Introducción a Tomás Aquino. Josef Pieper
Читать онлайн книгу.y al ideal de pobreza predicado en ella. Éste es también un elemento de la doctrina de Santo Tomás que a menudo se oculta por completo. No podemos ocuparnos de ello expresa y detalladamente. Pero hay que saber que la existencia interior del filósofo Tomás estará determinada también por ese elemento. «Perfección evangélica», éste es un concepto que aparece muchas veces en Tomás[32]. «La perfección evangélica consiste en la imitación de Cristo; pero Cristo no fue sólo pobre en su intención, sino también realmente (realiter)»; éste es un pasaje de uno de sus escritos polémicos sobre «movimiento de pobreza»[33].
Pero el elemento bíblico supone bastante más en la obra de Santo Tomás (no en la Escolástica en general, sino más bien en la obra de Santo Tomás). El que, por ejemplo, haya en la Summa Theologica tres amplios tratados de Teología bíblica[34]constituye ya entonces una innovación frente a la Teología mucho «más sistemática» de los Comentarios a las Sentencias. Ello hay que agradecerlo al impulso especial del «movimiento de pobreza». Tomás aduce lo bíblico precisamente como argumento para que les sea permitido a las Órdenes mendicantes la predicación y la cura de almas. «Se encuentran (en el clero parroquial)», dice él, «solo poquísimos, paucissimi, que conozcan la Sagrada Escritura, aunque el predicador de la palabra de Dios tiene que ser versado en la Sagrada Escritura»[35]. En el convento dominico de St. Jacques, de París, se lleva a cabo la gran obra de la primera corrección de la Biblia y de su primera concordancia, en los mismos años en que, en el mismo convento, se comenta la Física de Aristóteles. Con lo que de nuevo se menciona el otro extremo opuesto de este arco que Tomás intenta tensar. Ambos extremos le pertenecen. Si se quisiera considerar sólo uno, el intento de realizar la recta imagen evangélica, entonces sólo se vería en Tomás el fraile mendicante, una figura puramente eclesiástica. Hay que tener en cuenta el hecho, muy terreno y realista, de la dedicación a Aristóteles. Pero sobre todo, y este peligro es más próximo, se interpreta necesariamente mal la intención de este «aristotelismo» (entre comillas) si no se le ve entretejido y empapado por algo aparentemente extraño e incluso contrapuesto como es un cristianismo decididamente evangélico. En este sentido habrá que hablar del encuentro de Santo Tomás con Aristóteles.
[1] MARTIN GRABMANN, Die Kanonisation des heiligen Thomas. «Divus Thomas», año I (1923), p. 241 s.
[2] Contra impugn. 1, 1; n.º 11.
[3] Vita S. Thomae 6, 31. Ed. D. Prümmer (St.-Maximin 1924).
[4] Oratio ad vitam sapienter instituendam, Opuscula Theologica. Ed. R. M. Spiazzi (Turín-Roma, 1954). Vol. II, p. 285.
[5] Así la Encíclica de Pío XI sobre Santo Tomás Studiorum ducem (Freiburg i. Br. 1923), p. 16.
[6] Cf. Codex Iuris Canonici, can. 589 y can. 1366.
[7] Igualmente en la Encíclica sobre Santo Tomás Studiorum ducem, p. 18. Sobre el lugar de Santo Tomás dentro de la Filosofía cristiana cf. Fidel G. Martínez, The place of St. Thomas in Catholic philosophy, «Cross Currents» (New York), vol. 8 (1958), p. 43 ss.
[8] ALBERT MITTERER, Die Entwicklungslehere Augustins im Vergleich mit dem Weltbild des Hl. Thomas von Aquin und dem der Gegenwart (Viena-Freiburg i. Br. 1956), p. 15. Similarmente se dice en la p. 327: «La Iglesia... ha prescrito el tomismo».
[9] Cf. ETIENNE GILSON, The Christian Philosophy of St. Thomas Aquinas (Londres, 1957), p. 174; VAN STEENBERGHEN, Le XIIIe siècle, p. 261.
[10] Christian Philosophy, p. 174.
[11] ANSELM STOLZ, Das Elend der Thomasinterpretation, «Benediktinische Monatschrift», año 13, 1931. En el mismo año de la misma revista: STEPHAN SCHMUTZ, Nac. der Lehre des hl. Thomas (Sobre la interpretación de Santo Tomás).
[12] Cf. G. B. SHAW, Musik in London (Bibliothek Suhrkamp, Frankfurt, 1957), p. 63 s.
[13] Cf. para esto JOSEF PIEPER, Die Aktualität des Thomismus. En: Philosophia Negativa. Zwei Versuche über Thomas von Aquin (München, 1953).
[14] ANDRÉ HAYEN, Thomas gestern und heute (Frankfurt, 1954), p. 62.
[15] L. B. GEIGER, La participation dans la philosophie de St. Thomas d’Aquin (París, 1942), p. 31.
[16] CHENU, Introduction, p. 38 ss.
[17] H. CHR. SCHEEBEN, Der heilige Dominikus (Freiburg i. Br. 1927), p. 31.
[18] Citado en JOSEPH BERNHART, Sinn der Geschichte (Freiburg i. Br. 1931), p. 53.
[19] Cf. SCHNÜRER, Kirche und Kultur im Mittelalter, II, p. 442.
[20] SCHEEBEN, Dominikus, p. 229.
[21] JOSEPH BERNHART, Der Vatikan als Weltmacht (Leipzig, 1930), p. 177.
[22] SCHEEBEN, Dominikus, p. 43.
[23] Ibídem, p. 57.
[24] Ibídem, p. 143.
[25] Ibídem, p. 135.
[26] Ibídem, p. 377.
[27] Ibídem, p. 164.
[28] Cf. FRANZ XAVER SEPPELT, Der Kampf der Bettelorden an der Universität Paris in der Mitte des 13. Jahrhunderts. Dos Partes. En: «Kirchengeschichtliche Abhandlungen». T. 3 (Breslau 1905) y T. 6 (Breslau 1908).
[29] SCHEEBEN, Dominikus, p. 279.
[30] Cf. SCHNÜRER, Kirche und Kultur im Mittelalter, II, p. 365.
[31] C.G. 1, 2.
[32] Por ejemplo: Contra impugn. 2,5; N.º 203, 204, 205, 206.
[33] Contra impugn. 2, 5; N.º 205.