Legado y futuro de la sociología. Manuel Pérez Yruela
Читать онлайн книгу.ámbito más clásico de la estratificación social hubo contribuciones significativas: por un lado, con respecto a la constitución y práctica de las clases sociales (empresarios y trabajadores); y por otro, sobre los rasgos que caracterizaban la formación social valenciana. En lo que se refiere a las clases sociales, Josep Picó examinó los cambios habidos en la composición y situación de los empresarios valencianos del siglo XIX y XX influido por la sociología de la empresa italiana[15]. En este examen que va constituir la primera tesis defendida dentro de ese núcleo, se rompe la dinámica de recurrir únicamente a fuentes secundarias y se realiza una encuesta a empresarios de la provincia de Valencia. Por otro lado, examinó también la constitución del movimiento obrero de la época, esto es, sus prácticas y estrategias influido también por la sociología del trabajo italiana[16]. Se llevaba a cabo, por otro lado, mediante la metodología de la investigación –acción que había sido sistematizada pocos años antes por K. Lewin–. Josep Picó será el primero también que estabilizará laboralmente su situación académica como profesor adjunto[17].
En cuanto a la formación social valenciana, Damià Mollà examinó la configuración sectorial de la estructura productiva poniendo de manifiesto el proceso de industrialización que había experimentado el País Valenciano y su traducción en la formación social[18]. El contexto en el que llevó a cabo su examen es el del estructuralismo francés que ejercía una gran influencia en las ciencias sociales en ese tiempo, al menos, en los países del Sur de Europa. Este estudio que realizó Damià Mollà constituyó la segunda tesis dentro de este núcleo. Además, llevará a cabo un examen de la demografía valenciana, de su dinámica y de su configuración territorial[19] evidenciando un territorio diferenciado pero interconectado (Castelló, R. 2017: 9). Damià Mollà será el siguiente profesor en estabilizar su situación académica a principios de los ochenta.
Toda esta investigación se desarrollará con escasísimos recursos económicos. Únicamente, la filantropía privada o la institución Jaume Bofill proporcionará ayudas económicas simbólicas. Asimismo, se desarrollará de manera individual de modo que Ninyoles la caracterizará como ejercicio artesanal (1982: 22). Aun así, pudo haber alguna excepcionalidad cuando una parte del profesorado participó en la redacción de informes de carácter técnico sobre la IV Planta Siderúrgica y el Puerto de Sagunto (1974) poniendo de manifiesto además que esta dimensión de la actividad sociológica como profesión comenzaba a abrirse paso.
En 1978, José Ramón Torregrosa, profesor agregado, ocupará interinamente la cátedra de sociología hasta 1980 en que se trasladará a Madrid. Durante este corto periodo de tiempo que permanecerá en Valencia, promoverá la Asociación de Sociología del País Valenciano en cuyo grupo dirigente se encontrará Josep Vicent Marqués, Damià Mollà, Salvador Salcedo, María Poveda, Joelle Bergere, en esos años, profesora en la Universidad de Valencia.
Se había aglutinado un grupo de profesores/as en torno a la cátedra de sociología de la Facultad de Económicas que, sin embargo, no fue ocupada por una persona de manera estable dificultando su constitución articulada porque si bien hubo una actividad docente continuada, no obstante, la investigación sociológica tuvo lugar de manera individual y autorientada. Ahora bien, permitió conocer mejor la realidad social valenciana. Una búsqueda de conocimiento animada (y condicionada) por la intención de desvelar los modos de dominación en la sociedad valenciana de modo que fuera posible elaborar estrategias para el cambio. Un profesorado, por otro lado, que participó en órganos colegiados de la Facultad y que contribuyó a la creación de asociaciones corporativas.
A principios de los ochenta, culminado el cambio de régimen político de la dictadura a la democracia, comienza también la normalización democrática de distintos ámbitos de la realidad social, entre otros, el universitario. En septiembre de 1983, se aprobó la Ley de Reforma Universitaria (LRU). En lo que se refiere a la estructura organizativa universitaria, trajo consigo la sustitución de la cátedra por el departamento. A partir de ese momento, tuvo lugar un proceso de reorganización de las universidades españolas.
La constitución del Departament de Sociologia y Antropologia Social
En el curso 1985/86, había dos grupos de profesorado propiamente dichos de sociología en la Universitat de València[20]. Por una lado, el de la Facultad de Económicas integrado por J. V. Marqués, D. Mollà y M. Poveda[21] al que se incorpora M. G. Ferrando tras la permuta de la cátedra llevada a cabo con M. Navarro que la había ocupado como titular en 1981. Por otro, el grupo de la Escuela Universitaria de Empresariales, fundada en 1972 sobre la base de la Antigua Escuela de Comercio, integrado por S. Salcedo, R. Nemesio y J. Pérez Adán cuyas inquietudes sociológicas se ubicaban en el ámbito de la Sociología de las Organizaciones, sobre todo, de los dos últimos.
Además, había otro grupo en la Escuela de Magisterio (G. Anaya, O. Quiñones y E. Garcia) que tenía interés por la dimensión sociológica de la educación, tanto en lo que se refiere a la docencia como por su investigación, sin que sus preocupaciones sociológicas se agotaran en dicho ámbito; también, el género y la ecología eran objeto de atención preferente. En la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, impartía docencia J. Cucó. Estos grupos y personas confluyeron para formar el departamento de Sociología y Antropología Social cuya constitución fue aprobada el 7 de julio de 1986. La incorporación de la Escuela de Graduados Sociales (después, Escuela de Relaciones Laborales) y de la Escuela Social (después, Escuela de Trabajo Social) a la Universitat de València en los años siguientes, comportará la adscripción del profesorado que impartía Sociología al departamento[22].
Tras la aprobación de la nueva ley universitaria, tendrá lugar un aumento de la matrícula relacionada, entre otros hechos, con el aumento de plazas que ofertan las universidades tanto en las titulaciones antiguas como en las nuevas aprovechando la autonomía universitaria. Esto se reflejará también en el aumento de la docencia de sociología general o de las sociologías específicas, así como de antropología, aunque en menor grado. Por otro lado, el departamento promoverá un programa de doctorado conforme a los criterios fijados por la LRU que comportará asimismo un incremento de la docencia, así como una oferta propia. La cobertura de la docencia requerirá un incremento de la plantilla del departamento utilizándose para ello las nuevas categorías promovidas por la LRU. En el curso 90/91, el profesorado del área de sociología lo constituía algo más de 30 personas de las que casi las tres cuartas partes eran funcionarias y el resto, contratadas; casi un tercio eran mujeres. La profesora Josepa Cucó impartía la docencia del área de antropología social.
Así, se incorporará una nueva generación de profesorado al departamento recién constituido que no solo se dedicará al ejercicio de la docencia, sino, asimismo, al análisis de aspectos concretos de la realidad social valenciana con metodologías diversas: la condición y discriminación de la mujer, la sexualidad de los jóvenes, fiestas populares, mercado laboral y marginación social. Esto comportaba una diversificación temática de la investigación sociológica y una especialización que se intensificará en los años siguientes iniciándose el proceso de consolidación departamental.
Esta configuración del departamento de sociología tenía lugar en una sociedad que estaba experimentando importantes cambios en distintos ámbitos de la realidad que la aproximaban a las sociedades de renta más alta. Estos cambios darán lugar a nuevas preocupaciones y preguntas de investigación. En los años noventa, aumentará el profesorado contratado, no sólo en el área de sociología, sino asimismo de antropología social que contará con 2 profesoras y 1 profesor. La plantilla oscilará en torno a 40 personas. También, algunas personas del grupo inicial conseguirán la funcionarización.
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