Anatomía deportiva. Jürgen Weineck

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Anatomía deportiva - Jürgen Weineck


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la salud de forma duradera.

       J. Weineck

       1

       Consideraciones generales sobre las células y los tejidos

      Ya que, en principio, todo estímulo afecta a la célula y las funciones superiores dependen de la unidad funcional más pequeña, es decir, la célula, se inicia esta obra explicando la estructura general de la célula corporal para así facilitar la comprensión del resto de estructuras formadas por ella. En serie ascendente se comentan a continuación cada una de las estructuras siguientes.

      Célula → complejo celular = tejido → organización y unión funcional en forma de órgano o bien sistema de órganos, tal como aparece finalmente, por ejemplo, en las estructuras pasivas o activas del aparato locomotor.

      La célula se compone básicamente de un cuerpo celular (protoplasma), del núcleo celular y de diferentes estructuras subcelulares, importantes para la función y el mantenimiento de la célula. Aquí solamente se comentarán las principales.

      Tal y como se desprende de la figura 1, la célula está recubierta por una membrana celular (el sarcolema de la célula muscular). Su permeabilidad selectiva (porosidad) para sustancias orgánicas y electrólitos y su capacidad de asociación con otras células acreditan a la membrana celular como una estructura biológica compleja y altamente especializada. Los procesos asociados al transporte activo (p. ej., bomba de sodiopotasio) están localizados en la membrana celular.

      El citoplasma (el sarcoplasma de la célula muscular), un líquido rico en electrólitos y proteínas, es el lugar donde tienen lugar la obtención de energía anaeróbica (glucólisis), la síntesis del glucógeno (éste constituye la forma de almacenamiento intracelular de la glucosa), la descomposición del glucógeno y la síntesis de los ácidos grasos. En el citoplasma se encuentran también los distintos depósitos de energía, como son, por ejemplo, las acumulaciones de glucógeno y las gotas de grasa.

      El retículo endoplasmático (el retículo sarcoplasmático de la célula muscular) se extiende a partir de la membrana celular por la totalidad del citoplasma y constituye un sistema de transporte intracelular ocupado en parte por partículas esféricas, los ribosomas. El retículo endoplasmático y los ribosomas constituyen, entre otras cosas, el lugar donde se produce la síntesis proteica. En la célula muscular, el retículo endoplasmático desempeña un papel importante en el transporte de estímulos desde la superficie hacia las fibrillas contráctiles (ver pág. 58 y s.).

      El núcleo celular contiene el material genético y posee la capacidad de multiplicarse idénticamente (determina, por ejemplo, el patrón a seguir para la síntesis proteica). Conjuntamente con los ribosomas ya mencionados, es de gran importancia en la síntesis de las proteínas. A través de la reproducción de las estructuras proteicas, ambos hacen posible el aumento de tamaño (hipertrofia) por ejemplo de la célula muscular durante el crecimiento o al llevar a cabo un entrenamiento físico. Las mitocondrias representan finalmente las “centrales energéticas” de la célula, puesto que en ellas tiene lugar la oxidación de los sustratos ricos en energía. También contienen las enzimas del ciclo de Krebs y de la cadena respiratoria, y en ellas tienen lugar la fosforilación oxidativa y la obtención de energía.

      Se denomina tejido a un conjunto de células de estructura similar con una misma función y diferenciación. El tejido constituye una parte estructural en el conjunto del organismo y desarrolla una función parcial.

      Se distinguen cuatro tejidos básicos:

      ■Tejido epitelial.

      ■Tejido conectivo y de sostén.

      ■Tejido muscular.

      ■Tejido nervioso.

      Todos los órganos del hombre están compuestos por varios tipos de tejido. Las células responsables de una función orgánica especial son denominadas células del parénquima, en contraposición a las células del estroma (intersticio), que cumplen únicamente la función de nutrición y de mantenimiento de la forma del órgano.

      Los tejidos pueden reaccionar a un posible aumento de los requerimientos de las funciones específicas de los mismos con hipertrofia (aumento de tamaño de las células) y/o hiperplasia (aumento del número de células).

      Todos los tejidos y órganos se desarrollan a partir de los tres cotiledones del embrión:

      ■Tejido epitelial: ectodermo, endodermo y mesodermo.

      ■Tejido conectivo y de sostén: mesodermo.

      ■Tejido muscular: en su mayor parte del mesodermo y en menor medida del ectodermo.

      ■Tejido nervioso: ectodermo.

      El tejido epitelial recubre las superficies internas y externas y constituye la parte funcional más importante de todas las glándulas (epitelio glandular). Además es capaz de cumplir funciones sensoriales especiales (epitelio sensorial).

      Tejido epitelial

      1.Epitelio superficial.

      2.Epitelio glandular.

      3.Epitelio sensorial.

      Características:

      ■Conjunto de células en superficie.

      ■Situado en superficies corporales internas o externas.

      ■Carencia de vasos.

      ■Alimentación por difusión.

      ■Delimitación con respecto a otros tejidos por medio de una membrana basal.

      Funciones:

      ■Función de protección (p. ej., piel).

      ■Función metabólica (p. ej., epitelio renal).

      Tipos:

      Se distingue entre epitelio superficial plano, cúbico (isoprismático) y cilíndrico, así como entre epitelio simple (una sola capa) o estratificado (más de una capa), entre epitelio de una sola fila o de varias filas, entre no queratinizado y queratinizado (ver fig. 2).

      Uno de los epitelios superficiales más importantes es la piel. Ésta constituye el mayor órgano del cuerpo y cubre de 1,5 a 2 m2 en función de la talla corporal. Su contribución al peso corporal total es del 15% aproximadamente.

      La piel está compuesta de varias capas. Consta de una capa superficial o epidermis, de un corion (dermis = capa de tejido conjuntivo) y por el subcutis (ver fig. 3).

      La epidermis está dividida a su vez en diferentes capas. En la capa más inferior, el estrato germinativo o blastodermo, se forman las nuevas células de la piel que llegarán a la superficie en el período de un mes, allí morirán y formarán la capa más superior (capa córnea de la epidermis). Las células córneas serán eliminadas finalmente de la superficie en forma de pequeñas escamas. Puesto que la migración


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