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Grandes rasgos de la historia georgiana
Hoy, los historiadores georgianos tienen ante todo un fuerte sentimiento nacional autóctono y tienden a querer demostrar que los georgianos han estado en este territorio desde tiempos inmemoriales. Hay que decir que en la región, las naciones están llevando a cabo una seria competencia para ser la más antigua, la más autóctona, etc.
Dada la disparidad de fuentes históricas (fuentes georgianas, armenias, árabes, persas, turcas, rusas, romanas, griegas, asirias, etc.) y la casi ausencia de una agrupación exhaustiva de estas fuentes, resulta difícil afirmar muchas cosas de forma segura sobre la historia de Georgia sin entrar en polémica o en temas sensibles. Sin embargo, se puede trazar una línea histórica general del país.
La historia georgiana está marcada por breves pero sólidos períodos de unidad estatal, y por largos períodos de tiempo en que el territorio está dividido en una multitud de entidades, y bajo el dominio de grandes imperios. Se distinguen 5 aspectos importantes de esta historia:
Hasta el siglo XIX, dos grandes grupos geopolíticos se reunieron y se enfrentaron en el territorio de Georgia, que a veces destrozaron y a veces sometieron. Se lo han disputado con regularidad, y los príncipes autóctonos a veces los han combatido y otras veces han establecido alianzas con ellos. Se trata de los grandes imperios,al oeste, que sucedieron al este del Mediterráneo -los griegos, el Imperio Romano, el Imperio Bizantino, los turcos Seldjoukides y los Otomanos. Al este, son los Imperios Irano-persas en sus diferentes expresiones: el Imperio aqueménida, el sasánida, los parthes y los safávidas. Otras potencias que han sellado el destino del país: los árabes que sumergieron todo Oriente Próximo en el siglo VII y los nómadas de las estepas: los mongoles en el siglo XII seguidos, en el siglo XIV, de Tamerlan, que redujeron el país a cenizas.
Durante períodos de debilitamiento de estas grandes potencias, los monarcas georgianos consiguieron a veces establecer Estados independientes; pero, muy a menudo, la lucha era interminable entre príncipes intentando establecer un poder central y una aristocracia feudal que defendía sus intereses y libertades, aliándose incluso a menudo con potencias extranjeras para no someterse al príncipe de su región.
Aparte de estos pocos períodos de unificación, dos conjuntos de entidades bien diferenciadas han coexistido durante mucho tiempo: Georgia occidental y Georgia oriental. La línea del reparto de influencia entre los imperios del Oeste y los del Este seguramente no es indiferente a esta división, pero ésta es anterior, facilitada sin duda por la configuración geográfica del territorio. Incluso hoy, los georgianos distinguen claramente entre Este y Oeste.
Un último factor decisivo llegará del norte a finales del siglo XIX: la potencia rusa anexiona al Cáucaso en detrimento de los otomanos y los persas.
En la historia contemporánea,asistimos a la construcción de la nación georgiana en el sentido moderno en el marco del Imperio Ruso y luego de la URSS y, en definitiva, a la veleidad de los georgianos de adquirir su independencia con éxito, en 1991. Desde entonces, las relaciones de Georgia con Rusia se explican en el marco de un proceso de descolonización.
Orígenes y Antigüedad
Hay pocas certezas sobre la etnogénesis de los georgianos. La lengua georgiana podría haber pertenecido probablemente a un conjunto de idiomas implantados en Europa antes de la llegada de los europeos; las inquietantes similitudes gramaticales con el vasco apoyan esta teoría. Según las excavaciones arqueológicas, el territorio georgiano parece haber estado poblado desde los tiempos más antiguos; el hombre de Dmanisi, encontrado en 2001 y datado en 1,8 millones de años (entre Homo Habilis y Homo Erectus), es uno de los homínidos más antiguos hallados en el territorio europeo. Se enfrentan varias hipótesis arqueólogas pero según algunas, se trataría de una «cuna de los europeos», que disputaría la teoría del hombre salido de África. A los científicos georgianos les gusta llamarlo «el primer europeo» y hablar de Homo Georgicus; sin embargo, muchas otras teorías niegan esta afirmación.
Fuera de este ejemplo aislado, hay evidencias de población en el territorio desde el Paleolítico antiguo. Parece bastante probable que los pueblos que hablan idiomas ibero-caucásicos, es decir, georgianos (refiriéndose a Iberia, región histórica correspondiente a Georgia oriental), estuvieran instalados en el territorio del Cáucaso desde las épocas más remotas. Al final del tercer milenio a. C., los hittitas, un pueblo indoeuropeo, establecieron su dominio en la región. Los escritos de este pueblo no mencionan el territorio georgiano pero en ese momento cuando Georgia entra en la Edad del Bronce, certificada por muchos objetos. Fue en esa época que se desarrolló en Georgia occidental una cultura original, denominada «colquidiana», entre los años 1800 y 700 a. C. Tal vez sea a esta civilización a la que se refiere el mito griego del Toisón de Oro. ¿Designaba la Cólquida, nombre atribuido en fuentes mucho más tardías al oeste de Georgia, a esa cultura al este del mar Negro mencionada por los griegos? La presencia de oro en la artesanía local de esa época, la configuración geográfica (el río Rioni, los pueblos de Imericia), la inquietante tradición de buscadores de oro en Ratcha y en la Svanetia, coinciden en este sentido. No hay, no obstante, ninguna certeza al respecto; incluso, investigaciones recientes ponen en duda la hipótesis de que la Cólquida de los argonautas se hubiera situado en realidad al oeste de Grecia.
En la misma época, en Georgia oriental (en las montañas de Trialeti en el Cáucaso Menor), aparecía la cultura de los kurganes (túmulos). A la caída del Imperio hitita en el siglo XII, fuentes asirias mencionan tribus que muy probablemente podrían haber sido «protogeorgianas», como las Kachkaïs, Muchkis y Tibals. El primer hecho político importante identificado en el territorio es una coalición de tribus de la Cólquida, seguramente protogeorgiana, los Diauehis, que entran en conflicto en el siglo VIII a. C., con el reino de Urartu, vecino del sur y un Estado a menudo considerado como «protoarmenio». Poco después, las tribus nómadas de los cimerios devastaron esos estados destruyendo todo a su paso. Tras estas invasiones, los pueblos protogeorgianos ya no vivieron en entidades políticas unificadas.
En el siglo VI a. C. aparece el primer gran imperio al este: el Imperio aqueménida persa. Las tribus protogeorgianas cayeron bajo su dominio. Las fuentes griegas (Heródoto y Jenofonte) hablan en el siglo V de tribus incorporadas a los ejércitos persas. A partir de este período, los historiadores griegos distinguirán dos reinos: la Cólquida al oeste y la Iberia al este.
Paralelamente, los colonos griegos instalaron despachos comerciales a orillas del mar Negro a principios del I milenio antes de nuestra era, especialmente en el puerto de Phasis (Poti); que debieron florecer en la época clásica.
Desde la época ateniense hasta Alejandro Magno, griegos y persas se disputan la hegemonía en Transcaucasia. La victoria de Alejandro Margno socavó entonces la influencia persa en Asia Menor. Inmediatamente después, tras la caída del Imperio aqueménida a principios del siglo III, emerge