hoodoo rock. En Michigan aparece a principios de década otra banda bajo el nombre de Black Cat Bone 616, que mezclan el dirty blues, bluegrass y el country más añejo, con temas claramente hoodoo, cargados de referencias a pócimas, venenos y amuletos, con dos álbumes llamados Mid-West Coast Blues y Jealous Is Poison. Todo esto sin profundizar mucho en la cuestión, pues parece ser que es uno de los nombres más utilizados en el blues y géneros adyacentes, es por eso que bandas con poca trayectoria se pueden encontrar en Brasil, México, Portugal o España.
Posiblemente la banda más importante que ha utilizado el apelativo de este mojo ha sido la formación británica que contó en sus filas con Paul Kossoff y Simon Kirke, que más tarde se unieron a Free.
En 1960 el músico tejano Hop Wilson compuso y grabó con su banda, Poppa Hop and His Orchestra, el clásico «My Woman Has a Black Cat Bones», que ha sido grabado por infinidad de músicos entre los que destacan Muddy Waters, Johnny Winter, Albert Collins, Robert Cray, Johnny Copeland y James Cotton. En este tema hace una estupenda descripción de los efectos mágicos del mojo. «Creo que mi chica tiene un Black Cat Bones y parece que todo lo que hago lo hago mal / Me esforcé en llevarme bien con esa mujer, pero parece que cuanto más lo intentaba, peor iba, la engañaba y mentía».
Cuatro años antes, en 1954, Muddy Waters grababa en Chess Records otro clásico, «I’m Your Hoochie Coochie Man», uno de los temas compuestos por Willie Dixon y que más ha sido versionado en la historia de la música por gente tan dispar como Eric Clapton, Steppenwolf, The Allman Brothers Band, el propio Waters con The Rolling Stones, los chilenos La Rata Bluesera, los mejicanos Tras La Mula, Black Stone Cherry, Band Of Skulls o Motörhead.
En este tema introduce varios conceptos de brujería o magia hoodoo como el Black Cat Bones, «Tengo un Black Cat Bones, y también tengo un mojo / Tengo la raíz de John The Conqueror/ Voy a meterme contigo, voy a quitarte la chica / el mundo sabrá que soy el Hoochie Coochie Man».
El término hoochie coochie proviene de los bailes exóticos de danza del vientre egipcios, que se popularizaron en los Estados Unidos en la Exposición Universal de Chicago de 1893, donde una bailarina llamada Farina Mazar y conocida por Little Egypt, escandalizó y enamoró a la sociedad americana por igual, hasta el punto que Hollywood le dedicó una película bajo su mismo nombre. A partir de la exposición el hoochie coochie sustituyó al cancán en los espectáculos de burlesque, y otra bailarina, Millie DeLeon, lo popularizó