Cristianos sin Cristiandad. Ignacio Walker Prieto
Читать онлайн книгу.Capítulo 1. La experiencia (los hechos)
Ley sobre píldora del día después
Ley sobre Acuerdo de Unión Civil
Ley contra la discriminación arbitraria
Ley sobre despenalización de la interrupción del embarazo en tres causales
Ley sobre identidad de género
Capítulo 2. La doctrina social de la Iglesia y el impacto del Concilio Vaticano II
Los orígenes de la doctrina social de la Iglesia (DSI)
El impacto del Concilio Vaticano II
El desarrollo posconciliar de la DSI
Los temores de la Iglesia posconciliar
Las virtudes teologales y la “Alegría del Evangelio”
Capítulo 3. La reflexión (la doctrina)
1. La libertad religiosa
2. La dignidad de la conciencia moral
Newman vs. Gladstone (conciencia y autoridad)
Cristianos sin Cristiandad: del Concilio Vaticano I al Concilio Vaticano II
Conciencia, verdad, subjetivismo y relativismo
3. La dignidad de la comunidad política (justa autonomía de las realidades terrenales)
La cuestión de la democracia
4. El rol de los laicos en los asuntos temporales
5. El discernimiento ético
Capítulo 4. La dignidad de la política
• Agradecimientos •
Agradezco la generosa invitación del Kellogg Institute for International Studies de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos) por haberme permitido pasar un semestre (otoño de 2018) en dicha universidad como Hewlett Fellow of Public Policies. Ello me permitió escribir el borrador inicial de una parte de este libro en lo que se refiere a la doctrina católica y las enseñanzas sociales de la Iglesia. Agradezco especialmente los comentarios a la propuesta de investigación de Alasdair MacIntyre, John Finnis, Paolo Carozza, Claudio Lantigua, Ulrich Lehner, Mary Keys, Bill Mattison y John McGreevy, todos ellos de la Universidad de Notre Dame, y de Robert P. George de la Universidad de Princeton.
Un primer esquema de este libro lo presenté para la discusión en el referido Kellogg Institute y en el Lumen Cristi Institute de la Universidad de Chicago, ambos en el otoño de 2018. Agradezco los comentarios de los asistentes que me permitieron darle una orientación más definitiva (y, espero, de mayor consistencia).
Agradezco de manera especial a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y a su rector, Claudio Elortegui, por haberme recibido como docente y permitido desarrollar esta investigación en un ambiente académico e intelectual muy estimulante. Agradezco a Ediciones Universitarias de la PUCV por haber permitido, facilitado y hecho posible la publicación de este libro.
Agradezco los muy sugerentes comentarios y reflexiones de los sacerdotes jesuitas Tony Mifsud, Jorge Costadoat, Juan Ochagavía, Eduardo Silva y Fernando Verdugo, del sacerdote Percival Cowley ss.cc. (QEPD), del teólogo Carlos Schickendantz y de la historiadora Sol Serrano a un borrador inicial de este libro. Varios de ellos (y tantos otros sacerdotes y teólogos católicos) me han permitido (y nos han permitido) a lo largo de años de actividad política y legislativa reflexionar y discernir sobre los distintos temas que se abordan en este libro. Agradezco a Daniel Mansuy por sus muy pertinentes comentarios al capítulo final.
Agradezco a la periodista Javiera Andaur por su muy lograda investigación y sistematización de los debates a que dio lugar la tramitación de los siete proyectos de ley que se incluyen en el capítulo primero, especialmente en lo que se refiere a la Iglesia Católica. También a la abogada Constanza González (asesora de la bancada de senadores DC) por su ordenamiento de los principales contenidos jurídicos de esos proyectos de ley.
Las decisiones legislativas que he tomado durante estos años y los contenidos de este libro son de mi exclusiva responsabilidad y no comprometen a ninguna de las personas mencionadas anteriormente.
• Introducción •
¿Cómo vivir la fe cristiana al interior de una democracia pluralista que reconoce la separación entre Iglesia y Estado? Es la pregunta que nos hacemos en este libro. Lo hago desde la perspectiva de un laico, político y legislador católico y demócrata cristiano.
El punto de partida es la realidad (los hechos). De ahí surge la reflexión (la doctrina). La opción metodológica anterior no es arbitraria. Expresa una concepción de la política: la experiencia política precede a la teoría política. Ese fue el legado de los griegos. La doctrina social católica no surge en abstracto sino de la propia realidad, la que tiene un valor teológico.
Durante dieciséis años me desempeñé como legislador, primero como diputado y luego como senador, en la república democrática de Chile. En esa condición nos tocó —a mi y a mis colegas legisladores— enfrentar una serie de temas y de proyectos de ley especialmente sensibles dada la realidad de un país mayoritariamente cristiano y católico.
Me refiero a los llamados temas valóricos.
La base de nuestra reflexión está constituida por la tramitación y discusión de siete proyectos de ley que han sido objeto de encendidos debates al interior del parlamento y, en un sentido más amplio, en la sociedad chilena. En todos ellos hubo pronunciamientos críticos o de franca oposición de parte de la jerarquía de la Iglesia Católica (y de las iglesias cristianas).
Se trata de los proyectos de ley de Filiación, que elimina la distinción entre hijos legítimos e ilegítimos; de Matrimonio Civil, que regula el divorcio vincular; de la píldora del día después, que fija normas sobre información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad; del Acuerdo de Unión Civil para parejas heterosexuales y homosexuales; del proyecto de ley contra la discriminación arbitraria, incluidos los conceptos de orientación sexual e identidad de género; de despenalización de la interrupción del embarazo en tres causales (riesgo para la vida de la madre, inviabilidad fetal incompatible con la vida extrauterina y violación) y de identidad de género.
Voté a favor de todos esos proyectos de ley al igual que la casi totalidad de