Bosnia y Herzegovina. vvaa

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del Antiguo Testamento los Salmos. En total oposición al sistema de la Iglesias cristiana y su retórica, los creyentes rechazan que la creación sea obra de Dios, en la que el «Dios bueno» no puede haber participado. Practican un ascetismo muy estricto, rechazan los sacramentos y símbolos como la cruz y el templo. Considerado como herejía, el bogomolismo fue ferozmente combatido en Bosnia por la Iglesia católica, más modestamente por la Iglesia ortodoxa. Este movimiento fue un factor importante en el desarrollo de la identidad de Bosnia, en un momento en el que estaba bajo dominio húngaro (al oeste) y serbio (al este). Finalmente, el bogomilismo fue erradicado poco antes de la conquista otomana, pero los historiadores bosnios creen que fue el sustrato religioso bogomil el que favoreció la conversión al islam de una parte de los eslavos de los Balcanes. Hoy sabemos poco sobre los bogomiles: los stećci o tumbas que se encuentran en el sitio de Radimlja (véase Stolac) son prácticamente los únicos testimonios de esta civilización. En Bosnia y Herzegovina, los cementerios de tumbas medievales stećci, clasificadas como Patrimonio Mundial de la Unesco desde 2016, son los más numerosos de los Balcanes. Estudios recientes demuestran que el movimiento hereje cátaro, en el sudoeste de Francia e Italia, podría haber sido influenciado por los bogomiles.

      La edad de oro de los reyes de Bosnia: del siglo X al XV

      Los reyes de Bosnia ejercieron su poder entre los siglos X al XV a pesar de algunas dominaciones como la del primer reino búlgaro, a finales del siglo X; una breve ocupación del rey de Hungría Ladislao I en el 1091, y la dominación bizantina entre 1159 y 1180.

       Poder, en su mayoría, bajo la tutela de los reyes húngaros, que dominan Croacia. Uno de los primeros, y mejor conocido, es Kulin Ban (ban quiere decir «rey»). En 1130 se reconoce la independencia del país gracias a él. Las fronteras de Bosnia toman su actual contorno con, entre otras cosas, la restitución por parte del rey de Serbia, Stéphan Nemanjić, de la futura Herzegovina que se había anexado en 1180. Kulin Ban reina en un país pacificado hasta 1204. El ban Stjepan II Kotromanic (1322-1353) continúa con esta tarea, siempre bajo tutela húngara, y unifica el territorio ampliando la autoridad húngara a la provincia de Hum (Herzegovina), restituida bajo el reinado de Kulin. Su sobrino y sucesor, Tvrtko I (1353-1391), amplía aún más el banato o reino y en 1377 se hace coronar rey de Serbia y Bosnia. A su muerte, en 1391, el Reino de Bosnia está en su apogeo y se extiende hasta las islas dálmatas, entre ellas Korcula y Hrvar. En 1435, la provincia de Hum, conquistada en 1180 y posteriormente restituida por el rey de Serbia Nemanjić, se convierte en un ducado independiente por voluntad de Stjepan Vukić, noble bosnio. Toma el nombre de Herzegovina, que significa «ducado independiente» (herceg o «ducado»). Durante todo este periodo, más concretamente, a partir de los siglos XI y XII, aparece en Bosnia una secta cristiana de origen búlgaro, los bogomilos. Esta creencia es adoptada rápidamente por los diferentes principados bosnios, que ven en ella un modo de lucha contra las influencias romanas y bizantinas.

      Flor de lis, símbolo del país

      La flor de lis está presente en la bandera actual de Bosnia y Herzegovina. En el siglo XIV ya figura en el escudo de los reyes de Bosnia y, sobre todo, en el de Tvrtko I. No hay certeza sobre esta sorprendente intrusión en la realeza bosnia. Entre las hipótesis que se barajan, la flor de lis figura en el escudo de la provincia de Anjou, pero Helena de Anjou, casada con Uroš I, que reina sobre el imperio serbio, solo tiene ese nombre por un error de traducción de Angelina. Su familia, que cuents en su reino con reyes y príncipes, reina sobre Hungría. Hungría también está presente en los Balcanes en esa época.

      Otra teoría más sencilla, el lirio bosnio (Lilium bosniacum) es un lirio especial para Bosnia; razón por la cual los reyes la habrían elegido como motivo para sus blasones.

      El período otomano: del siglo XV a finales del XIX

      Más tarde, y durante mucho tiempo, los otomanos protagonizarán el período más importante de la historia del país. Ya en 1371 hacen incursiones en los Balcanes. Sin embargo, es la batalla de Kosovo Polje, en 1389, la que pasa a la historia. Ese día se enfrentan los ejércitos del rey serbio Lazar, apoyado por otros príncipes de los Balcanes, y los del sultán otomano Murat. Si bien el resultado de la batalla es incierto, marca el comienzo de una conquista implacable de los otomanos, que ya había comenzado algunos años antes.

       Este avance hacia Europa solo se detendrá en Viena en 1683 con Soliman el Magnífico. En 1463 ya habían conquistado la mayor parte de Bosnia y Herzegovina, fecha en la que el ejército otomano se apoderó del castillo de Babovac y puso fin a la dinastía Kotromanic. Las pocas regiones que faltan tardarán más en caer; Bihać resiste hasta 1592.

       Realizan inmediatamente cambios drásticos en la sociedad civil y la administración; y, aunque la conversión al islam no es obligatoria, se les ofrecen más beneficios a los convertidos, como ser propietarios, votar u ocupar cargos oficiales. Aparte de los jenízaros a finales del siglo XVI (parte de los prisioneros de guerra o niños secuestrados de sus familias y criados en Anatolia con el fin de formar cuerpos del ejército para el sultán), no hubo realmente conversiones forzosas. Así, los católicos, ortodoxos y judíos pudieron seguir existiendo como tales, aunque unos y otros tendrían que esperar la decadencia del imperio para construir o reconstruir nuevos templos.

       Bosnia y Herzegovina prospera bajo los otomanos. Las ciudades como Sarajevo o Móstar crecen considerablemente y la aportación arquitectónica es inmensa. Se establece un sistema de propiedad de la tierra. Se crean distritos militares y administrativos, los sandjaks. En 1580, toda la región, incluida Serbia, queda bajo la administración de un bajalato, que reconoce al país cierta forma de autonomía.

       En 1699, Bosnia se convierte en la provincia más occidental del imperio, declarada legalmente por el tratado de Karlowitz. Sin embargo, los peligros son constantes. El príncipe Eugenio de Saboya, del imperio austrohúngaro, ya tiene la vista puesta en Bosnia. En la década de 1690, invade buena parte del país, obligando al sultán a abandonar la capital, Sarajevo, en 1699, para establecer su residencia en Travnik, que también está entre los objetivos del príncipe.

       Sin embargo, los siglos XVIII y, especialmente, XIX suponen el debilitamiento del poder otomano. Significativos retrocesos y revueltas empiezan a socavar los cimientos del imperio. La primera gran revuelta campesina se produce en 1831. La nobleza, hasta entonces protegida, ve amenazados sus privilegios mientras que los campesinos, abrumados por las cargas, se organizan. Herzegovina, hambrienta, se levanta en 1875. Y la revuelta se extiene rápidamente al resto de Bosnia, hecho que los serbios y montenegrinos, sus vecinos, apoyados por los rusos, aprovechan para declarar la guerra a los otomanos. Esta revuelta durará tres años. La Revolución francesa ha calado y el concepto de Estado-nación avanza en los Balcanes. Derrotados, los otomanos deben negociar, porque las guerras de Crimea los debilitan, lo que los rusos aprovechan para consolidar sus posiciones en Serbia y Montenegro.

       1878: Durante esta época turbulenta, Austria-Hungría, que ya ha penetrado varias veces en Bosnia y que está en Croacia desde hace mucho tiempo, toma el control administrativo de Bosnia y Herzegovina después del Congreso de Berlín en julio de 1878. El Congreso de Berlín no se limita a Bosnia, ni mucho menos. De hecho, con las revueltas de 1875 comienza la gran crisis oriental que se extiende desde Croacia hasta Rusia. En cualquier caso, Austria-Hungría administra Bosnia y extiende de inmediato su influencia a todos los ámbitos, aun cuando el país permanece bajo la soberanía del sultán. En 1882 se instala un gobierno civil liderado por el húngaro Kallay.

      Del dominio austrohúngaro a la Primera Guerra Mundial: de 1878 a 1918

      Se crea un estatuto especial de «Corpus separatum», que significa que Bosnia no pertenece ni a Austria ni a Hungría. Aún así, se realizan grandes inversiones en la economía, administración y transformación de las ciudades, con la aportación de las técnicas de la revolución industrial. Esto no evita las reivindicaciones nacionalistas, apoyadas por las potencias extranjeras hostiles a Austria-Hungría. Para protegerse,


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