Atrapada al atardecer. C. C. Hunter

Читать онлайн книгу.

Atrapada al atardecer - C. C. Hunter


Скачать книгу
buenos.

      Kylie sintió un escalofrío por culpa del frío fantasmal.

      —¿Qué otros?

      —Chsss. —El espíritu se llevó un dedo a los labios—. Ya vienen. —Se desvaneció.

      Della se mantuvo apartada y siguió mirándola. Kylie cogió al arrendajo azul con las dos manos. Había curado a Sara. ¿Sería posible que fuera capaz de…?

      Kylie cerró los ojos y trató de tener pensamientos sanadores.

      El pájaro se estremeció. Kylie abrió las manos, y el arrendajo extendió las alas. Sus plumas, de un brillante azul añil y blanco, recibieron un rayo de sol y resplandecieron bajo la luz, el pájaro se apoyó sobre sus patas y echó a volar. Kylie lo observó desaparecer entre las copas de los árboles, con sentimientos contradictorios. Por un lado, había hecho que algo muerto volviera a vivir, y eso molaba. Por el otro… Bueno, aquello era demasiado raro.

      —¿Has hecho lo que creo que has hecho? —preguntó Della—. ¿Acabas de revivir a ese pájaro muerto?

      Kylie levantó la vista.

      —No estoy segura.

      Un repentino silencio inundó el bosque. Las palabras del espíritu resonaron en la cabeza de Kylie. Ya vienen.

      La ausencia de ruido le pareció siniestra.

      Miró a Della.

      —¿Percibes si hay alguien más aquí?

      Della olfateó el aire.

      —No. Pero esto está demasiado tranquilo.

      —Deberíamos irnos —susurró Kylie.

      —No hace falta que me lo digas dos veces. —Della comenzó a correr.

      Kylie estaba justo detrás de ella, deseando escapar del silencio, de la sensación de peligro y de la toma de conciencia de sus poderes.

      ***

      —¿Estás segura de que estaba muerto? —le preguntó Holiday.

      —No escuché los latidos de su corazón. —Kylie caminaba por la pequeña oficina—. Pero ¿suelen caer pájaros inconscientes de los árboles?

      Holiday reprimió una sonrisa y dijo:

      —No, creo que no.

      Por alguna razón, aquellas noticias no parecían sorprender a la directora del campamento como habían sorprendido a Kylie.

      Kylie, aún jadeando por la carrera, había salido del bosque y había ido directamente a buscar a Holiday. Della, que se tomaba muy en serio su labor de sombra, esperaba fuera.

      —El fantasma estaba allí. ¿Crees que su presencia pudo hacer eso? Quizá no tuviese nada que ver conmigo. El pájaro volvió a la vida cuando se fue. Así que es posible que todo fuera cosa del espíritu.

      —Podría ser. Sin embargo, nunca he oído hablar de un fantasma cuya presencia mate animales salvajes, aunque sea temporalmente. Es posible que el pájaro solo estuviera aturdido. Tal vez sea una pista.

      —¿De qué? —inquirió Kylie, frustrada.

      —De su identidad, posiblemente.

      Kylie se detuvo delante de la mesa.

      —¿Cómo iba a decirme un pájaro muerto quién es ella?

      —A veces, los fantasmas tienen maneras muy extrañas de comunicarse.

      Kylie le dio vueltas a un par de cosas en su no poco confundida cabeza y entonces recordó.

      —La mujer sin nombre no tiene un patrón cerebral. Nada. Está en blanco.

      —¿En blanco? —Esta vez Holiday sí pareció realmente sorprendida.

      —Sí. Estaba tratando de volver a centrarme, ya que pensaba que no… que no lo estaba viendo correctamente. Porque pensaba que todos tenemos un patrón cerebral, como huellas dactilares. —Kylie se dejó caer en la silla frente a la directora del campamento.

      —Nunca he visto uno que estuviera en blanco, pero…

      —Creo que ella es un ser sobrenatural. —Kylie se mordió el extremo del labio.

      —¿Por qué crees eso?

      —Porque sabe qué son los ángeles de la muerte.

      Holiday pareció considerarlo.

      —Probablemente te escuchase hablar de ellos.

      —Puede ser, pero… está realmente asustada por algo.

      —La muerte puede dar miedo de verdad si no estás preparada.

      —Creo que hay algo más —dijo Kylie.

      —¿Qué?

      —Todavía no lo sé, pero… hay algo.

      —Espera. —Holiday apoyó una mano sobre la mesa—. ¿No dijiste que había sufrido algún tipo de operación cerebral?

      —Sí. —Kylie se tocó las sienes—. Tiene puntos y la cabeza rapada.

      —Seguramente se trate de un tumor. Nunca he visto a nadie con uno, pero he oído que los tumores pueden hacer que los patrones cerebrales hagan cosas raras.

      —¿Pueden hacer que desaparezca? —preguntó Kylie—. Y, ¿por qué se volvió loca cuando le pregunté qué era? Creo de verdad que es un ser sobrenatural.

      —No digo que no sea una de nosotros, pero… los seres sobrenaturales rara vez nos quedamos por aquí durante mucho tiempo tras fallecer. En todos los años que llevo tratando con fantasmas, solo me he encontrado con tres como nosotros.

      —Pero mi padre se quedó.

      —Pero él tenía una razón muy importante para quedarse. Conocerte.

      Kylie levantó una pierna hasta la silla y se abrazó la espinilla. Su mente saltó del recuerdo del fantasma a su padre y del de su padre al fantasma de nuevo.

      —No lo sé… Hay algo en ella que es… diferente. Recuerda que me dijo que tenía mensajes de otros.

      —Eso no es raro. A menudo me encuentro con fantasmas que me dan mensajes para otras personas. —Holiday giró un lápiz entre las manos.

      —¿De los ángeles de la muerte?

      —No, pero como he dicho, puede que te escuchase hablar de los ángeles de la muerte y simplemente confundir las cosas. ¿Ha vuelto a mencionar el mensaje?

      —Sí. Todo el tiempo, como si fuera importante. —Kylie frunció el ceño—. Sigue diciendo eso de que alguien vive, alguien muere. Y no me gusta la parte de la muerte. —Se abrazó la espinilla con más fuerza.

      —A mí tampoco —dijo Holiday—. Pero como habrás aprendido, los fantasmas no son los mejores comunicadores. Así que no entres en pánico. Tú solo sigue haciendo preguntas y buscando pistas.

      —¿Es posible que la única razón por la que esté aquí sea para darme ese mensaje?

      —Me extrañaría. Seguramente este aquí para algo más.

      Kylie frunció el ceño.

      —¿Entonces cómo narices voy a ayudarla si ni siquiera recuerda quién es?

      Holiday apoyó la barbilla en la palma de su mano.

      —Creo que este será de los difíciles.

      —Como si me hubiera encontrado con alguno fácil. —Kylie se abrazó todavía con más fuerza la pierna—. Hay una cosa que quiero comprobar.

      —¿Qué?

      —El cementerio Fallen. Sé que dijiste que podría venir de cualquier otra parte, pero me sigue pareciendo raro que se apareciera en el coche


Скачать книгу