Cómo formar una banda de rock. Aina Ramis

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Cómo formar una banda de rock - Aina Ramis


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más allá de especificaciones técnicas de amplificadores y la situación geográfica del instrumento en la sala de ensayo, va a ser esencial que todos los músicos practiquen en su casa. Todos, sin excepción, tendréis que encontrar un momento cada semana, cada día tal vez, para tocar las canciones que queréis tocar en conjunto. Hablaremos largo y tendido de la práctica personal, ya que va a ser, junto con los ensayos en grupo, uno de los pilares esenciales para crear un grupo funcional.

      Asimismo, más allá de la práctica, otro de los factores importantes va a ser el feeling. ¿Te imaginas a Mick Jagger hartándose de Charlie Watts nada más empezar el proyecto? The Rolling Stones no hubieran sido lo mismo sin la potente y enérgica batería de Watts. El entendimiento y la complicidad entre los miembros son cruciales para tocar encima del escenario como lo hacen ellos, por ejemplo. Resulta decisivo, y más en un arte como es la música, entenderse y apoyarse entre miembros. Cuanto mejor cultivemos las relaciones con nuestros compañeros, más fácil será el camino. Todo rodará cuesta abajo con facilidad. Es verdad también que ha habido grupos que han ido cambiando sus integrantes con el tiempo, no vamos a mentir. No suenan bien solo los grupos que han estado siempre en armonía. Unos se han ido y otros llegan, y el cambio puede resultar tan justo y exitoso como el relevo de Bon Scott por Brian Johnson, pero la mayoría de las veces no es así. Sin ir más lejos, Pink Floyd perdió unos años maravillosos por culpa de las discrepancias y diferencias (algunos lo llaman «choque de egos») entre David Gilmour y Roger Waters. A Supertramp le pasó lo mismo. Sí, está claro que, por separado, muchos músicos han logrado cosas increíbles, pero... ¿qué hubiera pasado si hubieran seguido juntos? Seguramente, cosas maravillosas. De todas formas, no podemos predecir lo que pasará y muchas veces la dirección de los acontecimientos no se encuentra en nuestras manos. Sabiendo esto, aun así, intentaremos cohesionar nuestro grupo de la mejor manera posible y crear vínculos fuertes entre sus integrantes.

La cohesión, el trabajo en equipo, el respeto y la empatía serán cruciales si queremos mantener un grupo que trabaje, se entienda y que avance. No dejaremos de ser una familia que escoge a sus miembros, pero una familia al fin y al cabo.

      Años atrás, tenía que venir un cazatalentos a decirte que tú sí que vales, que tu grupo suena bien y que puedes tener una oportunidad en el mundo de la música. Algunos grupos no buscaban necesariamente hacerse famosos, sino disfrutar tocando en locales pequeños de su ciudad, pero cuando alguien que parece saber de lo que habla se te acerca con un contrato y una promesa, es muy difícil decir que no. Sin embargo, todos sabemos que el número de grupos que se han quedado en un par de conciertos y no han ido más allá es más grande que el número de grupos de rock que han tenido un triunfo palpable de cara a la audiencia y al público. Hoy en día, el cazatalentos ya no viene a buscarte a casa, a la sala de ensayo o en un concierto, sino por Internet, a través de las redes sociales y en Youtube. Ahora ya no es necesario pasearse por la ciudad y mostrar el talento al mayor número de personas posible para ver si algún representante oye hablar de nosotros. Hoy en día es suficiente con colgar un vídeo en Youtube o hacerse viral en Twitter, Facebook, Instagram. Internet nos ha hecho un favor enorme a los músicos. La Red cuenta con toda una ristra de ventajas que tenemos que aprender a explotar. Es un pozo de conocimientos: cualquier cosa se puede aprender navegando por él. Además, actúa como eliminador de barreras físicas y favorece la comunicación entre músicos, estén en la parte del mundo que estén. Facilita el trabajo en línea, ahorra recursos en papel y ofrece programas y herramientas de libre acceso. Está claro, y no hay discusión, que Internet ha favorecido en las comunicaciones y en el conocimiento. Sí, también hay desventajas: las discográficas han tenido que estrujarse la cabeza para no tener pérdidas millonarias cada vez mayores «por culpa» de las reproducciones online y la piratería.

      Cuando Internet aún era joven nadie podía predecir que estos cambios también nos harían daño, como el exceso de información (que genera desinformación), la copia fácil por encima de la ley (piratería) y las fake news. Podríamos buscar otros tantos, pero tenemos claro que las desventajas de Internet existen y que, como las ventajas, han llegado para quedarse. El debate está servido, pero para lo que a nosotros nos ocupa, las ventajas nos van a venir de gran ayuda. Incuestionable es que, gracias a la Red, la comunicación y el conocimiento han pasado a otro nivel, y eso es precisamente lo que vamos a necesitar para localizar a los integrantes de nuestro grupo, aprender las canciones que no nos sepamos en caso de querer tocar versiones, presentarnos delante de una determinada audiencia y darnos a conocer más allá de nuestra ciudad. En definitiva, poder formar y mantener un grupo de rock que pueda tener posibilidades de tocar en garitos y festivales y generar una audiencia fiel, además de dinero online por reproducciones (aquí es donde entran nuestras amigas distribuidoras como Spotify).

      Paso por paso

      Los capítulos de este libro están ordenados de manera secuencial, de principio a fin. Empezaremos buscando nuestros compañeros de viaje en sitios como Internet, la vida real y tiraremos de contactos: a veces, la mejor manera de encontrar a tu guitarrista es hacer correr la voz entre los músicos del mundillo. Cuando ya tengamos nuestro equipo iremos a buscar juntos una sala de ensayo donde podamos hacer ruido del bueno y del malo sin molestar a nadie. Es imprescindible encontrar un lugar fijo en el que todos los miembros del grupo se sientan cómodos, como en casa, para poder ensayar y tener un espacio de referencia que consideremos nuestro templo, nuestro santuario. Este paso es posible que cueste porque se ve involucrado el dinero, y muchas veces es aquí donde conocemos de verdad cuáles son las aspiraciones y el compromiso de los miembros de nuestro grupo. Contribuir con dinero es un hecho que siempre comporta una responsabilidad y un deber, como el pagar cada mes de manera religiosa. Lo ideal sería poder habilitar un espacio nuestro: un garaje o sala de ensayo en casa de alguno de nosotros, pero eso puede salir incluso más caro. Por ello ajustaremos nuestra búsqueda al nivel de compromiso de las personas del grupo, a la comodidad que nos podamos permitir y a las necesidades que tengamos.

      Más adelante hablaremos del primer ensayo, aquella primera vez donde todos nos sentimos como si fuéramos a nuestro peor examen. La primera vez se suele sentir como si estuviéramos hablando delante de cien personas, algo completamente normal. Trabajaremos la confianza y la empatía para poder afrontar este momento de la mejor manera posible. Al fin y al cabo todos (o la mayoría) estaremos empezando, así que tomémoslo con calma. Es en este paso, normalmente, cuando ya llevamos un par de ensayos y estamos seguros de que funcionamos como grupo, que se suelen buscar las salas de ensayo, y no antes. No vamos a comprometernos con el dueño de las salas de ensayo o con la empresa si aún no estamos seguros de nuestro proyecto, ¿no? Es de sentido común.

      De individuos a grupo de rock

      Dados los primeros pasos, tal vez los más difíciles por el hecho de juntar diversas personas con personalidades, intereses y bagajes distintos, ya será hora de ponerse en marcha y decidir qué rumbo queremos coger como grupo. En este punto, aprenderemos a componer y a formar una estructura a partir de una melodía para que los demás la puedan seguir y empezar a tener canciones propias, algo esencial en un grupo de rock. Si habéis decidido, sin embargo, que en tu grupo se van a tocar solo versiones o covers, eso no es un error ni mucho menos, os podéis saltar este paso. De todas formas, siempre recomendaremos trabajar la composición un poco ya que ayuda a desarrollar la creatividad y a salirnos de aquello que ya conocemos. Componer no es fácil y no es para todo el mundo: algunos componentes tendrán más dificultades que otros, pero hacer una canción y tocarla sabiendo que es vuestra... ese es uno de los mejores sentimientos como músico. Tendréis ganas de enseñársela al mundo, de perfeccionarla, de mejorarla, escuchar críticas, hacerla llegar a todos los rincones de vuestro país y más allá. ¿Y cómo? Sí, a través de los conciertos. Esta va a ser nuestra meta final, y podremos conseguirla en menos de un año. Dar un concierto puede considerarse como la panacea de los músicos. Subirse a un escenario es todo lo que hemos comentado antes: es ser vulnerable, estar desnudo, enseñarle una parte de nosotros al mundo. Es entregarse y disfrutar desde una posición privilegiada. ¿Nos ponemos a ello? ¡Long live rock’n’roll!

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