Universidades, colegios, poderes. AAVV

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no entregaron sus ejemplares. El inquisidor dijo que las requería por tratarse de cuestiones dignas de su oficio y el doctor Francisco Pérez Bayer porque no las encontraba, debido a que en esos días había estado en dos casas diferentes, pero aseguraba que cuando las encontrara las haría llegar al claustro valenciano. De las respuestas de las universidades podemos decir que todas son breves y dan cuenta de la devolución. Es importante decir que llegaron dos cartas de la Universidad de Granada, una en la que se devolvían las conclusiones y otra retrasada, pues era respuesta al primer envío valenciano. Está fechada el 8 de agosto y va firmada por dos doctores y por el secretario.

      El claustro de catedráticos granadino se pronuncia a favor de la suspensión del acto de conclusiones del bachiller Noé. Es un texto largo en que reflexiona sobre el fallo del bachiller y, entre otras cosas, dice que este no debe pensar que tiene a santo Tomás de su lado (suma teológica, 3.ª parte, cuestión 27, art. 1), pues si el santo viviera no hubiera opinado como aparece en la suma teológica, sino que se habría pronunciado por la inmaculada concepción:

      No tiene de su parte a Santo Thomás, hemos dicho poco. Le está opuesto, no ha reflexionado el Argumento et contra de su mismo Artículo. Allí muestra lo que hablará el Santo si viviera en el tiempo que logra el Bachiller. Allí prueva la natividad en gracia de la Señora, porque la Yglesia Santa la celebra, y nada celebra sino lo santo. Qué diría de su concepción si huviera alcanzado estos tiempos quando la Yglesia no ya la tolera, como lo dice del suyo, sino que manda gustosa se celebre? Ha! si ahora nos hablara aquel entendimiento tan humilde como Angélico, con que gusto retractaría lo dicho en la suma (como lo hace en otras materias? Qué alegre respiraría su devoción con aquel, la Reyna amable, a quien tanto devió?, sin duda nos remitiría a su exposición del primer Libro de las Sentencias y ohiríamos con el mayor Júbilo de aquella boca órgano celestial, estas dulcíssimas palabras: talis fuit puritas Beata Virginis, quo a pecato originali, et actuali immunis fuit, tenemos el gusto de que este modo de pensar es puntualmente del profundíssimo theólogo, grande Ynterprete de Santo Thomás, el Muy Reverendo Padre Juan de Santo Thomás, en el tratado de la aprovación de la Doctrina de Santo Thomás.46

      El texto granadino recupera también la idea de que, si se tratara de una santificación que no hubiera sido en el primer instante de la concepción, se estaría equiparando a la concepción del Bautista y de Jeremías. Esta fue la última carta que revisó el claustro y, tras la lectura, se dio por terminado.

      Doctorado del bachiller Noé

      El 17 de septiembre de 1777 el bachiller Manuel Noé y Guas, subdiácono, realizó su acto de conclusiones para doctorarse.47 El doctor Manuel Miralles, presbítero y catedrático de Teología, fue el presidente del acto. Este día, dice el acta, para llevar a cabo la ceremonia, se suspendieron los actos de oposición para las cátedras anuales de filosofía.

      La tesis del bachiller Manuel Noé ya no fue la original, sino la que había ordenado el consejo de Castilla: «Beata Virgo Maria ab originali pecato servata fuit». El acta insiste en que esta tesis sustituía a la anterior «que quiso defender, y empesava: Rationabiliter creditur…».

      El acto se desarrolló en dos partes: una por la mañana y otra por la tarde. Arguyeron por la mañana Vicente Peris, fray Agustín Font (religioso calzado de la Trinidad), Domingo Crespo y el bachiller Mariano Calabuig. Por la tarde, Luis Adamdrat, fray Joseph Giner (religioso mínimo de San Francisco de Paula), el doctor Matheo Fabregat y el bachiller Francisco Barruguer. El acta pone especial cuidado en señalar que el acto se celebraba cumpliendo lo dispuesto por el consejo de Castilla:

      en cumplimiento de lo mandado por el Real y Supremo Consejo de Castilla, en su orden que se comunicó a la Universidad literaria de dicha Ciudad, con fecha de veinte y cinco de Julio de este año, y se halla incerta en este Libro, en el Claustro que se celebró el veinte y nueve de los mismos.48

      Termina con la firma del secretario Francisco Hilario Cavaller, por orden del rector Juan Antonio Mayans.

      Epílogo. Claustro de 19 de octubre de 1777

      Este día se reunió el claustro de catedráticos para cumplir con la prohibición, del consejo de Castilla, de defender conclusiones que

      nieguen o impugnen directa o indirectamente en manera alguna la Puríssima Concepción de María Santíssima en el primer instante de su animación; leyéndose esta resolución todos los años en esta Universidad a principios del Curso; la que haviéndose leído por mí, el infrascrito Escrivano, como queda dicho y manda el real consejo.49

      Tras la lectura, el estudio acordó cumplir con la orden.

      SOBRE ESTA HISTORIA Y LA DE LAS MUJERES

      De esta manera finalizaba una polémica en torno a la doctrina de la Inmaculada Concepción de la virgen. Aunque se trataba de un acto académico, el tema traspasaba fácilmente las aulas universitarias y alcanzaba distintas esferas de la sociedad. En un primer momento, el asunto pudo parecer un conflicto entre tomistas y antitomistas. El bachiller Manuel de Noé y su presidente Manuel Miralles parecen alineados con los tomistas, en tanto que el vicerrector Adamdrat estaría en el otro bando. Sin embargo, este antagonismo no está del todo claro. Al consultarse al claustro de teología no encontró que la conclusión fuera digna de censura ni mucho menos herética, solo se pedía una mayor explicación; y en aquel claustro había tomistas y antitomistas. Esto es, la diferencia doctrinaria no fue impedimento para que se emitiera una opinión de conjunto. Esa fue también la opinión del claustro general de catedráticos. Hasta aquí no parece que las posiciones frente al tomismo generaran una gran división entre los catedráticos, solo aparecen opuestos Adamdrat, un síndico y, probablemente, Sales. Este, en opinión de Locella, se había excedido en sus funciones de comisario. Probablemente eso radicalizó la posición del bachiller Noé y de su presidente.

      Aunque hubo una voz, la del catedrático Guimerá, que llamó a la serenidad y a la búsqueda de una solución dentro de los muros universitarios, el claustro decidió sacar el conflicto y llevarlo a los distintos poderes: el inquisidor general, el censor regio, el Ayuntamiento de la ciudad, las distintas universidades, el consejo de Castilla y el monarca. De hecho, en uno de los primeros momentos, cuando el comisario Sales habló con el bachiller Noé, le expresó el escándalo que la tesis podría causar en la ciudad, es decir, podría haber alcanzado la devoción popular y, sin declararlo, se intuye el temor de un posible motín.

      Por parte de las autoridades más altas, como eran el inquisidor general y el consejo de Castilla, también se presentó un desacuerdo que se resolvió en función del poder del segundo. El inquisidor, como el claustro de Teología, no veía ninguna falta a la doctrina e impuso la retractación de los que cuestionaron la tesis. El peso de su autoridad hizo obedientes a todos los doctores. Esto generó un equilibrio de fuerzas que obligó a la retractación, el aislamiento por parte del claustro y la prisión de Adamdrat, y en consecuencia dio enjundia a Miralles y a los que coincidían con él. Sin embargo, la resolución del consejo de Castilla fue contraria a la del inquisidor, entonces, el equilibrio de fuerzas dio otro giro y volvió a hacer obedientes a los doctores, especialmente sumisos a Miralles y al bachiller Noé. El consejo, en virtud de su real autoridad, impuso la tesis que debía defender el bachiller bajo la presidencia de Miralles, so pena de expulsión de la universidad. El bachiller y su presidente obedecieron y presentaron la conclusión tal y como la había redactado el consejo. Es decir, más allá de la cuestión académica o religiosa, quedaba claro que se trataba de un asunto de poder: el control del monarca para intervenir en la universidad o para someter a su inquisidor…

      Cien años después del dogma de la Inmaculada en 1854, aún se congregará todo el claustro de la Universidad de Valencia –con el rector José Corts Grau– para apoyar el dogma de la asunción de la virgen a los cielos –establecido por Pío XII en 1950– y aprovechará para pedir la declaración de la mediación de la virgen ante su hijo Jesús…50

      El giro que dio nuestra investigación sobre la presencia de la mujer en la Universidad no solo nos habla de una universidad masculina –sujeta a extensos debates religiosos…–, sino que también revela la necesidad de seguir buscando perspectivas metodológicas y documentos que nos permitan encontrar esa


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