Cristales. Guía Práctica. Karen Frazier
Читать онлайн книгу.Es probable que hayas oído hablar de místicos, médiums, y sanadores energéticos y metafísicos que dedican horas a la comunicación con el espíritu, la meditación y otras prácticas similares, y que están muy sintonizados con la energía que los rodea. No quiero sugerir que te transformes en uno de ellos; simplemente intento ofrecer consejos prácticos para que la gente de a pie cambie su energía trabajando con cristales. ¿Y cómo podemos interactuar con las piedras de una manera significativa?
PERMANECE ABIERTO A LA EXPERIENCIA. Comprendo lo que es tener una mente escéptica. La primera vez que experimenté un cambio notable como resultado directo de utilizar un cristal, podrías haberme derribado con el toque de una pluma. No solamente era que no creía realmente en nada de esto, sino que si alguien me hubiera dicho, cuando salía por la puerta ese día para acudir a la consulta de una terapeuta energética, que utilizaría un cristal para aliviarme y liberarme de unas anginas pertinaces, es posible que ni siquiera me hubiese presentado. Y eso habría sido verdaderamente lamentable.
DEJA DE LADO TODA IDEA PRECONCEBIDA. En lugar de eso, entra en la experiencia con actitud de curiosidad y sin decirte nada acerca de si puede funcionar o no.
DEJA DE LADO CUALQUIER EXPECTATIVA DE RESULTADO. He descubierto que tener expectativas limita lo que experimento. Por lo tanto, intento no tenerlas cuando me sumerjo en una experiencia, porque el universo podría tener planes mucho más grandes para mí de lo que podría imaginarme. En lugar de establecer una expectativa con respecto a un resultado concreto, concédete estar en el momento mientras trabajas con un cristal y observa adónde te lleva eso.
EMPIEZA CON UN CRISTAL QUE TE ATRAIGA FUERTEMENTE. Para un primer cristal con el que trabajar, hazte con uno que te emocione. Si es alguno de los cristales que te recomendaré después, estupendo; si no lo es, también está bien. Si encuentras un cristal que verdaderamente te atraiga, utilízalo para tu trabajo de curación. Lo más probable es que te llame por alguna razón.
La experiencia con los cristales es única para cada persona. Aunque puedo compartir contigo mis experiencias, al final lo que importa son las tuyas. De modo que te animo a intentarlo y a que te permitas estar abierto a cualquier sensación que notes. Sujeta un cristal. Estate en el momento y observa lo que sucede. Presta atención a lo que piensas, a tus sentidos y a tus sentimientos. Permite. Deja que la experiencia te convenza.
De sentir a cambiar
¿Qué experimentarás cuando tengas un cristal en la mano? Depende de ti y del cristal. Observa lo que sientes y date buena cuenta de ello. Pon atención a las emociones o los pensamientos que surjan, a las sensaciones físicas y a cualquier otra cosa. No intentes cambiar o bloquear nada. Simplemente, permite que sea.
Cuando agarras un cristal con la mente abierta y te das cuenta de lo que surge sin bloquearlo, estás experimentando movimientos de transformación, de cambio en la vibración. Todo esto puede ser sutil o puede que sacuda la tierra. Sé consciente y permite, simplemente. Esas sensaciones sencillas pondrán el cambio en movimiento.
Falsas creencias sobre los cristales
Cuando trabajo con alumnos suelen salir a colación ciertas creencias falsas que me gustaría despejar aquí.
FALSA CREENCIA N.º 1: TODO ESTÁ EN MI CABEZA. El trabajo con cristales está concebido para sacarte de tu cabeza y permitirte que estés en la sensación. Los cristales no necesitan que racionalices ni que te expliques; te proporcionan la oportunidad para que la experimentes. Si te preocupa que todo esté en tu cabeza, deja de pensar y experimenta las sensaciones que te aporten los cristales. Ya lo racionalizarás después.
FALSA CREENCIA N.º 2: SI LOS CRISTALES PUEDEN AYUDAR, TAMBIÉN PUEDEN HACER DAÑO. Los cristales vibran con una energía que puede sincronizarse con la tuya. La intención y la mentalidad interpretan papeles muy importantes en todo esto. Si crees que los cristales pueden hacerte daño, probablemente terminen haciéndotelo, pero esto ocurre con todo. Tus creencias juegan siempre un papel importante en tu experiencia y en tus resultados, independientemente de si utilizas cristales o tomas un placebo o una medicación. Por norma general, si abordas los cristales con la intención de cambiar de vibración con un objetivo positivo, es muy improbable que te hagan daño de ninguna manera.
FALSA CREENCIA N.º 3: TENGO QUE SER ESPIRITUAL O DE LA NEW AGE PARA UTILIZAR LOS CRISTALES. Mi marido es la persona menos New Age que conozco, pero lleva cristales alrededor del cuello porque ha experimentado cambios significativos al trabajar con ellos. Algo que le sorprendió mucho. Para utilizar los cristales no es necesario ser de la New Age, ni espiritual, ni perteneciente a una religión concreta; ni los cristales van en contra de ninguna religión ni espiritualidad. Todo lo que se necesita es tener una mente abierta y el deseo sincero de experimentar un cambio positivo.
FALSA CREENCIA N.º 4: NO ES NECESARIO LIMPIAR LOS CRISTALES. Como los cristales tienden a absorber energía, es importante limpiarlos para retirar de ellos cualquier energía no deseada. Explicaré más sobre la limpieza en el capítulo tres.
FALSA CREENCIA N.º 5: LOS CRISTALES CAROS SON MÁS PODEROSOS. El cuarzo es uno de los cristales más comunes y económicos... y también uno de los más poderosos. En realidad, la cantidad de dinero que gastes en un cristal no tiene nada que ver con su eficacia. Lo que cuenta es cómo afecta a tu energía, y algunos de los cristales más asequibles pueden ser exactamente lo que necesitas.
El error del principiante
Si te pareces a mí, eso significa que eres de los que quieren saberlo absolutamente todo sobre algo antes de probarlo por primera vez. Podrías pasarte los meses siguientes sumergido en información sobre los cristales y aprendiendo todo lo que hay que saber de ellos, pero hasta que intentes trabajar con ellos todo lo que tienes es mera información intelectual. Habrás aprendido mucho, pero no habrás experimentado el poder de los cristales.
Fórmate según vaya surgiendo la curiosidad, por supuesto, pero no lo hagas a expensas de la experimentación. Elige cualquier cristal. Encuentra uno que te atraiga. Métetelo en el bolsillo. Llévalo. Póntelo. Y luego sigue leyendo.
Un cristal en tu mano, una piedra en la de otro
No todo el mundo reacciona ante el mismo cristal de la misma manera.
Por ejemplo, mi marido y yo fuimos a una de mis tiendas de cristales favoritas de Portland. Cuando hablábamos con el encargado de la tienda, este sacó una bandeja de fenaquita, un cristal de vibración muy alta. Yo no me había encontrado antes con la fenaquita y conforme ponía la bandeja ante mí (yo ni siquiera la toqué), sentí que toda mi energía se elevaba y se me subía a la cabeza. A falta de una explicación mejor, puedo decir que era como si estuviera «colocada». Por el contrario, mi marido no sintió nada. ¿Cuál de las dos experiencias fue más válida? Ninguna de las dos, en realidad; simplemente fueron diferentes.
En mis clases hago pasar con frecuencia cristales distintos para que la gente los tenga en la mano y mis alumnos informan de las sensaciones que experimentan. Algunas son parecidas, otras son diferentes. Dos personas pueden trabajar con el mismo cristal y experimentar resultados completamente distintos. Cómo se experimente un cristal depende de las perspectivas, vibraciones, necesidades y creencias propias de cada uno. Es probable que esos factores sean diferentes en otra persona, de manera que esta tendrá una experiencia distinta. Del mismo modo, es posible que tú tengas una necesidad concreta que un cristal puede equilibrar y que un amigo tuyo tenga una necesidad diferente que equilibre ese mismo cristal. Ninguno de vosotros dos ha utilizado el cristal correcta o incorrectamente, sino que acabáis de abordar necesidades distintas con el mismo cristal.
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