Cómo entender la economía del Ecuador 1965-2017. Franklin Maiguashca

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Cómo entender la economía del Ecuador 1965-2017 - Franklin Maiguashca


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país está viviendo desde 2015.

      Así como el fútbol es mucho más que un deporte, la construcción, tema del cual se ocupa el capítulo 9, es mucho más que un sector de la producción. Se sabe que en sus espacios viven en constante interacción la creatividad de arquitectos e ingenieros, el esmero de directivos y gerentes, la capacidad de los maestros de obra, las destrezas de los obreros, la oportunidad de entrega de los proveedores de materiales, el acceso al crédito, las preferencias de los usuarios y compradores, las exigencias de las leyes y de las ordenanzas municipales, los presupuestos de las obras públicas y privadas, el anhelo de techo para los hogares, entre otros. Por estas razones este capítulo se sitúa entre el pragmatismo de los asuntos financieros cubiertos en el capítulo 8 y las vivencias de los asuntos sociales que se estudian en el capítulo 10. El capítulo se divide en cinco secciones. En la primera se sintetizan las características distintivas del sector y el papel que este juega en el desarrollo de las naciones. En la segunda se propone un marco estratégico que, como en el caso de la industria manufacturera, comprende interacciones inteligentes y pragmáticas entre las fuerzas del mercado interno, los empresarios grandes, medianos y pequeños y los funcionarios públicos a todo nivel. En la tercera se presenta una visión panorámica del PIB de la construcción y de las actividades inmobiliarias para los años de 1965 a 2017. En la quinta, a manera de reflexión de lo que sería provechoso saber una vez que los tiempos dejan de ser buenos, se relata cómo el sistema de las Unidad de Poder Adquisitivo Constante (UPAC), en Colombia, nació en 1972; en el cuarto de siglo siguiente trajo un auge sin precedentes a la construcción de vivienda, desapareció como tal en 1999 y hoy subsiste, pero en una dimensión muy disminuida. Parecería que estamos ante frases al estilo del Eclesiastés (3: 1-15), que desde tiempos inmemoriales ha dicho: “todo tiene su momento, y todo cuanto se hace debajo del Sol tiene su tiempo”, como, por ejemplo, la caída drástica del sector en los años de 2015 al 2017 que espera de acciones innovadoras como las del UPAC para recuperarse.

      En el capítulo 10 se atiende a la pregunta: ¿qué ha sucedido con las condiciones de vida de los ecuatorianos durante la era del petróleo? En la sección correspondiente al marco teórico se deja a disposición de los lectores los tres conceptos claves para este capítulo: dualismo, crecimiento económico y desarrollo socioeconómico. En la segunda sección se cubren los temas de inflación y de desempleo y, con base en los datos disponibles, se concluye que, sin disminuir su importancia, ni la inflación ni el desempleo han sido problemas crónicos en nuestra historia, tal como ha sido, y sigue siendo, el subempleo. En la tercera sección se relieva el hecho de que la salud y la educación van muy de la mano, y se destaca la buena nueva de que en salud el Ecuador ha logrado progresos trascendentales, mientras en educación, si bien ha habido avances significativos, estos no han alcanzado las dimensiones logradas en el primer frente. El capítulo se cierra con datos y reflexiones sobre la distribución del ingreso y el alivio de la pobreza. Las cifras reflejan que hay progresos notables. También dicen que queda mucho por hacer, especialmente en relación con las mujeres, las etnias y los pobres.

      Dicho todo lo anterior, se deja constancia de algunas particularidades del libro:

      •Siguiendo pautas de Adam Smith, Alfred Marshall y Dani Rodrik, no se descarta la definición tradicional, pero sí se amplía: “La Economía estudia cómo los grupos humanos se organizan para producir y distribuir los bienes y servicios requeridos para satisfacer las necesidades de su gente dentro de contextos conformados por sus realidades ecológicas, tecnológicas, socioculturales e históricas”.

      •Siguiendo a Adam Smith, tres son los protagonistas que de uno u otro modo están presentes en casi todos los capítulos del libro: el mercado, el estado y la gente. Los dos primeros constituyen las instituciones medulares que, en diferentes proporciones, hacen parte de las economías que hoy en día funcionan en el mundo. El tercero es la razón de ser de todas estas economías. Como planteó el expresidente colombiano Juan Manuel Santos en su última campaña electoral: “El mercado hasta donde sea posible, el Estado hasta donde sea necesario”.

      •En el análisis económico, al tenor de Rodrik, la eficiencia es de interés como un patrón de referencia útil, pero no en cuanto a un imperativo de buen comportamiento. En otras palabras, aquí se entiende que el norte de una brújula sirve para localizar vías alternas en los otros puntos cardinales, mas no como la única ruta que el caminante tiene que seguir.

      •De igual manera, como lo hacen Acemoglu y Robinson, se da prelación al papel que en el desarrollo de las naciones juegan las instituciones políticas y económicas. En palabras de North, se entiende como instituciones a las reglas del juego que norman el funcionamiento de los conglomerados humanos y que van acompañadas de organismos que respaldan sus cumplimientos y sancionan sus incumplimientos. En palabras nuestras, las instituciones son herramientas de trabajo de las cuales se valen los grupos humanos para hacer que sus anatomías organizacionales cuenten con sus respectivas fisiologías.

      •Lo anterior significa que, a menos que sea estrictamente necesario, es muy poco el uso que se hace de expresiones cargadas de lastres ideológicos, tales como capitalismo, socialismo o cualquier otro “ismo” que vaya en esas direcciones. Siguiendo a Cooper, se puntualiza que una de las razones por las cuales la disciplina de la Economía está en crisis es porque los espacios propios del análisis profesional se han llenado con pronunciamientos confesionales que, en algunos casos, ya han llegado a la jerarquía de evangelios.

      •Como se espera en un libro sobre economía, se presta mucha atención a la elocuencia de las cifras cuando se las hace funcionar como parte integral de conceptos y de hechos. Los procesamientos estadísticos son muy sencillos y están al alcance de quienes estén dispuestos a indagar qué dicen sus resultados.

      •No es intención del autor ni del libro llevar a pensar como economistas a quienes lo lean o lo estudien. No obstante, sí se pretende proporcionar a los usuarios elementos de juicio que les ayuden a reflexionar como hombres y mujeres de bien sobre aspectos sociales y económicos que ameriten su apoyo, así como de aquellos ante los cuales harían mal en permanecer indiferentes.

      •El tema de las etnias es recurrente no solo porque de un tiempo a esta parte han recibido deferencias que van desde la Constitución vigente hasta notas cotidianas en los medios de comunicación, sino porque, como lo pusieron los indígenas en la rebelión de 1990, los muchos años de indiferencia y hasta de ostracismo son más que suficientes. No hay que olvidar que, mientras no se corrijan las debilidades de ese eslabón humano, la fortaleza integral de la nación ecuatoriana nunca podrá ir más allá de lo que esa fragilidad le permita.

      Mis reconocimientos van en una secuencia de hitos que han marcado la ruta de mis aprendizajes, que son, al fin y al cabo, lo que comparto con los lectores.

      Encuentro que mis reconocimientos inician con los organizadores y con los participantes del Programa de Alta Gerencia que, con la inspiradora presencia de Peter Drucker, se llevó a cabo en 1964 en la Universidad del Valle, en Cali, Colombia. Bajo el liderazgo de Manuel Carvajal Sinisterra, a la fecha presidente de Carvajal S. A., concurrió toda la plana mayor del empresariado del departamento del Valle del Cauca. Fungí en el programa como uno de varios instructores, pero ante el cúmulo de conocimientos que adquirí sobre cómo funcionan en la vida real las empresas y las comunidades con las que interactúan, mi participación fue de aprendiz. Mis agradecimientos van en dirección de quienes hicieron posible que yo fuera parte de tan notable acontecimiento: Roderick O’Connor, del Georgia Institute of Technology, y mentalizador de este; Alfonso Ocampo Londoño, rector de la Universidad del Valle; Reynaldo Scarpetta, decano de la División de Ciencias Sociales y Económicas de esta universidad, y Germán Holguín Zamorano, director del Instituto Colombiano de Administración (Incolda).

      Años después, cuando la violencia marxista de los setenta nos sacó literalmente de la universidad estatal, formé parte


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