Porque Leo Escribo. María del Pilar Martinez Nandin
Читать онлайн книгу.les decimos; ¡cómo te quiero! ¡Eres mi tesoro! ¡Mi regalo del cielo!
Nos extraña que los niños prefieran la casa de sus amigos y no solo para dormir una noche, sino para quedarse a vivir.
Tal vez ahí si les digan: ¡Bienvenidos! ¡Nos importas! ¡Te queremos!
Hay amigos que saben ser familia, pero lo más importante es que tu familia sepa ser amiga.
Fíjate en lo que te fijas.
Leído en una barda de la Cd de Monterrey N. León
¡Fíjate! Nos dicen cuando nos caemos.
¡Fíjate! Nos dicen cuando nos equivocamos.
¡Fíjate! Nos dicen cuando nos han engañado…para otra vez…fíjate.
Fíjate ¡Si! que quede bien puesto tu objetivo.
Aférrate a él con uñas y dientes, con pegamento, con clavos, con cemento, con lazos de acero.
Lo único que te pido es que tu fijación valga la pena.
Ánclate en tu sueño con voluntad pero…! Fíjate en lo que te fijas!
Si cantas la belleza, aunque estés en medio del desierto siempre tendrás audiencia.
Proverbio Sufi.
Llovía y me puse a pensar: la lluvia es bella, recordé caritas pegadas a un cristal, escuchando su melodía y su danza.
“Solo los niños saben realmente lo que buscan” dice en el libro de El Principito, por ello no te extrañe, que sean caritas de niños, los que admiren la lluvia, el sol, el viento.
Siempre habrá un papá artista, que aproveche la lluvia para regalar a su hijo un barco de papel.
El sol para llevarlo de día de campo o el viento para construirle un papalote.
Es tiempo de vacaciones aprovechemos para que los niños oigan y distingan el hermoso canto del cenzontle, del gorrión o el cu…cu… de las palomas.
Admiremos juntos la belleza del campo, con sus mil flores silvestres, engalanando el camino.
El lenguaje de la belleza y la armonía es lenguaje de Dios.
Todo el amor del mundo esta deseando hablar pero no se atreve porque es tímido.
La gran tragedia humana es que pase la belleza sin admirarla.
Debemos agradecer a los artistas que en sus poemas, en su música, sus pinturas, perpetúan la belleza, capturándola para quitarle lo efímero, pero sobre todo demos gracias al Creador por regalarnos sus maravillas….
No hay más gozo que la calma.
ALFRED TENNYSON
Alguna vez has escuchado que tras la tempestad viene la calma.
Has visto cuando el mar se encrespa, cuando el viento ruge, cuando el granizo golpea con fuerza, cuando el cielo se oscurece, cuando la lluvia no para.
Generalmente cuando pasamos por circunstancias adversas fuera de nuestro control, deseamos que la normalidad vuelva, que la calma aparezca…que salga el sol, que amaine la tormenta.
Nos gusta caminar por una playa, donde las olas rompen suavemente en la arena, nos sentimos confortados ante el equilibrio que guardan cielo y tierra.
Esa calma y esa paz nos inundan.
Ante la estridencia de los autos, de las fábricas, de los talleres, de los gritos y los ruidos cotidianos…lo deseado es la calma, el silencio, el descanso.
Odio el estrés. La complicación de la relación humana, el humo y ruido que contaminan el ambiente pero… ¡Amo la vida! Y si amo la rosa debo soportar las espinas.
Cuando deseo calma… calmo al espíritu, porque físicamente el rostro de la imperturbable calma, solo se encuentra en los cementerios
“Tu casa puede sustituir al mundo, pero ni todo el mundo podrá sustituir tu casa”
Leído en un calendario.
Veo que el caracol lleva su casa con él.
Sin embargo los seres humanos no podemos llevar a cuestas paredes y techos.
Somos peregrinos, eternos vagabundos, que siempre tenemos un lugar al que deseamos volver
_nuestra casa_.
¿Por qué nuestra casa es insustituible?
Quizá porque cada ladrillo fue un día de nuestro salario.
Las paredes guardan la energía de la mano que las pinto.
Ahí esta la cuna que movió el amor.
Los árboles que plantamos y vimos crecer.
El patio de las fiestas de cumpleaños.
La mesa del comedor, sitio de acuerdos y decisiones…
El altar de nuestros santos.
Los recuerdos y las fotos por todos los rincones.
Siempre se regresa a los lugares donde hemos sido felices, por eso nuestra casa vence al mundo.
El mundo puede parecer un desierto, pero nuestra casa siempre será un oasis…
No busques llenar la vida de años, sino los años de vida.
Leído en una tarjeta.
Cuando era niña me gustaba que la abuela acomodara su castaña. Esa caja grande a la que ponía candado, guardaba muchas sorpresas y yo me las ingeniaba para estar cerca cuando mi abuela la abría…!Mira!…el primer vestidito que te hice, ¡Mira!..Tu primer dibujo del Kinder.
Una vez fui muy afortunada, me regalo una jarrita blanca, juguete preferido de mi mamá.
Me gustaba saber la historia de los objetos atesorados. No entendía porque algunas cosas hacían que los ojos verdes de la dueña se llenaran de lágrimas…Era vida que yo no viví.
Ayer me puse a acomodar mi librero, mi escritorio y supe que la vida se queda guardada en los cajones.
¡Que vida tan rica la mía!
Descubrí tarjetas de alumnos, de los que ya no recuerdo su cara, pero siento su cariño, su gratitud, el gusto por la materia que les impartía.
Había fotos de viajes, de lugares, de momentos especiales con amigos añorados, con padres y parientes que se han marchado.
Cartas de mis hijos destilando amor, cada uno en su especial manera de sentir y de pensar.
Había flores secas, entre las páginas de libros…regalos de algún enamorado.
Versos inacabados que nacieron cuando algo hirió mi sensibilidad.
No me dio tristeza tener tantos años, me dio alegría tener tanta vida.
Existencia que un día contare a mis nietos cuando abra la castaña de mi corazón.
Acomode mis recuerdos, son los trofeos que me deja el tiempo, tiempo que no perdí, tiempo que atesoro, porque de fibras de tiempo esta hecha la vida…
La flojera es el hábito de descansar, antes de estar cansado.
Cita citable.
Dicen que si el trabajo no cansara, todititos trabajaran.
La fabula de -La cigarra y la hormiga- siempre es edificante.
Ha convencido a los que gozan mucho y no trabajan nada, que llega el día, en que la necesidad toca a su puerta, el hambre y el frío son visitantes nada gratos.
Duele mucho tener que pedir, te expones a que las hormiguitas, ahorrativas y previsoras se nieguen a tenderte la mano, porque su trabajo les costó tener lo que tienen.
Cuando dejamos que la flojera se adueñe de nosotros, estamos malgastando