Capítulo 1. Los miedos que debe vencer la Iglesia

      Ayunar no es algo que la Iglesia no conozca como término, sin embargo lo desconoce por la falta de práctica en sí misma. Soy un convencido de que, así como existe una anatomía del cuerpo humano, existe otra sobre el cuerpo espiritual donde el hábito de ayuno y abstinencia terrenal nos comienza a mostrar principios de eternidad divina.

      A lo largo de los años, el enemigo levantó estrategias de temor para que el pueblo de Dios no tenga compromiso con el estilo de vida del ayuno espiritual.

      Si de manera detenida prestas atención a los alimentos en las Escrituras sabrás que el primer conflicto con la creación de imagen y semejanza fue a causa de la desobediencia por comer de un fruto no permitido.

      Cuando entré en esta caminata espiritual, pude comprender que un espíritu inmundo no puede estar en este plano de los vivos a menos que se introduzca por alguien que le dé legalidad como en ese entonces. (Los responsables de administrar el edén y su huerto).

      También sabemos que esto sucede en animales, como la serpiente, los cerdos que nombran los evangelios en la liberación del endemoniado de Gádara o Decápolis.

      En este pasaje bíblico quebramos la historia de que Adán y Eva comieron una “manzana” en desobediencia al Señor, ya que el Génesis 1:29 nos enseña que en el principio podían comer de todo fruto que tuviera semillas, “como la manzana”. Por eso jamás una manzana hubiera sido canal de consumación de la desobediencia de Adán y Eva.

      Y dijo Dios: “He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay en la superficie de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla; esto os servirá de alimento”.

      Recordamos también el suceso histórico de Jacob y Esau (Génesis 25:27). “Esau fue el hombre capaz de cambiar la bendición más grande” por un plato de comida…

      No es el único caso bíblico donde una “necesidad humana” se interpone entre un llamado o participación de un propósito grupal.

      En una oportunidad mientras Nuestro Salvador vencía su voluntad en el huerto de Getsemaní, los apóstoles no soportaron el sueño y dejaron solo a Jesús en la compañía de ruego y clamor. A través de muchos pasajes bíblicos y la vida cotidiana he notado que los alimentos pueden llegar a generar pensamientos y comportamientos en la vida diaria.

      Es normal encontrarnos con alguien y decirle: “Tenemos que hablar, nos vemos mañana y de paso comemos algo”, o “Vamos a reunirnos a arreglar unos temas, de paso tomamos un café con alguna porción de torta”, etc.

      El sistema que rige la publicidad de estos días dice que en esta era el 90% de la población en el mundo gasta dinero y compra alimentos en muchos casos sin necesitarlos.

      A través de la vida de ayuno vas a entender que tu cuerpo espiritual tiene más hambre que el físico, y al cambiar los hábitos no tendrás experiencias, sino que vivirás en dimensiones soñadas haciendo de lo “sobrenatural” parte de tu vida cotidiana.

      Lo primero que debes vencer es el miedo como un comportamiento aprendido y heredado. Normalmente una mamá cuando nos recibe después del mediodía