Las Extraordinarias Aventuras De Joshua Russell Y De Su Amigo Robot. Antonio Tomarchio

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Las Extraordinarias Aventuras De Joshua Russell Y De Su Amigo Robot - Antonio Tomarchio


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fuente de energía es capaz de durar milenios y si no intervienen factores externos, debería vivir hasta el agotamiento de la energía. Yo, sin embrago, siempre estoy conectado contigo y no puedo moverme sin la conexión, por lo tanto, en la práctica, dejaré de vivir cuando lo dejes también tú.»

      « ¿Pasando la conexión a cualquiera otra persona y sustituyendo de vez en cuando la batería, podrías vivir eternamente?» preguntó Joshua.

      «El material con el cual está compuesta lo que tú llamas batería no existe en vuestro planeta, no sería posible sustituirla. Vivir dos o tres mil años es más que suficiente, te lo garantizo.»

      «Me gustaría poder reproducirla, es realmente fantástica, haría avanzar a la humanidad en el futuro cientos de años, resolvería el problema de la contaminación y nos suministraría la energía para hacer viajar a las naves espaciales a velocidades próximas a la de la luz. ¿De qué material se trata?» preguntó el muchacho.

      «Es un metal muy ligero que se encuentra sólo en el planeta de las lagartijas, ellos conseguían encender este material bombardeándolo con átomos de otro metal. La combinación de los átomos desencadenaba una reacción capaz de producir energía, en la práctica hasta el infinito, sin emitir radiación.»

      «Deben haber llevado mucho con ellos si la facción rebelde pensaba construir miles de robots y conquistar la tierra.»

      «La astronave está realmente llena» dijo Raptor asintiendo.

      «Si tan sólo pudiésemos ir a la Luna a cogerlo, sería un descubrimiento sensacional.»

      «Nosotros no podemos y, aunque quisiésemos todo sobre todo lo que ha sucedido hace tres años, no está claro que nos creyesen.»

      «Han pasado ya tres años, cómo vuela el tiempo. ¿Cómo habrán acabado todos los alienígenas que han huido de la base?»

      «Pienso que el bosque todavía estará lleno de ellos, se reproducen muy rápido, por suerte están los pájaros y las serpientes que los mantienen bajo control. Cuando pienso en las serpientes me acuerdo la cara que has puesto el día de tu cumpleaños cuando tus padres te han regalado las dos serpientes que habían puesto en el terrario junto al jefe alienígena.»

      «Pobrecito, qué mal fin tuvo, aunque había intentado matarme, no quería que muriese así. ¿Pienses que se reproduzcan con las lagartijas de la tierra?»

      «»

      « ¿Vosotros os reproduciríais con los monos?»

      «Conozco gente que sería capaz de hacerlo» dijo Joshua riendo a mandíbula batiente.

      De repente las transmisiones se interrumpieron. El locutor anunciaba una edición extraordinaria del telediario.

      «Esta mañana una astronave de enormes dimensiones ha aterrizado en suelo norteamericano, cerca de la ciudad de New York. Muchísimos soldados del ejército de los Estados Unidos con las unidades de robots y los medio acorazados han circundado el lugar del aterrizaje. Aviones supersónicos dotados de potentes armas y helicópteros de combate sobrevolaban la zona, con la orden de intervenir en el caso de que los alienígenas tuvieran intenciones hostiles» dijo el periodista.

      « ¿Has oído, Raptor? Más alienígenas, ¿por qué vienen todos aquí? ¿La Tierra se ha convertido de repente en el centro del universo?»

      «Me temo que estos sean la consecuencia de los otros, por desgracia.»

      « ¿Qué quieres decir? ¿Por qué tengo siempre la impresión de tú sepas más cosas de lo que me quieres hacer creer?»

      «Porque es así, para decirte todo lo que se necesitaríamos años y mientras tanto habría aprendido cosas nuevas, por esto es mejor responder a tus preguntas y ya está.»

      «Ya. El tonto soy yo por haberte preguntado.»

      El telediario, mientras tanto, mostraba las imágenes de la astronave mientras un periodista las comentaba. Como en una película cualquiera de ciencia ficción se abrió un portalón y un ser muy pequeño que se veía con dificultad, vestido con un mono marrón y una capa negra, marchaba con paso seguro sobre una pasarela que había salido del medio alienígena y que se había posado después a unos metros del suelo.

      Alguien había comenzado a reír al ver al extraño ser parecido a una lagartija caminar derecho sobre las dos patas posteriores, vestido como un personaje de dibujos animados. El alienígena se había parado al final de la pasarela, había cruzado las patas anteriores e hinchado el pecho con un aire arrogante y seguro de si mismo.

      Su boca se movía como si hablase pero no se oía nada, después de unos segundos y unos extraños ruidos, una voz que provenía de la astronave resonó con fuerza como si hubiesen encendido unos amplificadores.

      «Hemos venido en son de paz, los terrestres no son nuestros enemigos, el objetivo de nuestro largo viaje es recuperar algo que nos han robado. Un pueblo de traidores se ha apoderado de un valioso metal que nos pertenecía y ha huido hasta vuestro planeta para esconder aquí el botín. Si nos dejaseis recuperar lo que es nuestro, ningún ser humano perderá su vida, si obstaculizáis nuestra misión, será vuestro fin. Esperaremos vuestra respuesta durante cinco de vuestros días. Cuando expire el quinto día, nuestra flota espacial, compuesta de miles de naves espaciales como esta, aniquilará todo rastro de vida que hay sobre vuestro planeta.»

      « ¡Será payaso!» exclamó Raptor al oír esas palabras.

      «Está echándose un farol, no tienen miles de esas naves, sólo tienen una.»

      « ¿Quiénes son?» preguntó Joshua.

      «Los alienígenas que están en la tierra y estos que han llegado hoy están en guerra desde hace siglos, son dos razas parecidas pero se odian a muerte. Finalmente los vencedores han intentado matar a todos los vencidos para evitar que se organicen, éstos últimos, en cambio, han huido de su planeta y se han refugiado en la Tierra.»

      « ¿Qué tiene que ver el metal con todo esto?»

      « ¡Nada! En su planeta hay muchísimo e incluso la astronave está llena de este valioso metal, es siempre una pequeña cantidad con respecto a las inmensas minas de su planeta. Está mintiendo para justificar su llegada a la Tierra. Quizás, sabiendo que vuestro planeta está carente de él, quieren destruir la astronave con su carga para impedir a sus enemigos usarlo para construir otros robots como Buby y yo.» respondió Raptor.

      « ¡No lo entiendo! ¿Qué quieren de nosotros?»

      «No lo sé, quizás piensan que sus enemigos han escondido en la Tierra su astronave y que están construyendo robots para regresar y atacar su planeta. Probablemente creen que los humanos los estamos ayudando.»

      « ¿Cómo pueden saber que existen los robots?» preguntó perplejo Joshua.

      «Desde hace años que usan los robots para hacerse la guerra. El proyecto que competía a mi construcción es nuevo y no sé cuánto de parecido el proyecto precedente es al mío, sé que tienen una forma distinta de mí pero no sé cómo están de evolucionados.»

      «Es por esto que la astronave es tan grande, a pesar de que los alienígenas son pequeños estará llena de robots» exclamó Joshua bastante preocupado.

      «Bastará con hacerles saber dónde está escondida la astronave, de esta manera podrán destruirla e irse por donde han venido» dijo el muchacho, contento por haber encontrado una solución en tan poco tiempo.

      « ¿Piensas que el ejército te dejaría acercarte? ¿Cómo piensas ir a decírselo?» preguntó el robot.

      «Podríamos escribirle una carta anónima al Presidente y explicarle la verdad.»

      «Nunca te creerán con una carta anónima, deberías ir personalmente, contar todo y pagar las consecuencias, nos separarían, Yo sería desmontado y estudiado, tú acabarías en prisión. Las autoridades, de todas formas, no entregarán la astronave con el metal a los alienígenas porque comprenderán enseguida su potencialidad y no renunciarán a una fuente


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