El punto original. Ángel Largo Méndez

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El punto original - Ángel Largo Méndez


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más allá, hacia aquello donde dicho punto apareció.

      La primera observación nos muestra que el papel (el espacio vacío e inmanifiesto) representa aquello que contiene al punto expresado; no solo a este punto, sino al círculo que está por venir y a cualquier forma que se nos ocurra. Es el origen del principio. Su raíz, la causa de.

      Utilizando entonces esta información, se puede deducir que este vacío, esta nada, es el origen de todo. En la nada silente aparece el primer sonido, el primer compás, el famoso punto denso donde la historia comenzó a escribirse.

      Aquí entonces el cerebro vuelve a marearse ¿Cómo es que la nada produce algo? o ¿Será que esa nada, no es la nada que conocemos? Responder sugiere una exhaustiva indagación de lo que somos, y de los que nos rodea.

      Imagine un pedazo de tierra virgen y baldía. Hoy lo ve así y mañana ya está lleno de monte. Pasa unos días y crecerán árboles, en poco tiempo, un denso bosque cubrirá el lugar, de aquella tierra vacía, no quedará nada.

      ¿Qué sucedió? Si revisamos detenidamente lo relatado es posible deducir que: ahí donde nada hay, potencialmente todo es.

      Potencial es lo que no es, no se manifiesta o no existe, pero tiene la posibilidad de ser, de manifestarse o de existir. En esa nada potencialmente existe un todo.

      ¿Hay manera de visualizar ese potencial en la nada que abarca todo? Se me ocurre una. Volvamos a nuestro gráfico. Cuando tomamos el compás, se fija la base del instrumento en un punto referencial (cualquiera dentro del papel) para desde ahí, dibujar la forma. Este punto no se pinta, no se marca, no se diferencia del papel, ES EL PAPEL, no es una expresión o figura dentro de él, pero funciona como sostén, base, eje u origen para el dibujo de las formas.

      Ese punto es el eje, el potencial para que haya todo; donde todo espontáneamente surgió. Si este punto referencial es previo a nuestro punto expresado o dibujado, podemos llamarlo el Punto Original, anterior a la primera expresión.

      Según la geometría euclidiana, la más estudiada y reconocida en el mundo, un punto es una figura geométrica adimensional: no tiene longitud, área, volumen, ni otro ángulo dimensional. Me parece importante remarcar que no es un objeto físico, tan solo describe una posición en el espacio. Su primera definición fue lo que no tiene ninguna parte. El punto es el elemento más simple y a la vez más complejo de representación. No tiene que estar representado físicamente para mostrarse como elemento de una imagen o actuar plásticamente en la composición, ya que puede ser intangible, imperceptible e inmaterial.

      Es decir, si tuviéramos la oportunidad de ver de lejos a este espacio, a esta vacuidad de la que hablamos, sería en sí mismo un gran punto, sin dimensionalidad, sin límites, área o volumen. Asimismo, si se lo observara de cerca al detalle, como si fuera una pantalla de TV, veríamos que está compuesta toda de pequeños puntos. En lo ínfimo o lo vasto, en lo grande o lo pequeño, el punto siempre es infinito y lo incluye todo.

      Las características propias de la marca que dejé al apoyar el compás, de ese punto, lo hacen desde mi percepción la referencia idónea para conceptualizar con fines pedagógicos a eso que no está atado a ningún concepto, que es anterior a toda interpretación. Como el lenguaje es indispensable para la comunicación y la generación de conocimiento, esta imagen o posición indeterminada del origen de todo, será la pauta para nuestra indagación. El Punto Original representa el potencial de todo en la nada.

      El Punto Original es otro nombre para la no dualidad que da paso a la primera dualidad: Lo Inmanifiesto y Lo Manifiesto. Nada, absolutamente nada existiera sin partir de este punto. A partir de esta potencialidad y su autoexpresión se da marcha al complejo proceso de la manifestación física, y a su vez, de lo que llamamos vida.

      Una vez que tiene esta idea clara, el siguiente paso para la compresión es desecharla. ¡Bote el papel al tacho de la basura! Olvídese de ello, entierre lo que acaba de comprender en lo más recóndito de su memoria y no intente mayor explicación. ¿Por qué? Porque eso hacia donde intentamos mirar, no tiene cualificación posible. Aquello es lo que permite cualificar, pero no puede ser cualificado. Este origen no es medible, explicable o razonable. Pero es el que observa al medir, a la explicación y al raciocinio. No es ni uno ni cero, porque claramente son símbolos que representan alguna proporción, por lo que hacerlo es un error. Se le llama por ello NO DOS. Es algo imposible de entender para la finitud de la mente humana que llega solo hasta los recuerdos y experiencias que sus puntos sensorios pueden captar. No obstante, esos recuerdos y experiencias son presenciados por Aquello. No tome el Punto Original como un dogma.

      Todas las palabras otorgadas para describirlo (incluso Punto Original) son solo etiquetas entregadas por la mente para poder ubicarlo conceptualmente y nada más. Es fundamental para el desarrollo de este ensayo que aquello quede entendido. Vamos a continuar desarrollando conceptos para señalar a lo no conceptual, porque simplemente no hay otra opción, pero no se debe quedar anclado a ninguna idea como única, ya que caeríamos en el laberinto de las interpretaciones. Esta serie de imágenes serán un referente para señalar lo inimaginable y en la correcta compresión de ello está el éxito.

      Esto que hacemos aquí no es nuevo, ni es el primer intento de señalar o nombrar a lo que no tiene nombre, ni forma. Las palabras surgen más bien por la necesidad del hombre de racionalizar todo lo que observa, que por descifrar realmente lo que es o representa. Desde mucho antes, desde siempre diría, se le ha otorgado infinidad de denominaciones, en algunos casos poéticos, abrumadoramente bellos en descripción. Aquí algunos:

      Sankaracharya lo llamaba el Supremo Brahman no dual; Lao Tse lo nombró Tao (el camino); Nisagardatta se refirió a ello varias veces como El ser sin atributos, lo absoluto, lo que es; Jiddu Krishnamurti habló muchas veces en sus charlas y con amigos cercanos sobre La Presencia; Tony Parsons en su libro Todo lo Que es lo expresa como El eterno, espontáneo, inmutable, impersonal silencio desde el que fluye el amor incondicional; Sri Aurobindo lo nombra como El secreto o El fin que siempre es el comienzo.

      Asimismo, con gran profundidad metafísica, los antiguos rishis (sabios) hindúes, lo designaron Parabrahman. La raíz etimológica de esta palabra es muy significativa: Para, quiere decir lo que está más allá, y Brahman, quiere decir el Ser Creador o el Ser que trae las cosas y los seres a la manifestación. En el occidente, los cristianos y sus diferentes clasificaciones (católicas, evangélicas, protestantes) lo llaman Dios.

      Una interpretación que realmente disfruto es la de José Manuel Anacleto que en la revista Biosofia describe: tal Ser no fue causado por nada, pero es la causa de todo; no tiene origen en nada, pero todas las cosas tienen en Él su origen. Es la causa de Sí propio porque Es por sí mismo. Es el SER necesario, el (único) Ser del Universo que no podría dejar de ser –¡he ahí la prodigiosa, la majestuosa, la soberana evidencia que todo el Universo proclama!

      Realmente los apelativos son diversos, producto de la necesidad humana de etiquetar y diferenciar las ideas que se producen bajo un denominador común. Nosotros entonces, durante el desarrollo de este ensayo, utilizaremos la denominación Punto Original como referencia a lo no dual para tratar de describir lo indescriptible. No por necedad, sino por absoluta necesidad, haremos este ejercicio a lo largo de estas páginas sin olvidar que es solo una exigua interpretación.

      Recordemos que todo esto son solo conceptos, palabras, formas que intentan vagamente describir lo que no tiene descripción. A eso que en este trabajo señalo como Punto Original no se lo define, ES, aunque no sepamos a ciencia cierta qué es. Hay que tener esto claro para no quedar arraigado a las etiquetas que usamos en esta indagación. Si en momentos te quedas preso de alguna idea, regresa siempre a leer el fragmento del Isha Upanishad en la apertura de este capítulo. Será de gran liberación.

      De lo silente inmaculado al sonido perpetuo, en estas líneas trataremos de comprender desde dónde Lo Manifiesto parte y forma parte. Y a la vez entenderemos cómo lo


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