Educación en Colombia siglo XX. Entre cooperación y configuración. Nubia Cecilia Agudelo Cely

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Educación en Colombia siglo XX. Entre cooperación y configuración - Nubia Cecilia Agudelo Cely


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en el fortalecimiento de sectores empresariales, en la movilidad urbana; características que se consolidaron como la ruta que propició transformaciones significativas.

      La modernización fue una concepción y un ideal, que suscitó cambios acelerados frente a las costumbres que vivía el país. Cajiao (2004), mencionó que los habitantes colombianos conservaban características de las sociedades agrarias y por ello, la educación aún era vista desde una perspectiva familiar y comunitaria.

      Dado el aumento de las exportaciones de café, la construcción de fábricas, de obras públicas e industrias, se generó una amplia migración de la población proveniente del sector rural a las ciudades incrementando el proceso de urbanización y con ello, la emergencia de una clase obrera que se asumiría como protagonista y actora fundamental en la lucha social.

      Autores como Herrera (1993), Molano y Vera (1983), afirman, que comenzó a constituirse una nueva clase social en el país con el incremento de la urbanización en las principales capitales,

      Nuevos grupos hicieron su aparición en el escenario de la lucha social: una embrionaria clase obrera se organizó en torno a sus reivindicaciones, los sectores campesinos e indígenas fueron protagonistas de agudas luchas agrarias. Surgió una incipiente clase media. Núcleos intelectuales organizaron grupos de estudio sobre la realidad nacional y en muchos casos se ligaron a las luchas sociales que se libraban en el período; de allí surgieron las primeras organizaciones políticas independientes de los partidos tradicionales, las cuales expresaron los intereses de los grupos desposeídos, por fuera de la lógica de las clases en el poder (Herrera, 1993, p. 98).

      La preocupación de los gobiernos por adelantar procesos de modernización, condujo a la contratación de misiones extranjeras, con el interés de mejorar aspectos de la vida del país. Estas sugirieron la adopción de una nueva estructura económica que se convertiría en intentos del Estado por acoger las perspectivas de una organización moderna pasando por procesos de adaptación de las condiciones que definían las naciones industrializadas desde una concepción ligada al orden económico.

      Al respecto, el profesor Orjuela (2008), definió periodos de tiempo por los que atravesó la consolidación de este proceso: entre 1904 y 1914, como intentos fallidos; entre 1915 y 1930, una etapa de tradicionalismo; y entre 1930 y 1957, el impulso y materialización de la idea de la modernización. Sobre este último periodo, el autor mencionó que correspondió a:

      […] la agudización de la tensión entre las necesidades del desarrollo capitalista y los límites que para este significa la cultura y la estructura política y social de la sociedad agraria tradicional, y la consecuente necesidad de modernizar a fondo las relaciones sociales y culturales, a fin de lograr un desarrollo más intenso y extenso de la sociedad capitalista […] (Orjuela, 2008, p. 184).

      La visión de los Estados Unidos hacia América Latina, propició el impulso de la cooperación técnica internacional y de la intervención en la organización del país, en distintos campos, a partir de la llegada de misiones y visitas de expertos. Todo lo anterior repercutió decididamente en la educación colombiana.

      1.2 Desarrollo y planeación: discursos emergentes de la guerra

      La Segunda Guerra Mundial (1939-1945)1 marcó un hito en la historia con consecuencias en la vida política, social, cultural, económica, y educativa, porque el orden se transformó. En el caso de América Latina, las implicaciones fueron evidentes con la generación de procesos de dependencia hacia los países de mayor nivel económico.

      En Estados Unidos se crearon distintos organismos de carácterinternacional, basados en la idea de la recuperación de las naciones afectadas por la guerra: en 1944, el Banco Mundial; en 1945, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, Birf, anexo al Banco Mundial; en octubre de 1945, la Organización de Naciones Unidas, ONU, con un acuerdo entre 51 países; el 26 de noviembre de 1945, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, que inicia su funcionamiento el 4 de noviembre de 19462; más adelante, en 1958, se crearía el Banco Interamericano de Desarrollo, BID.

      La puesta en marcha del plan de recuperación conjunta europea, European Recovery Program, conocido como Plan Marshall, entre 1948 y 1952, con el interés de apoyar económicamente a las naciones para la reconstrucción del continente, fue parte de la intervención de Estados Unidos. Para administrar este plan, las naciones pactantes3 se agruparon en la Organización Europea para la Cooperación Económica, Oece. En 1961, se da paso a la creación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde, cuyos objetivos están relacionados con la elevación del crecimiento económico, del nivel de vida de los países miembros y de la expansión del comercio multilateral.

      1 Es uno de los conflictos globales más recordados de la historia del mundo, con amplio número de países involucrados y millones de víctimas. Entre estos hechos están el Holocausto Nazi que produjo la muerte de miles de judíos y el uso de armas nucleares por parte de los Estados Unidos, que generó la destrucción de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Las incidencias de la guerra dividieron a los países en dos bloques: capitalista bajo la dirección de los Estados Unidos y los países de Europa Occidental; y el bloque comunista liderado por la URRS y los países de Europa Oriental.

      2 En 1946, Colombia comenzó a formar parte de esa entidad.

      3 Hacían parte de este organismo, Estados Unidos y países europeos: Alemania Occidental, Austria, Bélgica, Grecia, Dinamarca, Islandia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Reino Unido, Turquía, Suecia, Suiza.

      De acuerdo con Álvarez (2012), con la creación de organismos internacionales y el impulso de planes de recuperación económica, comenzó la cooperación internacional, como un sistema que afianzaría las relaciones entre los Estados y evitaría el surgimiento de conflictos. Las instituciones creadas serían las encargadas de dinamizar, entre otros, los propósitos de recuperación de las naciones europeas afectadas. Posteriormente, a partir de la idea del desarrollo, la atención se dirigió a otros países.

      En este contexto posbélico surge la cooperación internacional, la cual es en gran parte un producto de la confrontación ideológica entre el bloque capitalista liderado por Estados Unidos y el Socialista, por la Unión Soviética, las dos potencias mundiales que dominaron la política internacional entre 1945 y 1990. La cooperación no comenzó como un programa para ayudar al desarrollo de los países empobrecidos a largo plazo sino para facilitar el desarrollo económico a corto plazo y la recuperación de Europa Occidental (Álvarez, 2012, p. 287).

      Para los países de América Latina, la posguerra generó una serie de discursos que comprometieron e impactaron la manera como se venían organizando distintos aspectos en los ámbitos, social, económico, y educativo, principalmente. La visión sobre América Latina se orientó a partir de las dificultades económicas y de desarrollo, acorde con el modelo de país pensado desde afuera.

      En ese sentido, comenzó a ser evidente el interés por parte de los Estados Unidos en apoyar a los países con menor desarrollo económico e industrial y así tener mayor participación en las decisiones de estos. Para algunos autores, también se percibió como una manera de evitar la propagación de ideas comunistas, considerando el triunfo de la revolución cubana. En ese sentido afirmó Stramiello (2010):

      Finalizada la Segunda Guerra Mundial, las propuestas modernizadoras desarrollistas, de índole marcadamente económica y tecnocrática, quisieron desarraigar el desorden y la desprolijidad presente en las naciones latinoamericanas y para esto propusieron civilizar la barbarie en aras de un progreso material que traería prosperidad social. Democracia e industrialización fueron la piedra angular del desarrollo económico-social, en el que la educación cumplía un rol decisivo. La transformación que intentaba producirse era acelerada, porque era necesario no perder el rumbo de la modernización, según la concepción de los países desarrollados o adelantados (p. 396).

      De acuerdo con Escobar (citado por Malagón y Pardo, 2009), en 1948 el

      Banco


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