Manual ACSM para el entrenador personal (Color). American College of Sports Medicine

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Manual ACSM para el entrenador personal (Color) - American College of Sports Medicine


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      FIGURA 3.47. Jaula torácica; vista anterior. Tomado de Oatis CA. Kinesiology. The Mechanics and Pathomechanics of Human Movement. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 2003, con autorización.

      Ligamentos Los principales ligamentos que dan soporte a la columna vertebral son los ligamentos longitudinales anterior y posterior y los ligamentos amarillos, que se extienden desde la región cervical superior hasta la lumbar inferior (fig. 3.50). Los ligamentos longitudinales anterior y posterior se unen a los cuerpos vertebrales, mientras que el ligamento amarillo conecta los arcos posteriores y forma el borde posterior del conducto vertebral. Los ligamentos interespinoso y supraespinoso se unen a las estructuras del arco posterior adyacentes (4).

      Discos intervertebrales Los discos intervertebrales son estructuras importantes que proporcionan soporte para la carga, capacidad de absorción de impactos y estabilidad a la columna vertebral. Los discos se localizan entre los cuerpos vertebrales y constituyen entre el 20 y el 33% de la altura de la columna vertebral (31) (v. fig. 3.50). Cada segmento de movimiento intervertebral contiene un disco, excepto en la articulación entre la primera y la segunda vértebras cervicales (el atlas y el axis, respectivamente). Los discos intervertebrales están constituidos por un núcleo pulposo, un anillo fibroso y platillos vertebrales. Estas estructuras están compuestas por diversas concentraciones de agua, colágeno y proteoglucanos. El núcleo pulposo, localizado en el centro del disco, es una sustancia de tipo gel, más líquida que la del anillo fibroso. El núcleo pulposo se deshidrata con la edad, hecho que es una de las razones por las que el peso corporal total se reduce con la edad (31). El anillo fibroso, localizado en la periferia del disco, es una estructura más rígida, que contiene más fibras de colágeno que el núcleo. La disposición oblicua de las fibras de colágeno del anillo ayuda a que este resista las fuerzas de tensión y compresión en varios planos. Sin embargo, el anillo es más sensible a la rotura con movimientos que impliquen rotación y flexión con carga. Los platillos vertebrales son delgadas capas de fibrocartílago que cubren las caras inferior y superior del cuerpo vertebral y que ayudan a que el disco se fije a las vértebras (25).

      FIGURA 3.48. Columna vertebral; vista lateral que muestra las cuatro curvas y regiones normales. Tomado de Oatis CA. Kinesiology. The Mechanics and Pathomechanics of Human Movement. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 2003, con autorización.

      FIGURA 3.49. Curvas normal y anómalas de la columna vertebral. A. Normal. B. Hiperlordosis. C. Hipercifosis. D. Escoliosis. (Por cortesía de Neil O. Hardy, Westpoint, CT.)

      FIGURA 3.50. Ligamentos y discos de la columna lumbar; vista mediosagital. Tomado de Oatis CA. Kinesiology. The Mechanics and Pathomechanics of Human Movement. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 2003, con autorización.

      Articulaciones La columna vertebral está integrada por numerosos segmentos de movimiento (constituidos por cada dos vértebras adyacentes). Cada segmento de la columna contiene cinco articulaciones: una articulación intervertebral y cuatro articulaciones cigapofisarias (de las carillas articulares). La articulación intervertebral conecta cuerpos adyacentes, mientras que las cigapofisarias conectan las carillas adyacentes (superior e inferior a cada lado). Las articulaciones cigapofisarias lumbares presentan un ángulo que permite la flexión y la extensión, y que limita la rotación axial. Por su parte, las articulaciones cigapofisarias cervicales y dorsales están dispuestas de un modo que favorece la rotación axial (4).

       Movimientos

      La columna puede moverse en todos los planos, si bien el alcance de los movimientos varía según la región. En la columna cervical, la articulación atlooccipital permite la flexión, la extensión y una ligera flexión lateral. La atloaxoidea permite, fundamentalmente, la rotación, y las restantes articulaciones vertebrales intervienen en la flexión, la extensión, la flexión lateral y la rotación. Las articulaciones dorsales proporcionan flexión moderada, leve extensión, flexión lateral moderada y rotación. Por su parte, las articulaciones lumbares admiten movimientos de flexión y extensión, flexión lateral y ligera rotación (4) (fig. 3.51). En la tabla 3.5 se incluyen los valores normales de ADM cervical y lumbar.

      Extensión compuesta del tronco El movimiento del tronco en el plano sagital durante las acciones normales, como levantarse o inclinarse, requiere movimiento compuesto de la columna lumbar, la pelvis y las articulaciones de la cadera (22). Esta acción se denomina «extensión compuesta del tronco» o «ritmo lumbopélvico». Desde una posición de flexión del tronco completa, los extensores lumbares (erector de la columna y multífidos) y los extensores de la cadera (glúteos e isquiotibiales) trabajan juntos para rotar de manera activa el tronco en el plano sagital, aproximadamente en 180° (7) (fig. 3.52). El movimiento lumbar es responsable de unos 72° de este desplazamiento, mientras que el movimiento de la cadera y la pelvis lo es de los 108° restantes (34). La contribución relativa de cada grupo de músculos a la producción de fuerza durante la extensión compuesta del tronco no se conoce, aunque se asume que los mayores extensores de la cadera generan la mayor parte de la fuerza (7). Dado que la pelvis puede moverse libremente en acciones habituales en la vida cotidiana, como levantarse o inclinarse, se presupone que los pequeños músculos lumbares solo desempeñan una función de orden menor en la producción de torque (momento de fuerza) para la extensión del tronco. En consecuencia, se consideran el vínculo más débil en los movimientos de extensión del tronco (13). El fundamento teórico del aislamiento de la columna lumbar mediante mecanismos de estabilización pélvica durante el entrenamiento con ejercicios es el objetivo de forzar a los músculos lumbares para que sean los extensores del tronco principales, aportando así un estímulo de sobrecarga para las ganancias de fuerza (13). Los protocolos de ejercicios de resistencia progresiva dinámica en dispositivos que estabilizan la pelvis han dado lugar a aumentos inusualmente significativos (superiores al 100%) en la fuerza de extensión lumbar, incluso con frecuencias de entrenamiento reducidas, por ejemplo, de una sesión por semana (13). En el ámbito clínico, los pacientes con dolor lumbar experimentaron sustanciales mejoras de síntomas, grado de discapacidad y función psicosocial, después de someterse a entrenamiento con ejercicio intensivo con estabilización de la pelvis (19,26).

      FIGURA 3.51. Movimientos del tronco inferior. A. Flexión-extensión. B. Flexión lateral. C. Rotación.

      FIGURA 3.52. Extensión del tronco compuesta (ritmo lumbopélvico). Implica el movimiento simultáneo de la columna lumbar (72°) y la pelvis/cadera (108°).

       Músculos

      Los músculos de la columna y el tronco se disponen por pares, cada uno a un lado del cuerpo. En general, la contracción bilateral da lugar a movimiento en el plano sagital. Los músculos anteriores flexionan la columna, mientras que los posteriores la extienden. La contracción unilateral determina inclinación lateral o rotación axial.

       Región cervical

      Anteriores Los principales músculos anteriores de la región cervical son los esternocleidomastoideos,


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