Estrategias para la comprensión lectora. María Alicia Peredo Merlo
Читать онлайн книгу.más allá de un diseño curricular, la formación inicial de profesores.
Cuadro 1. Resultados del examen pisa | |||||
México | 2000 | 2003 | 2006 | 2009 | 2012 |
Matemáticas | 387 | 385 | 406 | 419 | 413 |
Lectura | 422 | 400 | 410 | 425 | 424 |
Ciencias | 422 | 405 | 410 | 416 | 415 |
Promedio ocde | |||||
Matemáticas | 500 | 500 | 498 | 496 | 494 |
Lectura | 500 | 494 | 494 | 493 | 496 |
Ciencias | 500 | 500 | 500 | 501 | 501 |
Fuente: Programa Sectorial de Educación 2013-2017.
El histórico de desempeños de los jóvenes mexicanos, particularmente en el área de lectura, es el siguiente:
Cuadro 2. Histórico de lectura | |||||||
Año | Nivel 6 (%) | Nivel 5 (%) | Nivel 4 (%) | Nivel 3 (%) | Nivel 2 (%) | Nivel 1 a-b (%) | nivel -1 (%) |
2000 | 0.9 | 6.0 | 18.8 | 30.3 | 28.1 | 16.1 | |
2003 | 0.9 | 4.3 | 15.6 | 27.5 | 27.1 | 24.9 | |
2006 | 0.6 | 5.3 | 18.2 | 28.9 | 26.0 | 21.0 | |
2009 | 0 | 0.4 | 5.3 | 21.2 | 33.0 | 36.9 | 13.2 |
Fuente: Datos organizados por la investigadora.
Entre 75% y 83% de los jóvenes en este lapso de nueve años, no poseen las habilidades cognitivas necesarias para la lectura, de la cual obviamente se desprenden los demás aprendizajes. Vale la pena pensar en la relación que existe entre los profesores y el Estado que los forma, los evalúa y que, al darse cuenta de las deficiencias, parece que lo único que hace se limita a diversas modificaciones curriculares, pero no ha logrado mejorar los desempeños elementales.
A partir de ambas consideraciones: la ausencia de un texto particularmente dedicado a la formación de lectores estratégicos y las escasas probabilidades de que los estudiantes de normal sean lectores hábiles, es que me propuse desarrollar la investigación que aquí se presenta. Al acercarme a estudiantes normalistas, por medio de una metodología de investigación con grupos focales, tuve la intención de mostrar a los participantes y a los lectores de este libro que si no se poseen las habilidades para ejecutar las tareas lectoras que se solicitan a los alumnos, menos se tiene posibilidad de una enseñanza eficaz, entendida a través de altos niveles de logro educativo. Pero conviene advertir al lector de este libro, que no se trata de un manual didáctico que ofrece recetas para los futuros profesores o los que están en servicio; nada más alejado que eso. Más bien tiene una lógica argumentativa que pretende mostrar que precisamente lo que hace falta es un conocimiento teórico antes que práctico para modificar los malos resultados obtenidos al formar lectores en diferentes niveles escolares. Tampoco pretende ser un libro para enseñar a leer sino a leer bien y a pensar bien, pero corresponderá al profesor la trasposición didáctica, aunque aquí se hacen algunas sugerencias.
Ahora bien, este libro parte de una reflexión profunda del papel que tiene la enseñanza de estrategias lectoras, por este motivo se proponen algunos lineamientos que apuntan hacia la metacognición, entendida inicialmente como la capacidad individual de recuperar el proceso que se requiere para mejorar la comprensión de un texto; es decir, la intención explícita de aplicar un sistema de apoyo cognitivo para cada texto antes, durante y después de su lectura. Asimismo se analiza la importancia de la socialización como factor interviniente en el proceso de construcción del conocimiento derivado de los textos.
Los profesores tienen como una obligación inherente a su función, formar individuos que participen en la cultura escrita, lo que implica, entre otras cosas, apropiarse de la utilización del lenguaje escrito como vía de aprendizaje autónomo. Esto compromete la exigencia de que el estudiante pueda leer para aprender dentro y fuera de la escuela. Asimismo, conlleva la responsabilidad de cada profesor de actualizar sus conocimientos, precisamente a partir de un acercamiento a materiales científicos que dan cuenta de los avances relacionados con la lectura como objeto de investigación.
Este libro utiliza algunos textos experimentales para ilustrar cada estrategia lectora; conviene entonces que el lector consulte los apéndices respectivos para una mejor comprensión de lo que aquí se expone.
Finalmente quiero dejar asentado que la utilidad de este libro depende de la iniciativa de cada lector a partir de las sugerencias expuestas y que, en todo caso, recomiendo extender la consulta a distintos enfoques teóricos que sin duda coadyuvarán a ampliar el panorama de posibilidades que cada docente tenga para aplicar en los distintos escenarios pedagógicos.
1 Secretaría de Educación Pública y Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Concurso Nacional para el Otorgamiento de Plazas Docentes 2013-2014. [concursonacional.sep.gob.mx/conapd13/estadisticas/]
Capítulo 1
Entre la disciplina y la didáctica. Algunas prenociones que afectan la enseñanza de la competencia lectora
El punto de partida
En este capítulo se analiza una habilidad indispensable en la escuela. Si se considera que la lectura es la base de casi todos los aprendizajes escolares, entonces se le puede dar la connotación de aprendizaje de primer orden. Debería ser transversal a la currícula, pero quizá es una de las competencias menos desarrolladas en la educación básica fundamentalmente por el desconocimiento teórico que poseen los profesores sobre esta enseñanza particular. 1
En estudios preliminares pude evaluar algunos desempeños considerados prioritarios: la localización de información puntual y anidada en textos expositivos y narrativos. Asimismo, la comparación de argumentos opuestos y la toma de posición en textos argumentativos. Estos estudios se hicieron con estudiantes de secundaria y bachillerato. Después convoqué a profesores de español en el nivel de secundaria y constaté la representación que tienen del problema del déficit lector. Algunos de los principales hallazgos en estos estudios preliminares conducen a pensar que hay una constante que prevalece tanto en estudiantes como en profesores en servicio: no hay reglas claras para ejecutar la tarea de localización de información implícita como tampoco las hay para enseñarla. Esto mismo ocurre cuando se analizan textos argumentativos.2 Se puede hipotetizar que hay una ausencia de conocimiento teórico y su trasposición didáctica para la enseñanza formal de estrategias de lectura y el desarrollo de habilidades complejas de lectura.3
Como ya se ha mencionado, localizar información para el aprendizaje escolar y extraescolar es de vital importancia, sobre todo en una sociedad que se desarrolla a partir de la comunicación escrita y que paulatinamente se ha incorporado a la sociedad del conocimiento. Ahora bien, localizar y comparar información en textos académicos no son aprendizajes espontáneos, en general pasan por un proceso de entrenamiento y es precisamente la escuela la institución encargada de ofrecerlo; sin embargo, parece que no se logra dados los resultados en pruebas nacionales, internacionales y las investigaciones propias.
En este contexto surge una pregunta interesante: ¿los estudiantes de normal poseen estas habilidades y tienen los conocimientos pedagógicos para enseñar a los alumnos de educación básica? Se está frente a un problema entre la disciplina (teoría de la lectura) y la trasposición didáctica (formar lectores competentes). En investigaciones anteriores se constató que las historias escolares relacionadas con la lectura son muy parecidas; es decir, los jóvenes han sido mal enseñados, no conocen ni aplican estrategias de lectura y por consecuencia son lectores incompetentes que quedan confundidos cuando se les solicita analizar información. ¿Por qué habría una realidad diferente en las escuelas normales? Parecería obvio encontrar los mismos resultados, sobre todo si se considera que los primeros resultados de la ocde en pisa 2000 corresponden a estudiantes de entre 15 y 16 años y que los resultados a partir de entonces, y en los años