¿Depresión? No, gracias. Juan Antonio Guerrero Cañongo

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¿Depresión? No, gracias - Juan Antonio Guerrero Cañongo


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a ellos.

      3. Reúnete con gente positiva, motívate y aprende de ellos.

      4. Aprende, aprende y aprende de todas las situaciones que vivas.

      5. Ríe, canta y baila siempre.

      El libro está diseñado para que en cualquier página por la que lo abras encuentres información útil para ser feliz, próspero y exitoso. Está centrado en el cambio personal, sin intentar cambiar el mundo ni querer agradar a otros, ya que, como mencionó el actor estadounidense Bill Cosby: «No sé cuál es la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar agradar a todo el mundo».

      El texto te propone muchas estrategias para conseguir lo que deseas, sea lo que sea. Estás más cerca que nunca de tener éxito en lo que te propongas, no te detengas por nada, dedica un tiempo para leer, tomar notas, hablar con otra persona sobre lo aprendido y, lo más importante, ponerlo en práctica.

      Estoy formando una comunidad de aprendizaje con los lectores de este libro, intégrate inscribiéndote en nuestro boletín en la página www.neuroinduccion.com; es gratuito y tendrás acceso a más información interesante sobre estos temas, además de a otros relacionados con la estimulación mental.

      Juan Antonio Guerrero Cañongo

       Octubre de 2008

      ¿POR QUÉ DEBES SER FELIZ?

       La felicidad para mí consiste en gozar de buena salud,

       en dormir sin miedo y en despertarme sin angustia.

      Françoise Sagan

      ¿Por qué es importante que seas feliz? Simple: si eres feliz, atraes prosperidad, tu sistema inmune se fortalece y los demás te siguen. ¿Cuántas veces le has rehuido a una persona triste? Supongo que muchas; entonces, ¿qué esperas para comenzar a ser feliz? En tu vida tienes dos opciones: ser feliz o no serlo. Yo prefiero la primera, ya que me proporciona más salud, bienestar, éxito y dinero.

      Tienes un gran recurso dentro de ti para el cambio: lo llaman cerebro. Si lo utilizas adecuadamente, puedes lograr muchas cosas y alcanzar la salud, la prosperidad y el éxito. Ya lo decía Hipócrates:

      Los hombres deberían saber que de ningún lado más que del cerebro provienen las alegrías, deleites, risas, bromas y pesares, tristezas, depresiones y lamentaciones. Y mediante esto, en un modo especial, adquirimos la sabiduría y el conocimiento, y vemos y oímos, y sabemos qué es lo malo y qué es lo bueno, qué es lo dulce y qué lo desagradable. Por el mismo órgano nos volvemos locos y delirantes, y nos asaltan miedos y terrores algunos por la noche y otros durante el día, y los sueños y los vagabundeos sin fin, y las preocupaciones que son nada adecuadas, y la ignorancia de las circunstancias del momento, la grosería y la falta de habilidades. Todas estas cosas le debemos al cerebro cuando no está sano… o cuando sufre cualquier otra aflicción inusual o preternatural.

      Descubrir los recursos mentales que tenemos y estimular nuestro cerebro deberían ser materias incluidas en todos los niveles escolares del mundo, ya que carecemos de un manual de uso para ese órgano tan importante. Si esto sucediera, todas las personas tendríamos la posibilidad de crecer psicológica y espiritualmente, dejando atrás miles de males que nos aquejan a diario.

      Pero en lugar de conocerse y buscar soluciones, pasan toda la vida intentando darle vida a su existencia vacía, tratando de imitar a los demás y complacerlos, descuidando el placer de ser ellos mismos, sin disfrutarse y amarse con todas las características que los hacen únicos. Realmente no es nuestra culpa estar viviendo sin sentido, así lo hemos aprendido, lo único reprochable es seguir así, aunque ya se haya dado cuenta de que no son felices con lo que hacen y tienen. Los cientos de herramientas con los que hemos nacido están esperando que despertemos de ese descanso obligado o elegido y tomemos lo mejor de ellas para nuestro progreso.

      ¿Cuántas veces has escuchado a alguien quejarse por lo que le pasó? Supongo, al igual que yo, que lo has oído por cientos. Son muchas las personas que sólo se lamentan por lo sucedido, sin buscarle un sentido a esa experiencia; como consecuencia, menos buscarán una solución al problema. De ellos escucharás variados pretextos: «No tuve suerte», «No nací para esto o aquello», «Alguien me está enviando malas vibraciones» y la preferida por muchos: «Éste es mi destino». Dudo mucho que haya alguien con una historia de vida escrita, con un «destino» esperándolo. Siempre he sabido que somos aquello que creamos; eso escapa de la postura preferida por muchos, que indica que nadie puede cambiar las cosas por culpa de ese tan afamado destino. No existe una persona destinada a ser infeliz o al fracaso, sólo individuos que obtienen algún resultado con lo que han hecho con su existencia. Al respecto, Richard Bandler, decía:

      Ningún paciente está desahuciado. Por ello, no hay que tratarlo como si lo estuviera. El paciente vive su vida. La pregunta es, ¿es feliz con la forma en que lo hace? Si ha sido capaz de aprender a tener dificultades, también puede aprender a reaccionar de un modo totalmente distinto.

      Cualquiera de nosotros puede aprender a hacer las cosas de manera diferente, hasta que estemos satisfechos con el resultado. Si no eres feliz hasta ahora, es tu momento de cambiar. Una actitud emocional positiva ayuda a mejorar nuestra salud; diversas investigaciones han descubierto que las personas felices se enferman menos y que, cuando lo hacen, sus síntomas no son tan severos como los del resto de las personas.

      Aunque es cierto que tienes emociones y debes aceptarlas, eso no significa que debas vivir deprimido, melancólico o triste por el resto de tus días; por eso, si una emoción no te sirve o te afecta, debes cambiarla.

      Ese cambio es muy simple: primero debes darte cuenta de que algo está mal; después, determinar qué debes hacer para cambiarlo. Por ejemplo, si ya te has dado cuenta de que una canción te hace sentir desvalido y, por ende, te deprime, entonces la solución es simple: ya no escuchar esa canción. Conozco personas infelices que escuchan canciones cuya letra habla de tristeza; con ello, se entristecen más, pero no las dejan de escuchar, es como si la depresión tuviera relación con el masoquismo (podría ser, pero no pienso investigar sobre esta relación para el presente libro).

      Si aún dudas sobre si debes o no ser feliz, tienes que saber que los investigadores han observado durante años a las personas felices. Gracias a esto, han encontrado ciertas características en ellos:

      1. Sobre su postura y fisiología en general:

      a. Sus gestos y movimientos son rápidos y simétricos.

      b. Realiza actividades físicas y mentales a diario.

      c. Canta y baila constantemente.

      2. Sobre sus estrategias mentales:

      a. Mira el lado positivo de las cosas.

      b. Mantiene un buen sentido del humor.

      c. Observa las estrategias de las personas que son felices y las aplica en su vida.

      d. Se ama a sí mismo.

      e. Aprende de sus errores.

      3. Sobre lo que cree:

      a. Las relaciones interpersonales son muy importantes, por ello es social.

      b. Presta ayuda a los demás cuando lo necesitan.

      c. La salud y la vitalidad son parte importante de su vida.

      d. No le preocupa su edad, sabe que mientras más tenga, ha aprendido más.

      4. Sobre su identidad:

      a. Procura tener una autoestima alta.

      b. Defiende su identidad.

      c. Sabe que su identidad es única, por ello no intenta ser la «copia» de otro.

      De todo ello hablaré en este libro. Quiero que juntos aprendamos cómo lograr lo que queramos y obtener


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